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viernes, 28 de mayo de 2010

REFLEXIONES SOBRE RODRIGO




El miércoles 19 de mayo concurrimos varios compañeros a la tumba de Rodrigo Ambrosio y a la de nuestros 43 compañeros muertos por la dictadura. No hemos dejado de ir a recordar a nuestros caídos por la causa que tantos otros abrazaron y que, porque no decirlo, muchos también han olvidado. Porque ya no van hasta este memorial varios de aquellos que militaron en el mismo partido que Rodrigo y hoy quieren dejar de recordarlo, sabemos porqué, y prefieren ocultar su pensamiento y su acción. Y por cierto ya no quieren oír hablar de su principal obra: el Mapu.

Pero a pesar de todo, el Mapu existe y sigue recordando a sus compañeros caídos y sigue honrando como se merecen quienes entregaron sus vidas por tan noble causa, la causa del proletariado.

El compañero Manuel Acuña, antiguo dirigente del Mapu, ha escrito sobre algunos aspectos de la vida de Rodrigo. Es importante escribir sobre nuestro principal constructor, ya que muchos se empeñan en silenciar su figura y su pensamiento. Para muchos de nuestros antiguos compañeros, hoy entregados por entero a la tarea de recuperar el poder que han perdido, el ejemplo de Rodrigo les incomoda, prefieren olvidarlo y desconocerlo. Es más importante para ellos hablar de otros temas.

Interesante lo que ha escrito Manuel, pero nos ha sorprendido lo que afirma sobre que "Rodrigo fue un sujeto autoritario". Y más sorprende al agregar "el autoritarismo es una enfermedad psíquica". Continúa Acuña diciendo que el autoritarismo es una "conducta anómala". En fin, más adelante suavizando sus opiniones dice "el autoritarismo de Rodrigo, no obstante, era bastante especial. Yo no estoy seguro si puede considerársele como tal...." Y más adelante explica este vuelco en su planteamiento.

¿En qué quedamos Manuel? ¿Era Ambrosio autoritario o no? ¿Era enfermo o no? ¿Era de conducta anómala?

Sin conocerlo mucho ni haber sido de su círculo más cercano, siempre nos pareció que Rodrigo era un líder con una personalidad fuerte, que ejercía su liderazgo con mucha propiedad y autoridad, pero no con autoritarismo. Nada más lejos que eso.

Por cierto que su autoridad emanaba de la voluntad democrática de sus compañeros del Mapu que lo habían elegido para el cargo más importante del Partido. No era por cierto un sujeto que se había impuesto por la fuerza ni por malas artes. Todo lo contrario, era capaz que imponerse por sus sólidos razonamientos y tremenda capacidad intelectual. Era muy difícil discutir con él por la solidez de sus argumentos. Esa era la base de su autoridad, su capacidad, su energía, su entrega absoluta a la causa, su capacidad de acción y de organización. Y sus sólidos principios y conocimientos ideológicos.

No pues, no fuimos dirigidos por un psicópata mesiánico ni por un enfermo mental sino por un ser que supo liderar un destacamento proletario, como gustaba decir, compuesto por lo mejor de una generación de jóvenes dirigentes políticos y sociales que gracias a Rodrigo creyeron en el Mapu como el Partido que podría contribuir a la construcción, junto a otros destacamentos proletarios y populares, de una nueva sociedad.

Es muy cierto lo que dice Acuña sobre el carácter sobrio y austero de Ambrosio. Nunca ambicionó cargos públicos ni de gran figuración que no fuera lo que era necesario para el crecimiento y organización del Mapu y la gran causa de los explotados. Nunca gustó de lujosas oficinas o de andar en grandes automóviles. Tampoco consideró necesario tener guardaespaldas o algún aparato de seguridad personal. Hasta su vestimenta era un reflejo de su austeridad. Quizás si le daba poca importancia a alimentarse bien, ya que a quienes nos tocó verlo, poco antes de su trágico final, nos pareció extremadamente delgado y pálido. Era tal su entrega a la causa que no se cuidaba en lo que respecta a su salud y seguridad.

En fin podemos seguir hablando de Rodrigo, incluso el artículo de Acuña ha sido reproducido por otros ex- Mapu, pero habrá que dejar espacio para que otros más opinen y, sobre todo, participen.



REDMAPU

miércoles, 26 de mayo de 2010

TEATRO: "La Ana No puede Llorar"


Ana González de Recabarren es una de las mujeres más dañadas por la dictadura militar. Desde que su esposo, dos hijos y una nuera embarazada de tres meses desaparecieron el 29 y 30 de abril de 1976, ella ha consagrado su vida a encontrar la verdad y mantener vivo el recuerdo de su familia. Como ícono de la violencia su caso ha sido abordado en diferentes reportajes, pero ahora una obra de teatro se adentra en su vida íntima para conservar la memoria de Chile: “La Ana no puede llorar”.
“Tenemos la necesidad de enfrentar el tema desde el lado humano, más que desde el lado político. Queremos que el público se identifique con esta familia, que volvamos a abrazarnos pero insistiendo en encontrar la verdad. Tiene que ver con una lucha por el respeto por el dolor y la humanidad, por el derecho a sepultar a los seres amados”, explica Mabel Guzmán, directora de la obra.
Ficha Técnica
Obra: “La Ana no puede llorar”.

Dirección: Mabel Guzmán.

Dramaturgia: Patricia Araya.

Elenco: Rosa Ramírez Ríos, Lilian Vásquez, Gonzalo Pinto, Giovani Angelo y Micaela Sandoval.

Diseño escenográfico: Verónica Rojas Torrejón (“Todos saben quien fue”)

Diseño de vestuario: José Luis Plaza (“La Negra Ester”).

Diseño de Iluminación: Natalia Manzor (“Mi mundo Patria")

Lugar: Casona del Gran Circo Teatro, República 301 (Metro República)


Temporada: Funciones Viernes y Sábado a las 20:00 horas, desde el 28 de mayo al 12 de junio.

Público General $4.000

Estudiante $2.500 (Descuento a grupos de más de 5 personas)
Teléfono de Reservas: 09-7404188

Auspicia Compañía Gran Circo Teatro y Promociona Fundación Andrés Pérez Araya.

Los esperamos!!!!

martes, 25 de mayo de 2010

La seguridad nacional en su nueva versión

Por Hervi Lara

Comisión Etica contra la Tortura (CECT)

El discurso del Presidente de la República, dirigido al Congreso Nacional el 21 de mayo, se caracterizó por los numerosos anuncios de proyectos que irían en beneficio del pueblo. No obstante, no hizo mención de las concesiones a empresarios privados de varios hospitales públicos. Tampoco aludió a la privatización de empresas eléctricas y sanitarias. Menos aún se refirió a la disminución de los recursos de la educación municipalizada. No recordó la exoneración de que han estado siendo objeto los empleados públicos no adictos a la derecha. Y no hubo una palabra en relación a responder a las demandas del pueblo mapuche, sino más bien recalcó la profundización de la militarización del territorio en disputa con los grandes empresarios.

