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domingo, 31 de mayo de 2009
40 ANIVERSARIO. EMOCIONES Y REFLEXIONES
Para los Colectivos MAPU, la conmemoración de los 40 años de la fundación de nuestro Movimiento, es un momento de rendir homenaje a los que han caído en todo este tiempo por la lealtad a los principios y objetivos del destacamento proletario nacido en mayo de 1969 y templado en las luchas de estos años. Luchas que fueron inicialmente por obtener la Victoria Popular de 1970, tras ésta, por convertir la victoria en poder popular y éste en construcción socialista, empeño interrumpido por el golpe de 1973. Nuestras luchas se dirigieron, desde entonces, a organizar la resistencia y a enfrentar a la dictadura. Pese a la crisis ideológica que significó ver la confabulación entre el gran capital, los altos mandos militares y gran parte de las cúpulas de un sector de izquierda, y tras el desconcierto de algunos y la intransigencia de otros, la lucha ha continuado y continúa vigente el objetivo fundacional central de nuestro movimiento, que fue aportar como nuevo destacamento al enorme movimiento de las clases populares de Chile hacia la construcción socialista. Los que han seguido estos valores y objetivos, aunque en orgánicas distintas, son compañeros nuestros también, y los mártires en enfrentar el sistema neoliberal son también deudores de nuestro homenaje y reconocimiento.
También es un momento de volver a nuestras raíces y analizar si continúan o no vigentes los motivos para haber organizado un movimiento y darle carácter de instrumento proletario, en unidad con todas las fuerzas que pensaban como nosotros, y con quienes dimos vida a la Unidad Popular, sumándonos a esta tradición de movilización popular que venía de las primeras mutuales y mancomunales, de Recabarren y los partidos obreros, pasando por el socialismo de Grove y Allende, por las experiencias positivas y negativas del Frente Popular y del Frente de Acción Popular y por las nuevas orgánicas y formas de luchas abiertas en Chile y el mundo tras la victoria de la Revolución Cubana y los movimientos obreros, campesinos y estudiantiles del Chile de los años 60.
Los 40 años nos encuentran en un doble esfuerzo: muchos militantes queremos reconocer filas en un MAPU renacido de sus propias cenizas, sabiendo que nunca se perdió la vida, hermanos, como diría Neruda. Y a la vez, queremos aportar como un destacamento más, con nuestras limitaciones y nuestros aportes efectivos, a la construcción de un gran movimiento de los pueblos y de los trabajadores. En la unidad del MPT, nuestras flaquezas se vuelven fuerzas, “y en las calles codo a codo, somos mucho más que dos”.
CONMEMORACIONES Y ACCIONES
En la región de Coquimbo, del 18 al 24 de mayo celebramos reuniones con exmilitantes de las actuales provincias de Limarí y Elqui. Unidos en el tema de la memoria de nuestros ausentes-presentes, desarrollaremos un accionar conjunto, se levantará de nuevo una orgánica en un Regional que en otros tiempos representó un gran centro de organización y lucha, especialmente aportando al campesinado en tiempos de reforma, y levantando al Chile popular en tiempos de resistencia. Además, hicimos real un apoyo a las movilizaciones de los profesores por el pago de la deuda histórica que el Estado tiene con ellos, y estuvimos con los mineros de Tambillos y sus familias, hoy en lucha contra el superexplotador Fra Fra Errázuriz.
En la región de Valparaíso, también nuestros compañeros celebraron emotivos encuentros entre militantes, exmilitantes y adherentes a la causa de la memoria de nuestros caídos. Allí se está viviendo la unidad con otras fuerzas del MPT y hay una orgánica en lucha por los derechos de los pueblos y de los trabajadores.
En la Región Metropolitana, el 16 de abril estuvimos presentes en una asamblea del MPT donde se reforzó la orgánica de este nuevo movimiento, generando comisiones de Formación Política, Movilización y Finanzas. El domingo 17 llevamos a efecto la romería al Cementerio General, la cual fue un espacio de reflexión y de expresión de emociones.
Nuestros hermanos del Comité Memoria MAPU realizaron un seminario el sábado 16, buscando aportar desde la reflexión al estudio de nuestra historia. Desde su espacio de memoria, se unieron a esta corriente que analizar, revalora, re-piensa acerca de la historia de este movimiento y partido proletario.
En la Región del Biobío, numerosos exmilitantes se reunieron para compartir una cena fraternal. Empeños como éste ayudan a reconstruir la hermandad que nos permitió en tiempos pasados, que una organización pequeña organizada como cuadros, enfrentase desafíos tan grandes. Saludamos, por eso, a los encuentros fraternales de nuestr*s compañer*s de Concepción, Talcahuano, Hualpén.
En las Regiones de la Araucanía (Wallmapuche) y Los Lagos se han estado reuniendo nuestros compañeros, en estas significativas fechas, y se anuncia que pronto estarán levantándose orgánicas MAPU.
En el exilio, compañer*s radicados en países vecinos y otros muy alejados de la tierra natal, han estado encontrándose, llevando por Abya Yala y Europa las buenas nuevas de la reconstrucción del Partido de Ambrosio y están debatiendo el cómo hacerse parte a la distancia de este proceso creativo y revolucionario.
En cada uno de los lugares donde se reunieron militantes o exmilitantes, se hizo vivo el grato recuerdo que a muchos nos quedó luego de militar en años decisivos. Pese a las dificultades, a hacer “nacido a caballo”, a haber debido enfrentar la dictadura perdiendo a buena parte de nuestra mejor gente, para los que estuvimos en estos días de fraternidad, prevalece la memoria de que fuimos parte de un partido que se hizo querer y respetar. Y somos muchos los que pensamos que esto no deben ser sólo recuerdos de adultos mayores y de amigos con nostalgia. Hoy hace falta un MAPU como hacía falta en los 60; como tuvo que levantarse en los 80, creyendo en el sueño de un Chile Popular. Vamos a vencer a los que nos desarticularon, a los que nos dispersaron, a los que levantaron falsas promesas de redención social y que actuaron para las fuerzas contrarias. Los pueblos ya están tomando un camino de solidaridad, unidad y lucha, desde el mundo popular se levantan nuevas alternativas y nosotros no vamos a quedarnos atrás.
Tenemos fe y esperanza en que nuestr*s compañer*s unidos al MAPU por la memoria y el buen recuerdo, pasarán a asumir en sus propios espacios, mayores compromisos por aportar en lo que ellos, como mapucistas, saben bien hacer, en favor de los pueblos y sus luchas, retomando el pensamiento y acción que nos ayer engrandeció y que hoy nos llama a actuar en consecuencia. El país ha cambiado en estos 40 años, pero también nosotros sabremos interpretar la realidad y ser consecuentes por intentar una vez más, las transformaciones que nos exigen nuestras ideas socialistas, humanitarias y solidarias.
C. Ruiz
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