“... y dicen que el Che ha
muerto.
Que los míos, que los tuyos, que los nuestros murieron.
... Solo muere quien se olvida.”
AL CHE, A 44 AÑOS DE SU
MUERTE
Compañero Guevara:
Desconozco al autor de los versos con los que inicio y, aunque los he
adulterado concientemente, creo que son los que de mejor manera expresan el sentir
de muchos, al aproximarse el año 44 desde que solo contamos con tus escritos,
con tu ejemplo de vida y de lucha, mas no con tu presencia física.
En este alto por la memoria, nuevamente se hablará de
tus luchas, actitud, ejemplo, así como de tus propuestas y
sueños. Se leerán una o varias hojas en saludo al guerrillero
heroico y su causa.
Habrá actos solemnes, concentraciones, e incluso
desfiles en tu honor. Sumaran miles los muros pintados, se dirán arengas y se
tomaran compromisos de luchar hasta vencer, en muchos lugares del mundo.
Será una demostración potente de que estás con
nosotros en el día a día y sin embargo tengo la impresión que algo no anda
bien.
Y es que aunque muchos van por ahí citando tus textos,
luciendo tu rostro barbado en escarapelas, en su actuar cotidiano están muy
lejos de lo que tu fuiste en vida. Un hombre digno, desapegado de lo material,
preocupado del bienestar del pueblo, sin otro norte que la liberación plena del
hombre.
Se
sabe de algunos que estuvieron varios años jugándosela por la causa, pero a la
primera que las cosas no se dieron como
ellos juraban que se darían, abjuraron sin vergüenza y hoy comparten espacios,
alimentos y bebidas con esos a los que tu - y otros antes que tu y otros después de
ti - tienen claramente identificados como los responsables de tanta penuria y
dolor que golpea a nuestro pueblo.
¿Podría creer Che, que varios de los que juraron
seguir su ejemplo, ahora andan por ahí, sacando provecho de las tantas ventanas
que les abrió el sistema – ese sistema que brindó con champagne cuando supo de
su asesinato?
Y la cosa no acaba aquí. Existen otros que dejaron de
creer hace tiempo en la nueva sociedad a construir, sin embargo esconden su
renuncia y cargan banderas rojas en cada movilización, para luego volver a sus
espacios ganados por haber traicionado al pueblo.
A casi 44 años de su último combate, veo
con desazón que mas que ayudar a la causa por la que usted dio la vida, varios
se han servido de su nombre y su figura para ir por la vida mintiendo, haciendo
cosas muy distintas a lo que fue su compromiso comandante Ernesto.
Ellos que dicen honrarlo, que se vienen juramentado
cada año desde 1968 cuando recordaron por primera vez su partida física, que se
comprometieron a seguir su ejemplo, dan algunos pasos en el camino correcto y
muy luego, cuando ya se apaga el fragor de los homenajes excluyen, discriminan,
persiguen, descalifican, hostigan, menosprecian, insultan a todos aquellos que
no asumen sin discusión, lo que ellos han definido como el camino a seguir.
¿Creerás comandante que en algunos casos hasta se han
sentado a la mesa a compartir con los mismos que fueron inspiradores y
promotores de duros golpes contra el pueblo y sus organizaciones sociales y
políticas?
Pasos tácticos le llaman a estas maniobras y el
resultado de las mismas casi siempre supone la mantención, con algún maquillaje
superfluo, del modelo imperante que ahoga al pueblo.
Es doloroso pero debe decirse. A veces queda la
impresión que se han separado de las luchas populares. Que se están sirviendo
del pueblo y no sirviéndolo como debe ser.
Aunque levantan el puño cerrado y cantan nuestros
himnos, tus himnos, tengo la impresión que no los tienen grabados a fuego en el
corazón.
Aunque la lucha no cesa ni cesará, los momentos
complejos y difíciles seguirán aún por bastante tiempo.
Y es que ya no es política permanente, principal, el
contacto permanente con las masas, las visitas a las empresas, los campos,
ciudades y pueblos olvidados a los que solo se llega en época de elecciones.
El encuentro directo con el pueblo, con los más
desposeídos, va siendo reemplazado por las conversaciones en los cafés,
tertulias al atardecer, reuniones de estudiosos de la cosa social, coloquios y
encuentros entre iguales, entre los que saben de la cuestión social.
Lo que resulta un poco extraño Che, es que a esos
encuentros no son invitados trabajadores, ni pobladores.
No dan su opinión sobre la explotación y el abuso, los
explotados ni los abusados. Otros lo hacen en su nombre. Solo conocen de las
resoluciones a sus problemas, que fueron tomadas por otros.
Eso es lo que hay que cambiar, volver a las raíces es
imperativo, urgente, de lo contrario será poco lo que se avance en este camino
al que ya entregaron su vida generosa tu y otros luchadores a
los que en muchos casos no se les recuerda ni de nombre.
Un saludo comandante y la reiteración del compromiso.
Sigue guiando con tu ejemplo la lucha de todos los que
no cejaran en su intento por un mundo más justo y digno para el pueblo,
inspirados en ti y en el camino que mostraste.
“Y dicen que el Che ha muerto,
solo muere
quien se olvida”.
MANUEL AHUMADA
LILLO
PRESIDENTE
CGT - CHILE
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