Respecto de este tema, la autoridad se ha nutrido de la Ideología de la Seguridad Nacional, en una nueva versión, que enfatiza la unidad nacional como principio ético superior, bajo el supuesto de que cualquier sospecha de disidencia u oposición se considera expresión de terrorismo. Luego, en el contexto de la globalización, la unidad nacional exige la represión para asegurar la supervivencia del sistema que sirve a la política exterior de USA y a la protección de los intereses económicos de las transnacionales y de sus socios internos.

De esta manera, también se comprende el agrado con que las autoridades policiales de La Araucanía recibieron los anuncios de Piñera en materia de seguridad, señalando que es un avance para reforzar el trabajo tanto de Carabineros como de la PDI, en el sentido de ampliar la dotación de la planta y la conformación de un mayor número de planes cuadrantes.

Las autoridades policiales olvidan que el aumento de la represión al pueblo mapuche -y a todo tipo de organización social-, se realiza para acrecentar la concentración del capital, tras la alianza entre los grupos económicos nacionales y las transnacionales, situación en que nuestro país es “terreno fértil” de extracción de recursos naturales, y las Fuerzas Armadas y las policías sirven de “guardias pretorianas” del sistema económico imperante, entregando a financistas la soberanía nacional que han jurado defender.

Es por lo anterior que el dirigente mapuche Mauricio Huaiquilao fue acusado de actividades terroristas y, estando en la cárcel, se le envió por tres días a una celda de castigo donde debió dormir y comer en medio de excrementos y orinas humanos.

Juan Lincopán, dirigente de la Comunidad Juan Lincopán de Ranquilhue, en el lago Lleu-Lleu, fue arrestado en diciembre del 2009 en la plaza de Cañete, junto a su hija de ocho años, siendo trasladado a Talcahuano, donde fue interrogado por el fiscal Andrés Cruz, uno de los persecutores del pueblo mapuche. Tras un recurso de protección, la Corte Suprema se vio en la obligación de reconocer que la detención había sido ilegal, pues no existía orden de detención ni autorización de traslado o interrogatorio. El fiscal Cruz persigue a la comunidad Juan Lincopán desde que ésta, a partir del 10 de diciembre de 2009, inició la recuperación del fundo Ranquilhue de la Forestal Mininco, que está en poder del grupo Matte.

Juana Calfunao lleva cuatro años de detención en el Centro Penitenciario Femenino de Temuco. Ella ha sido objeto de torturas y hostigamientos por parte de gendarmería y de las demás reclusas, de lo que no se ha realizado ninguna investigación al respecto. El 15 de diciembre de 2006, la Corte de Apelaciones de Temuco culpó a Calfunao de “alterar al orden público” debido a su enfrentamiento con Carabineros en enero de ese mismo año.

En los últimos días, su esposo, Antonio Cadín, al dirigirse a visitarla en la cárcel, fue interceptado por la policía y se le incautó el vehículo en que viajaba. Tras gestiones de Amnistía Internacional, el Ministro del Interior pidió disculpas, mientras Carabineros fueron a la casa de Cadín a avisar “que querían devolver el auto”.
Pascual Pichún, joven estudiante mapuche, desde la cárcel de Traiguén, manifestó que se estaría solicitando la media prescripción de su causa y que espera regresar a La Plata, Argentina, donde había encontrado refugio y realizaba estudios de periodismo.

El abogado mapuche José Lincoqueo fue detenido en Temuco. Ya el año pasado había sufrido el saqueo de su oficina, con destrozos de materiales, de una vieja máquina de escribir, del computador, de sus diplomas y con la leyenda “deja de expresarte”. Los “desconocidos” buscaban los documentos de alrededor de treinta parlamentos que los mapuches celebraron a lo largo de siglos con los españoles, para normar la convivencia y acordar respeto mutuo. Lincoqueo los había recopilado para ponerlos en contexto jurídico ante el Estado de Chile.

En octubre de 2008, la prensa presentó la noticia de una emboscada sufrida por el fiscal Elgueta, que habría sido preparada por un grupo paramilitar mapuche. Seis meses más tarde, el gobierno y el Ministerio Público justificaron la represión de la Comunidad Choque y otras aledañas, así como la persecución, procesamiento, torturas y encarcelamiento de quince comuneros mapuche. El fiscal, junto a diez vehículos policiales allanaron esa comunidad, ocasión en que el funcionario habría resultado herido, aunque no ha existido constatación de ello.

Se podría continuar con innumerables injusticias similares y peores, no obstante que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, así como el Comité contra la Tortura, ambas entidades reunidas en mayo del 2009 en Ginebra, condenaron la aplicación de la ley antiterrorista contra el pueblo mapuche y todo tipo de persecución por parte del Estado de Chile. Son datos que un Presidente de la República debería conocer.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/2010/05/25/la-seguridad-nacional-en-su-nueva-version/

viernes, 21 de mayo de 2010

EL LEGADO TEÓRICO DE RODRIGO AMBROSIO

MANUEL ACUÑA ASENJO
Santiago, 19 de mayo 2010

Con excepción de un libro homenaje, escrito hace algunos años, intitulado ‘In Memoriam. Rodrigo Ambrosio, constructor del MAPU’, y cuya segunda edición, corregida y aumentada saldrá publicada en Suecia, Estocolmo, durante el curso del mes de agosto, jamás he redactado un artículo en memoria suya ni he recurrido al empleo de sus palabras para argumentar en contra de las posiciones que caracterizaran a los miembros de esa organización, personajes destacados en los sucesivos gobiernos de la Concertación. Menos, aún, escribir acerca de su legado teórico, materia cuyo trato a muchos avergonzaría. Dos razones avalan esta conducta mía.

Una es, por supuesto, el hecho que Rodrigo, a pesar de ser un escritor infatigable, dejó pocos documentos suyos, la mayoría de los cuales pasó a constituir la línea teórica y programática de su partido. Los escritos de Rodrigo y su partido, pues, se confunden en una obra única al extremo que solamente avezados investigadores podrían distinguir donde empieza y termina tanto el trabajo colectivo como el suyo.

Hay, no obstante, una razón más importante que me ha hecho guardar silencio ante su figura. Esta no es otra que la misma que me obliga a callar frente al legado que deja la presencia rutilante y conmovedora del presidente Salvador Allende. Ambos son personajes históricos. No se caracterizaron por dejar un legado teórico de proporciones. Fueron líderes que construyeron patria y organización al compás de los acontecimientos. Pertenecen, por consiguiente, a su tiempo y a su historia, y obligan a formular inevitables comparaciones. Sin embargo, nada puede presumirse de ellos que no sea lo que verdaderamente fueron; la muerte, que interrumpió el flujo de sus vidas, impide suponerles conductas que no adoptaron ni podrán adoptar jamás. La muerte, por consiguiente, impide manipular sus memorias. Fueron grandes en su tiempo porque lucharon por sus convicciones y fueron capaces de crear nuevas formas de concebir la organización social con los instrumentos teóricos que poseían. No se les puede criticar porque nacieron en una época que no se corresponde con la nuestra. Al contrario: precisamente por eso ha de considerárseles grandes. Porque sin contar con el instrumental que la moderna sociedad nos entrega fueron capaces de señalar un camino y una tarea para las generaciones que habían de sucederles.

Rodrigo estudió en Francia, nación en la que ya destacaban Charles Betthelheim, Nicos Poulantzas, Étienne Balivar, Louis Althusser, entre otros, cuyas críticas al ‘socialismo real’ comenzaban a hacerse públicas, en tanto dentro de Italia y España realizaban similar labor Umberto Cerroni, Eduardo Fioravanti, Manuel Castells, también entre otros. Era una época en que se buscaba la posibilidad de instaurar un modelo socialista distinto al pregonado por la URSS, cuyas bondades muchos comenzaban a poner en duda. No por algo esos autores eran observados con sospecha por la militancia comunista, poco proclive al análisis y muy inclinada a tener fe en la sapiencia de sus líderes, defensora inclaudicable de las bondades de un modelo cuya verdadera esencia desconocía. Y es que la propaganda de la URSS era poderosa en ese entonces porque mostraba una experiencia real, un resultado (una ‘gestión’ exitosa, si empleamos las palabras de los ministros piñeristas), y no una simple elaboración teórica: podía, por consiguiente, no sólo atribuirse ser la heredera de las tesis de Lenin (que, verdaderamente, lo era), sino además de Karl Marx.

Puedo asegurar que Rodrigo no sucumbió ante la propaganda del modelo soviético; de otra manera hubiere reconocido filas en el partido comunista chileno. Pero era profundo admirador de las luchas populares, de las grandes epopeyas que hablaban de sociedades tomando para sí el control de su propio destino. Y eso era lo que había descubierto en determinados movimientos comunistas. No la forma de gobierno propiciada por ellos ni su estilo de organización social, sino el permanente ejercicio del poder de las masas, de toda una formación social en marcha hacia el encuentro consigo misma. Por eso sus tesis rebozan de confianza en las personas, en las masas, en sus organizaciones, lugares en los cuales debía radicar el verdadero poder, el control social.

No puede suponerse que seguiría Rodrigo siendo hoy lo que fue; tampoco puede presumirse que abjuraría de todo su pasado, como la generalidad de la membrecía del MAPU lo hizo para abrazar la causa del mercado. Rodrigo está muerto. Suponer conductas políticas actuales en quienes han fallecido es política ficción. Las personas pertenecen a un tiempo y lugar determinados, a una sociedad y a una época.

Puede, sin embargo, hacerse una breve reflexión. Rodrigo fue un sujeto autoritario; al menos, así se manifestaba. El autoritarismo es una enfermedad psíquica. Fromm la considera, junto con el conformismo y la autodestrucción, uno de los tantos ‘mecanismos de evasión’ que emplea el ser humano para superar la angustia de encontrarse inmerso en una sociedad que lo doblega. Constituye, por ende, una conducta anómala, aunque se dé en forma frecuente. El autoritarismo es típico del líder político que se impone a gritos, y emplea el desprecio y la descalificación como arma política. Es una conducta típica en el Chile de hoy.

El autoritarismo de Rodrigo era, no obstante, bastante especial. Yo no estoy seguro si puede considerársele como tal o si era una forma de imponerse a quienes mostraban claras tendencias al autoritarismo y al ejercicio del mando. Un hecho interesante que avala esta sospecha es que, durante el tiempo en que Rodrigo ejerció la Secretaría General del MAPU, la cohesión del partido adquirió rasgos monolíticos, al extremo que, cuando se retiraron las figuras más emblemáticas del partido (Alberto Jerez, Julio Silva Solar, Jacques Chonchol y Rafael Agustín Gumucio) para formar la Izquierda Cristiana, todos ellos se fueron solos, sin apoyo alguno de las bases. El autoritarismo de Rodrigo pareciera ser que se ejercía como forma de cohesionar a una base extremadamente autoritaria. Lo cual hace concluir que Rodrigo, a diferencia de quienes lo reemplazaron más tarde en la dirección de las fracciones mapucistas organizadas tras su muerte, estaba consciente de lo que hacía. Es decir, que cumplía su rol de factor de unidad. En términos vinculados a la ‘teoría de la complejidad’ (‘caos’), Rodrigo era el ‘atractor’ del movimiento social. Su factor de cohesión. Ello explica, además, que a su muerte se dividiese el MAPU, casi inmediatamente, en dos fracciones acaudilladas, respectivamente, por Oscar Guillermo Garretón (MAPU) y Jaime Gazmuri (MAPU Obrero y Campesino MOC), y que, luego del golpe militar, la primera de éstas se subdividiese en otras tres que fueron el MAPU oficial, el MAPU Partido de los Trabajadores y el MAPU Comité Central. El MAPU Obrero y Campesino, liderado por Gazmuri, no se dividió porque allí se reunieron todos los que se consideraban ‘dueños del MAPU’, los ‘patrones’, los que dieron lo que podría denominarse como ‘perfil del dirigente del MAPU’; no se dividieron, además, porque, como lo expresara brillantemente Adriana Delpiano, tenían vocación de servidores del Estado; se preparaban para asumir el gobierno del país.

Las divisiones del MAPU terminaron, finalmente, en un reencuentro de personalidades, de dirigentes que, por fin, veían aflorar sus respectivos caracteres individuales, subsumidos hasta ese momento bajo el recuerdo de la fuerte personalidad de Rodrigo. Si en algunas oportunidades emplearon la excusa de las diferencias teóricas para justificar tales divisiones, lo cierto es que, al advenir la democracia, gran parte de ellos se habían vuelto a unir, en el carácter de militantes socialistas (tanto en la llamada Convergencia Socialista como en algunas de las diversas fracciones que presentaba el Partido Socialista PS) o del Partido Por la Democracia PPD, para asumir el reto de dirigir al país. Atrás quedaban las luchas por el poder popular o por la profundización de la democracia. Obnubilados por la marea centelleante del mercado, convencidos de haber recibido la divina misión de ‘guiar al pueblo hacia su destino histórico’ sustituyeron sus principios socialistas ‘estatistas’ por el ‘socialismo de mercado’. Al amparo del Estado estaban las buenas rentas fijadas por la dictadura para tentar a los empresarios en la labor de dirigir la nación y la posibilidad de crear nuevos empresarios, nuevos negocios, nuevos lobbies. La tarea que emprendieron no fue distinta a la que guió a Pinochet en su asonada golpista: sólo haciendo más ricos a los ricos se harían ricos, también, los pobres. Como si el capital no fuese el engendro que es. Como si el capital no existiese tan sólo para acrecentarse. Semejante concepción solamente había de poner al descubierto la espantosa indigencia teórica de sus sostenedores, personajes inclinados a practicar la ‘ingeniería política’ por sobre el análisis teórico.

No debe sorprender, por consiguiente, que todos quienes se erigen hoy como organizadores del MAPU pocas veces quieran reivindicar la figura de Ambrosio y, antes bien, sientan un poco de recelo en hacerlo. Es obvio que así suceda. La figura de Rodrigo avergüenza a sus sucesores. Tal vez por eso prefieren separarse de aquella, reivindicar su rol de constructores del Chile post dictatorial y atribuir las ideas que hicieron posible la organización de ese movimiento a ‘pecados de juventud’.

Y es que Rodrigo, con todo, dejó un legado político que puede descubrirse en los documentos que escribió, en sus discursos e intervenciones públicas. De todo ese arsenal de documentos, que no es muy abundante, tal cual se ha dicho, hemos querido extraer algunas de sus ideas, tal cual lo señalamos en nuestra obra anunciada al comienzo.

Digamos, no obstante, algo previo. El basamento teórico de Rodrigo fueron las tesis propuestas por Karl Heinrich Marx y Friedrich Engels. Fue en la época que recién había Louis Althusser publicado su obra “Para leer ‘El Capital’” (1967) y Nicos Poulantzas preparaba la suya (“Poder político y clases sociales en el Estado capitalista”, 1968). Era una época en que, si bien algunos autores vislumbraban algunas innovaciones de relevancia, no era usada la interdisciplinariedad como instrumento de análisis ni, mucho menos, los espectaculares aportes de la biología, la semiótica y las matemáticas. Por el contrario. Bajo el fuerte influjo de la Unión Soviética, las tesis de Marx y Engels pasaban, necesariamente, por la exégesis leninista, stalinista, maoísta, trotskista, kimilsungista, etc. Los teóricos habían sido sustituidos por conductores sociales o estrategas; el empirismo de éstos era la teoría. Los modelos ‘socialistas’ que aparecían como triunfantes determinaban las líneas de los partidos. Marx y su teoría acerca del acopio de las disciplinas, sus concepciones acerca de la globalidad, estaban olvidadas. Y era un milagro que, en un país distante como Chile, hubiere personas como Rodrigo que se atreviesen a formular tesis que fuesen más allá de los estrechos marcos que brindaban los modelos existentes.

Concepción del Estado.
La concepción de Rodrigo acerca del Estado era, a no dudarlo, ‘instrumental’. Si bien prevenía acerca de la necesidad de distinguir entre Estado, gobierno y poder, sus ideas acerca del Estado no eran diferentes de las que sostenían las demás organizaciones políticas. Las clases postergadas debían apoderarse de esa “llave maestra del poder político”. O, empleando sus propias palabras, el Estado había de convertirse “de instrumento de dominación de la burguesía en el instrumento al servicio de los intereses de las clases populares”. Esta concepción ‘instrumentalista’ desarrollada, entre otros, por el malogrado teórico italiano Antonio Gramsci, hacía suponer que la estructura social era como un edificio o un vehículo al cual bastaba ingresar para dirigirlo u orientarlo en cualquier sentido. La teoría ‘relacionista’ del Estado, desarrollada más tarde por Nicos Poulantzas, vino a ajustarse con mayor fidelidad a las enseñanzas, no siempre claras en ese sentido, del maestro de Tréveris. Y no está claro si en el pensamiento de Ambrosio influyó o no la concepción ‘instrumentalista’ que, hasta la edición de 1985 de su obra más célebre (“Los conceptos elementales del materialismo histórico”), sostuvo la excelente teórica chilena Marta Harnecker.

Estatuto de las clases sociales.
Rodrigo redactó un verdadero estatuto de las clases sociales chilenas. Tomó en sus manos todos los conocimientos que existían en aquellos años y los plasmó en un estudio que incorporó, como ya se ha dicho, un nuevo término en el estamento proletario y que denominó ‘proletariado de cuello y corbata’, segmento social que comprendía al sector de empleados bancarios, personal administrativo de las industrias y servicios y empleados o vendedores del comercio. Todos ellos, considerados en su calidad de vendedores de fuerza o capacidad de trabajo pasaban a integrar el proletariado chileno o ‘trabajadores’, a diferencia de otros estudios que los denominaban despectivamente ‘pequeña burguesía’. Ignoro si en esta contribución estuvo presente, también, la influencia de la que fuese compañera suya durante los años de estudio, en Francia, Marta Harnecker. Lo cierto es que en la más conocida de sus obras, esta notable investigadora chilena escribe, al respecto, lo siguiente:

“[…] ello ha conducido a que muchos teóricos marxistas no incluyan en el concepto de proletariado a los trabajadores del comercio y de la banca, que son entonces considerados como ‘empleados’ (grupo social que se incluiría en el ambiguo concepto de ‘clases medias’)”.
(Harnecker, Marta: “Los conceptos elementales del materialismo histórico”, Siglo XXI Editores de España S.A., Madrid, 1985, pág. 229).

No obstante tal innovación, el propio Rodrigo incurrió al respecto en contradicciones aparentemente manifiestas. No sucedió ello en pocas oportunidades. Pero es posible suponer que esta asimilación de la ‘pequeña burguesía’ al estamento de ‘empleados’ fue hecha en referencia al denominado ‘alto personal administrativo’ de las empresas públicas, privadas o mixtas. No obstante, esta es una interpretación. No existe base ni seguridad alguna para sostenerla con certeza.

El estudio de Rodrigo, bastante más completo que los escasos intentos de los otros sectores por construir una teoría de las clases, determinaba estructuralmente tales grupos sociales. No era extraño que así sucediese. Por una parte, los estudios más acabados que existían en esa época eran los realizados por Georg Lukács. Por otra, la teoría en boga de esos años era el ‘estructuralismo’ y, aunque Rodrigo no la aceptaba, los influjos de esa tendencia se dejaban sentir fuertemente en todas las disciplinas.
En Nicos Poulantzas, las clases sociales poseen un sentido dinámico. Se organizan en la lucha de clases, en la oposición a otras clases y/o fracciones de otras clases. Son estructuras, sí, pero tienen un carácter disipativo (si recurrimos a las expresiones de Ilya Prigogine); se organizan y reorganizan constantemente, cambian de forma y de sujetos (no de intereses).

El Frente Revolucionario.
La adaptación de una forma de vida que ha de sustituir a la actual se realiza a través de la construcción de otro sistema social que, en los escritos de Rodrigo, se llama precisamente ‘nueva sociedad’. No quiere decir eso que el dirigente mapucista abominase el término ‘comunismo’. De ninguna manera. Tan sólo buscaba distanciarse de una denominación que ya tenía una connotación ideológica. No sólo la Unión Soviética se había apropiado de aquel vocablo, sino también lo hacían aquellas otras sociedades que se habían organizado luego de alcanzar el triunfo merced a luchas populares o guerras prolongadas. Esa nueva sociedad se conquistaba a través de una estrategia que Rodrigo denominó ‘Frente Revolucionario’ o unión de las organizaciones sociales y políticas bajo la conducción de la clase trabajadora. Se apartaba Rodrigo de las concepciones vigentes en esos años del ‘Frente Popular’ (sostenida por el Partido Comunista), de la ‘guerra popular y prolongada’ (de los sectores maoístas) y de la ‘estrategia guerrillera’, apoyada por el MIR.

Etapas en la construcción de la nueva sociedad.
En la construcción de la nueva sociedad, sostenía Rodrigo la existencia de tres etapas claramente diferenciadas:
1. La conquista del poder político, que correspondería al triunfo electoral, la fase de toma del gobierno de la nación. A partir de allí había que conquistar el poder del Estado. No de otra manera se explica que sus discursos terminaran siempre con la consigna de ‘A convertir la victoria en poder y el poder en construcción socialista’.
2. La consolidación del poder revolucionario, a través de una amplia movilización popular. Y,
3. La construcción revolucionaria o Nueva sociedad.

Tareas previas a la conquista del poder.
Pensaba Rodrigo que, para llevar a cabo esa tarea, previo era la realización de dos grandes tareas políticas, a saber:
1. Política social: En esta parte proponía la organización de una Central Única de Trabajadores CUT fuerte, con todos los trabajadores integrados a ella, un Frente Campesino Único al cual confluyese todos los trabajadores del campo y una Unión Nacional de Estudiantes tanto universitarios como secundarios, y
2. Política sindical. En la concepción de nueva sociedad de Ambrosio, el poder de los trabajadores era lo fundamental. Por lo mismo, su atención siempre estuvo puesta en el fortalecimiento de la clase trabajadora y de sus organizaciones. Para ello, proponía la creación de sindicatos únicos o Federaciones por rama de actividad y su inmediata afiliación a la CUT, la presentación de pliegos únicos de peticiones y la unión de los trabajadores de las pequeñas empresas en sindicatos fuertes y cada vez más grandes.

Concepción de partido.
La concepción de partido que tenía Rodrigo era un tanto diferente a la tradicional, aunque no siempre estaba bien explicitada. Por una parte —y esa tarea la inició ya como Presidente de la Juventud Demócrata Cristiana—, quería articular un partido de cuadros. Rodrigo confiaba en la ‘clase dirigente’ y, extrañamente, buscaba la organización de un partido que no suplantase a la clase trabajadora en su rol de conductora del proceso de construcción de la nueva sociedad. Era aquella una concepción muy poco clara pues, mientras defendía la existencia de un partido ‘vanguardia’, manifestaba, al mismo tiempo su voluntad de construir una organización al servicio de las clases postergadas.

Moralidad política.
Rodrigo fue una persona fiel a cinco grandes principios en materia de moralidad revolucionaria:
1. Por una parte, austeridad en la vida privada. La vida personal de un dirigente debía caracterizarse por su extrema austeridad, una forma de existir exenta de lujos, sencilla, modesta, ejemplar. Este particular rasgo del dirigente mapucista lo llevaría a la inmolación. No insistiremos sobre el particular.
2. Desprecio a la sospecha y a la traición. Jamás tuvo Rodrigo temor a ser traicionado o a que, dentro de las masas ―e, incluso, dentro de su propia organización―, se ocultase el elemento disociador. Al contrario de muchos, que temían a la infiltración y al espionaje y descubrían en cada gesto o ademán ‘agentes de la CIA’, tenía plena confianza en el proyecto popular. Rodrigo, al igual que Allende, estaba cierto que, tarde o temprano, las grandes mayorías nacionales terminarían apoyando esa opción y, con ello, neutralizarían toda desidia. Por eso, cuando en un acto realizado en Valparaíso se le advirtió que entre los presentes se ocultaban algunos agentes de la CIA, no pudo dejar de hacer alusión en su discurso a esas denuncias.
─Sé─ dijo, con aplomo─, que entre nosotros se encuentran algunos sujetos extraños. Dicen que son ‘agentes de la CIA’. Pero yo les digo que no nos preocupa su presencia. Por el contrario: celebramos que estén aquí y nos vean. Este es el pueblo reunido. Somos personas libres. Así aprenderán ellos también a ser hombres libres.
3. Lenguaje directo y rechazo rotundo a la adulación y a la hipocresía. Nos hemos referido a este rasgo en páginas anteriores. No insistiremos al respecto.
4. Fidelidad a los principios por respeto a la propia persona y a los demás. Rodrigo no sólo sentía respeto por los demás, sino también consigo mismo. Era fiel a sus principios por la rectitud de su vida y por respeto a la vida de los demás. Era parte de toda una sociedad que confiaba en su persona y en la que confiaba él mismo.
5. El servicio a la causa popular como única forma de dar sentido a la vida, labor primordial de todo revolucionario. Tal vez era éste uno de los rasgos más distintivos en la personalidad moral de Rodrigo. Su vida era la causa popular. En este sentido, era un verdadero revolucionario. Tenía el carácter productivo del que hablaba Fromm.

Como elemento de su época, Rodrigo pertenece al pasado, a nuestro pasado, a ese pasado que a muchos llena de rubor y a otros nos enorgullece. Su figura posee la virtud de recordar lo que fuimos y lo que somos; nos permite, en suma, situarnos como jueces de nuestras propias acciones y compararnos no con otro u otros sino con nosotros mismos para descubrir en nuestro interior si acaso hemos perdido nuestra capacidad de entrega o si hemos cedido al sistema, que antes aborrecíamos, ese inmenso territorio que conforman nuestros sentimientos y nuestras ideas.
Pero Rodrigo pertenece, además, a la Unidad Popular, al Gobierno Popular, a esa época caracterizada por el ascenso sostenido del protagonismo de las masas en los hechos históricos. Como hombre del pasado, como producto histórico de su época, de su tiempo, Rodrigo fue marxista, leninista, castrista, defensor inclaudicable de las revoluciones coreana, china y vietnamita. Esto no era casual. Defendíamos la vigencia del ‘socialismo real’ no en calidad de modelo sino por el simple hecho de constituir el único desafío exitoso de oposición al sistema capitalista mundial y un primer intento de construir cierto tipo de sociedad diferente al propugnado por el modelo norteamericano. Viet Nam y Cuba (¿cómo no defenderlos?) personificaron la lucha mítica, prometeica, del débil ante el poderoso, el valor increíble de los humildes alzándose contra el abuso del poder imperial y su constante intervención en la política mundial. Apoyando las demandas del ‘socialismo real’, nos oponíamos al avance siempre creciente de la dominación norteamericana.

Personalmente, hasta me atrevería a asegurar que, muy pocos, dentro de la Unidad Popular, conocían la verdadera naturaleza de las sociedades ‘socialistas’. Pienso, además, que, conociéndola, muy pocos se hubieren atrevido a defender la vigencia de semejante modelo pues no éramos liberticidas. La fuerza del paradigma social era enorme, ciertamente; pero no lo suficientemente grande como para hacernos abdicar de nuestros principios esencialmente libertarios. Estábamos al margen de la perversidad; buscábamos instaurar nuevos valores, distribuir el ingreso de manera igualitaria, crear una sociedad inmensamente humana y de ello jamás podríamos avergonzarnos. El MAPU era aquello: esperanzas, alegrías, confianza, solidaridad, empatía, libertad, dignidad, fraternidad. La bandera del MAPU, verde, con la estrella roja clavada en el centro de ese campo, no era sino la bandera del Partido Comunista de Corea y un homenaje a la triunfante Revolución Cubana. Rodrigo no vacilaba en reconocerlo y decirlo:

“A la sombra de estas banderas verde oliva, que representan desde siempre la vida y la fecundidad, a la sombra de estas banderas verde oliva que nos recuerdan Cuba revolucionaria y la lucha de los pueblos de América Latina..., a la sombra de estas banderas que representan la esperanza y la lucha de todos los pueblos del mundo, a la sombra de estas banderas que llevan en su corazón una inmensa estrella roja, proletaria, que recuerda la sangre vertida en los combates de obreros, de campesinos y de pueblos de todo el mundo, a la sombra de estas banderas vengan todos los que quieren, han querido y querrán que el MAPU sea desde hoy, en Chile y en la clase obrera, partido para ayudar ¡a convertir la victoria en poder y el poder en construcción socialista!”.

Es cierto: más tarde, cuando el MAPU se identificó con la voz “tierra” ―en lengua aborigen ‘mapu’―, la estrella roja empezó a asumir crecientemente la naturaleza de la estrella mapuche, la “guñülve”, rutilante guía celestial de los dueños originarios de Chile y de Argentina.

Rodrigo representa nuestra juventud, nuestros ideales, lo que en esos años consideramos nuestros objetivos. Pero representa, además, todo lo que éramos capaces de hacer, la entrega total, la capacidad inagotable que poseíamos de dar sin esperar nada a cambio, esa capacidad que es la voluntad de servir a los demás, regalarles, entregarles sin esperar, por ello, retribución alguna. Desde este punto de vista, Rodrigo Ambrosio —como muchos otros dirigentes de los movimientos populares— representa la moral que orientara a los movimientos de esa época y que hoy, bajo el imperio del mercado, es "estupidez", "tontería", "ingenuidad". El mercado, para expandirse, necesita prostituir a las masas, alterar el sentido de las palabras, transformar los conceptos e imponer la moral del lucro y la avaricia por sobre todos los valores. ¿No es esto, acaso, a lo que Arthur Machen se refería, por boca del profesor Lipsius, cuando hablaba de
“las mezquinas reglas y disposiciones que una sociedad corrompida dicta para defender sus propios intereses egoístas y nos presenta como decretos inmutables de lo eterno”?
(Machen, Arthur: “Los tres impostores”, Hyspamérica Editores Argentina S.A., Buenos Aires, 1985, pág. 193).

Rodrigo es segmento temporal de una época, parte de una institución y de un proceso. Para desgracia de quienes buscan, hoy, establecer analogías anacrónicas entre las conductas de la casta gobernante y la suya, Rodrigo murió convencido de sus ideas, que fueron las ideas de Allende, las ideas de la Unidad Popular, las ideas que abogaban por el establecimiento a nivel mundial de una sociedad nueva fundada sobre los valores del ser humano. Falleció en ese retazo de tiempo que acunó todas las esperanzas de un pueblo, con sus pensamientos, con sus sentimientos, con su obra; falleció defendiendo ese “Gobierno de mierda” que fue nuestro Gobierno Popular, defendiendo el derecho de autodeterminación de los pueblos —especialmente, del cubano— y soñando con una legión de trabajadores, empeñados en construir esa nueva sociedad que todos anhelábamos...


martes, 18 de mayo de 2010

Represión en Collahuasi: Las lecciones para la Clase

Por Julio Oliva García Presidente Sindicato El Siglo

Un avión Hércules con numerosos vehículos y efectivos policiales aterrizó en las cercanías de la mina Doña Inés de Collahuasi, helicópteros sobrevuelan la zona del campamento minero y tanquetas recorren sus caminos, hasta hace poco tomados por los obreros subcontratistas que exigen mejoras en sus condiciones.
Algunos dirigentes santiaguinos llegan a intentar apaciguar los ánimos, no los de la policía militarizada ni las autoridades, si no los de los trabajadores para “mostrar ánimo de negociación”. Lamentable escenario de desmovilización y baja de guardia.
La empresa, un conglomerado de transnacionales, se ha negado a mejorar los lugares donde viven hacinados sus trabajadores, tampoco se abre a elevar los salarios ni a entregar, por término de conflicto, un bono de un millón y medio de pesos, que es un céntimo de un pelo de la cola frente a los 800 mil millones de pesos que les quedan como ganancia anual. Además, acentúa la discriminación de los subcontratados en las grandes diferencias que se producen en salud y alimentación con los trabajadores de planta, aún cuando ambos grupos de obreros realizan las mismas labores, y desconoce las leyes laborales sobre el trabajo pesado mientras usa los tribunales para acusar a los trabajadores de “daños y secuestro”. Ellos saben lo que hacen.
También lo saben las autoridades políticas de la zona, que han reaccionado solicitando refuerzos de la capital para que la represión y el amedrentamiento sean más efectivos, y el ministro de Interior justifica el escenario de guerra como continuidad de los operativos instaurados para el 29 de marzo, Día del Joven Combatiente, y el Primero de Mayo.
No es secreto en la región que la empresa minera auspició campañas parlamentarias y mantiene en su mano a diversos medios de comunicación que reciben su publicidad, por eso se explica la información tergiversada que circula y la vista gorda o la abierta intervención proempresarial de algunos conspicuos honorables.
La solidaridad de clase no ha estado ausente, aunque parece poco un comunicado o la visita de algún dirigente ante la magnitud de la reacción patronal, pero hay otras formas de solidarizar que pueden comenzar a desplegarse. Sin embargo no se entiende el viaje de personeros de la CUT para llamar a la calma, para mostrar signos de “voluntad de diálogo”, mientras el ánimo de muchos era continuar la pelea. Es conocida ya la situación post movilizaciones interrumpidas, bien lo sabe Cristián Cuevas cuando intentó reponer la huelga el 2007 y se quedó solo, amenazando con una huelga de hambre mientras la mayoría ya se había sentido traicionada y no había ánimo de volver al combate. Así fueron “olvidadas” muchas de las promesas de CODELCO y los subcontratados continuaron siendo trabajadores de clase C.
Por eso, mientras los empresarios, el gobierno y la denominada clase política tienen bien claro lo que deben hacer para continuar profundizando el modelo económico y la superexplotación, a los trabajadores no les queda más que comprender que la unidad hace la fuerza y la movilización es la forma de conseguir mejoras en sus vidas.
En el ambiente hay nuevos aires que insinúan cambios profundos, la CUT de hoy –tan lejana de la CUT de Clotario Blest y Luis Figueroa-, vive su agonía lejos de las bases y con la corrupción instalada en sus dirigentes. Nuevos y antiguos trabajadores, comenzando por los más discriminados, aquellos que no tienen nada más que perder que el miedo, comienzan a organizarse y a hablar de unidad, de lucha, de solidaridad de clase. Pasan a la acción y sueñan, concretan realidades en periódicos, preuniversitarios, trabajos voluntarios, negociaciones exitosas, movilización.
Hay que seguir sumando a miles, a millones, en este cauce de la transformación. Los trabajadores necesitan un gobierno de ellos, no en nombre de ellos con supuestos representantes que engordan en mullidos sillones. Habrá de erigirse la fuerza social y política que haga eso realidad y que, una vez alcanzado el gobierno, sepa defenderlo con las lecciones aprendidas.

24 querellas por delitos de lesa humanidad

Información de La Nación, jueves 7 de enero de 2010. Conviene saber si se llegó a realizar querella.
Ver interesante blog mapuche de Derechos Humanos: http://memoriaoralancestralautobiog.blogspot.com/


Gobierno presentará 24 querellas por delitos de lesa humanidad.

Por Jorge Escalante / La Nación

La autoridad interpondrá las acciones criminales como superior jerárquico del Programa de Derechos Humanos de ese ministerio. Al menos diez corresponden a víctimas por las cuales hasta ahora no existe un juicio.

Jueves 7 de enero de 2010 País



La presentación de las acciones criminales es una esperanza para los familiares de ejecutados políticos. Foto: La Nación

En un acto inédito en los 20 años de gobierno de la Concertación, el subsecretario de Interior, abogado Patricio Rosende, interpondrá en los próximos días en la Corte de Apelaciones de Santiago, en nombre de la “sociedad chilena”, 24 querellas por delitos de lesa humanidad por igual número de víctimas ejecutadas durante la dictadura militar.

En su calidad de superior jerárquico del Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Interior (PDHMI), la acción que emprende el subsecretario es la primera por la cual este organismo interpone querellas por este tipo de delitos, y también será la primera vez que se hace por víctimas que tienen la calidad de ejecutados políticos, y no de detenidos desaparecidos.

Otro elemento nuevo será que de las 24 acciones criminales, 10 corresponderán a ejecutados por los cuales no existe hasta ahora un juicio abierto.

De esta manera, el subsecretario Rosende estrenará la nueva facultad para iniciar querellas que otorgó al programa la Ley 20.405 que creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos.

La presentación de estas acciones legales podría implicar el procesamiento de ex agentes militares o civiles cuyas identidades hasta ahora no han aparecido en los juicios que actualmente se instruyen en el país.

La Ley 20.405 vino a fortalecer las atribuciones del Programa de Derechos Humanos de este ministerio, y de paso causó el mismo efecto respecto del cargo de subsecretario de Interior, jefe máximo de este organismo.

El PDHMI constituye hoy el principal soporte de los procesos abiertos por los crímenes cometidos bajo el terrorismo de Estado de las Fuerzas Armadas, pues el trabajo sistemático de sus abogados dedicados exclusivamente a esta tarea permite no sólo monitorear todas las causas a través del país, sino darles movimiento mediante la petición de diligencias y aportar antecedentes tanto jurídicos como de los hechos que rodearon los crímenes.

Hasta ahora el PDHMI es parte en todos los procesos que existen por detenidos desaparecidos, pero ahora lo podrá hacer también por los ejecutados, vale decir, por aquellas víctimas asesinadas cuyos cuerpos no desaparecieron.

A ello se suma la facultad de querellarse a nombre de la sociedad chilena y solicitar por ello el procesamiento de los autores, cómplices y encubridores.

Por otro lado, el Consejo de Defensa del Estado, que acciona en nombre del Estado chileno en las causas, si bien actúa en este tipo de procesos no lo hace en todos, lo que a juicio de los organismos de derechos humanos refuerza la importancia de la acción y permanencia del PDHMI.

EL EVENTUAL FACTOR PIÑERA

Pero dado que este programa continuador de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig) y de la posterior Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, fue creado por un decreto supremo (Nº 1005 de 1997) y no por una ley, puede ser eliminado por la misma vía tan sólo por un acto administrativo del Ejecutivo.

Por ello sus integrantes temen que ante un eventual triunfo de la derecha el próximo 17 de enero, el gobierno de Sebastián Piñera si bien no lo borre de una plumada, realice cambios que en la práctica lo transformen en un ente que, más que activar los juicios, colabore de una manera sutil a su paulatino descuido o abandono.

Eso, teniendo en cuenta de que hasta ahora Piñera ha sido evasivo para revelar cómo enfrentará en concreto su eventual gobierno el curso de estos juicios por crímenes de lesa humanidad.

Aunque, al menos en sus reuniones privadas con centenares de militares que cometieron crímenes o fueron parte del aparato represivo, o que ocuparon funciones de Estado bajo el dictador Augusto Pinochet, ha mostrado como intención de principios interceder para tratar de poner fin cuanto antes a estas causas, acusando veladamente a los jueces de no aplicar los principios del debido proceso, de ser parciales con los militares involucrados, poniendo en cuestión de que el Estado de derecho se esté aplicando en plenitud por el Poder Judicial en estos juicios.

Por ello, en su momento recibió la respuesta del entonces vocero de la Corte Suprema, actual presidente Milton Juica, quien le replicó diciendo que en el Poder Judicial se aplican los principios del debido proceso a los acusados.

EL “PASAPORTE”

En las nuevas querellas que interpondrá el subsecretario Rosende, lo que ocurriría la próxima semana ante la Corte de Apelaciones de Santiago, éste solicitará la designación de nuevos ministros en visita o de fuero para que las instruyan, pudiendo también ocurrir que la corte, si las acoge a tramitación, las reparta entre los ministros que actualmente tramitan estos procesos.

En sus presentaciones, la autoridad dejará claramente establecido que las acciones criminales que se interponen tienen como fundamento el artículo 10 transitorio de la Ley 20.405 que creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos, que faculta al PDHMI ahora para “presentar querellas respecto de los delitos de secuestro o desaparición forzada en su caso, y de homicidio o de ejecución sumaria en su caso”.


Resolución del pleno de la Suprema

El pleno de la Corte Suprema resolvió el 13 de mayo de 2009 que, dado que los jueces del crimen y la figura de los ministros en visita o de fuero debían terminar a fines del año pasado de acuerdo a la última fase de la reforma procesal penal, los ministros de Corte de Apelaciones que conocen estas causas continuarán a cargo de ellas “hasta su término”.

De esta manera, el pleno despejó la duda que existía acerca de la suerte que correrían todos estos procesos, y dejó categóricamente establecido que estos juicios no tendrán plazo de término y que se extenderán hasta que los jueces les pongan fin cumplidas todas las fases del antiguo proceso penal por el que se rigen.
Actualmente existen 22 ministros de corte en visita extraordinaria o de fuero, para instruir 297 procesos, de los cuales casi el 80% están concentrados en la Región Metropolitana. En estas causas por delitos de lesa humanidad, existen a la fecha 779 agentes encausados, de los cuales 279 ya tienen una condena, sea que ellas se encuentren ya confirmadas por la Corte Suprema, o que aún estén en estado de apelación. De los 279 condenados, 55 de ellos tienen más de una condena, mientras que entre los no condenados aún, 232 tienen más de un procesamiento.

Un paso trascendente

En su calidad de superior jerárquico del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, el subsecretario del Interior Patricio Rosende interpondrá 24 querellas por delito de lesa humanidad por igual número de víctimas ejecutadas durante la dictadura militar.

De esta manera, Rosende estrenará la nueva facultad para iniciar querellas que otorgó al programa la Ley 20.405 que creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos.

La presentación de estas acciones legales podría implicar el procesamiento de ex agentes militares o civiles cuyas identidades hasta ahora no han aparecido en los juicios que actualmente se instruyen en el país.

Este es un acto trascendente en materia de derechos humanos así como la inauguración del Museo de la Memoria, que se realizará el próximo lunes 11 en un acto al que están invitadas unas mil personas, procedentes de todas las regiones y de otros países. La única oradora será la Presidenta Michell Bachelet.
María Luisa Sepúlveda, presidenta de la Comisión Presidencial de Derechos Humanos, calificó como “discusiones ficticias” informes de prensa que hablaron de polémica sobre incorporar o no el período del gobierno de Salvador Allende en el museo, así como incluir casos de miembros de las Fuerzas Armadas y Carabineros en el espacio que se inaugurará en el barrio Matucana.

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7 de Enero de 2010

Gobierno presentará 24 querellas por casos de ejecutados políticos

Las querellas serán sustentadas por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y son las primeras que dicho organismo patrocina en casos de ejecutados políticos o de detenidos desaparecidos.


por EFE

El Gobierno presentará en los próximos días 24 querellas por otros tantos ejecutados políticos durante la dictadura de Augusto Pinochet, de los que diez no habían llegado nunca ante los tribunales de Justicia.

Así lo adelanta hoy el diario “La Nación”, que precisa que las querellas serán presentadas por el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, en nombre “de la sociedad chilena” contra quienes resulten responsables de esos delitos, catalogados “de lesa humanidad”.

Las querellas serán sustentadas por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y son las primeras que dicho organismo patrocina en casos de ejecutados políticos o de detenidos desaparecidos.

Serán además las primeras acciones legales que emprende el Gobierno en el marco de las facultades que le otorgó la ley que creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos.

Según el periódico, en estos casos podrían ser procesados agentes represores de la dictadura que hasta ahora han logrado permanecer al margen de los juicios por violaciones a los derechos humanos.

Hasta el momento, 779 antiguos agentes han sido enjuiciados y 279 han sido condenados en un total de 297 juicios por violaciones de los derechos humanos, que están a cargo de 22 jueces especiales.

Durante la dictadura unas 2.279 personas murieron a manos de agentes del Estado, de las que 1.192 tienen la condición de detenidos desaparecidos, según estableció el informe Rettig, que en 1991 certificó las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura.
La Comisión Rettig y la Comisión Valech, que en 2005 certificó más de 28.000 casos de tortura cometidos también durante la dictadura de Pinochet, serán reabiertas en las próximas semanas y durante seis meses, por iniciativa del Gobierno, para recoger nuevos datos, desconocidos hasta ahora.

elmostrador

CONMEMORACIONES ANIVERSARIO 41



MIÉRCOLES 19 DE MAYO, 12 HORAS, desde Metro Cementerio, Línea 2:

Romería a tumba de Rodrigo Ambrosio y Memorial MAPU en Cementerio General de Santiago.


DOMINGO 23 DE MAYO, 13 HORAS:

CASA BOLÍVAR, Avda. Brasil 658 (entre Rosas y San Pablo).

Almuerzo y convivencia de camaradería, previa inscripción: mapusantiago@gmail.com
Estimad*s compañer**s y amig**s:

Queremos invitarl*s a la reunión con almuerzo con que vamos a conmemorar el 41º aniversario de nuestro Partido y a generar el necesario reencuentro entre much**s de nosotr**s que ahora debemos reflexionan sobre lo que viene de ahora en adelante.

Por logística, tenemos que pre-inscribir a l*s interesad*s. Agradeceremos avisarnos mediante respuesta a este mensaje. La adhesión para un almuerzo sencillo costará $ 3.000, si se inscriben de a dos, sale por $5.000 l*s dos.

Les agradecemos a quienes puedan asistir y adherir con su canto, poesia y palabra combatiente.
A nuestr*s compañer*s y amig*s del exterior y regiones: les compartimos este mensaje, vean nuestros esfuerzos `por la reconstrucción de nuestro destacamento y la construcción colectiva de un instrumento para el Poder Popular, junto a nuestr*s herman*s de los Pueblos y los Trabajadores. Sus expresiones de saludo y adhesión serán bienvenidas.

Esperamos su respuesta y sus buenas noticias.

Un abrazo fraternal,


Coordinación MAPU
Inscripciones: mapusantiago@gmail.com


lunes, 17 de mayo de 2010

URGENTE, CAMPAÑA PARA FORMAR BRIGADA PARA LA REGION DE MAULE

A todas las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares, A todos los compañeros solidarios:

Un grupo de organizaciones sindicales, estudiantiles y populares, nos hemos organizado para coordinar esfuerzos en ayuda de los compañeros afectados por este terremoto.

En concreto:

- Queremos organizar una brigada en apoyo de poblador*s de Talca, Curepto, Huelón y otras localidades de la Región de Maule. La situación de ell*s, a dos meses del terremoto, sigue siendo apremiante, ante la pérdida y grave deterioro de hogares y las secuelas materiales y psicológicas que vienen tras la catástrofe y afectan a grandes y chic*s. Necesitamos artistas, psicólog*s, educador*s, técnic*s, abogad*s, profesionales de la salud, terapeutas, etc.

- Recolectaremos alimentos, remedios, abrigo, y todo lo que esté a nuestro alcance para enviarlo a las zonas afectadas y distribuirlo a través de las organizaciones hermanas.

Toda la ayuda es necesaria y bien recibida.

Para el apoyo a la Región de Maule, contactos con:
mapusantiago@gmail.com

Para depósitos solidarios a nivel nacional e internacional:
Cuenta Bipersonal Banco Estado, de Carlos Edgardo Ruiz Rodríguez y Guillermo Alamiro Lincolao Garcés.
Depósitos en Western Union: Carlos Edgardo Ruiz Rodríguez. RUN: 6.865.692-3
Avisar a mapusantiago@gmail.com

Para otras regiones:
Hemos estado en apoyo de la campaña organizada por la CGT con adhesión del MPT.
El lugar de acopio será la sede de la CGT, ubicada en calle Dieciocho #45, 5º piso A, de 9 a 21 hrs.

Para cualquier consulta comunicarse con Hernán González, Secretario del SINTEC, al fono: 08-7399596
Hasta el momento adhieren a esta campaña:

Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción y el Montaje SINTEC – Chile
Confederación General de Trabajadores - CGT
Mosicam
Frente de Estudiantes Libertarios – Santiago
Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores – MPT (Incluido el MAPU)
Colectivo Ecológico Taller Verde
Sindicato de Trabajadores Call Center Unisono
Colectivo de Trabajadores de la Educación "Mal de Ojo"
Colectivo Travol
Agrupación Barrial VLJ
Otras individualidades.

¡Solidaridad de clase ahora!

Han pasado casi tres meses desde el terremoto y tsunamis. El gobierno solo atina a hacer regocios redondos a costa de la necesidad apremiante de la gente.
Esta catástrofe deja consecuencias materiales y de salud física y emocional muy prolongadas. Tenemos terremoto para rato...
Su apoyo sigue siendo necesario como en las primeras horas.


Condiciones de vida y situación de los departamentos en San Luis de Talca

Vigilancia para los mall y supermercados.
Ausencia de autoridades y soluciones en las poblaciones.
La antigua Talca no está en pie. Much*s habitantes están sin solución ante la destrucción total o casi total. Lo mismo sucede en Curepto, Vichuquén, en todas las comunas de las regiones del Maule y del Biobío.
Antonio Núñez, dirigente de San Luis de Talca.

Contactos: mapusantiago@gmail.com