Escrito por el colectivo Kamina Libre (2003)
En la tarde del 26 de marzo de
1993 la Dirección de inteligencia policial de carabineros (DIPOLCAR) llevó a
efecto en el centro de Santiago una operación de aniquilamiento en contra de
una escuadra de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL), que estaba
reunida en un restorán en las inmediaciones de San Diego con Victoria y que
había sido detectada como resultado de una intensa labor represiva en torno a
todas las estructuras integrantes el MAPU- Lautaro, organización que en ese
entonces desarrollaba una continua actividad político-militar de resistencia
anticapitalista; en dicha acción cobarde y mientras se subía a un automóvil
junto a dos compañeros que con posterioridad fueron detenidos fue ultimada
Norma Vergara Cáceres a consecuencia de un impacto de bala en su pecho
disparado a distancia y sorpresivamente por un tirador escogido negándole así
la posibilidad de responder en un acto de legítima defensa.
Norma era una joven y linda mujer
e mirada intensa a quien con justeza llamamos “ojitos de luna”. De origen
campesino, al momento de su asesinato, recién había cumplido los 27 años de
edad. Ella llegó a Santiago a la población Santa Adriana siendo una niña, junto
a su numerosa familia, inmediatamente después del 11 de septiembre de 1973 y
como resultado de la detención de su padre quien era dirigente sindical en la
zona de El Monte-Melipilla y miembro del MAPU Obrero Campesino.
Desde pequeña, integró grupos
folclóricos que tenían por finalidad difundir la cultura campesina con un
sentido de clase para articular la resistencia a la dictadura.
Ya en los ’80 comenzó a participar
activamente en los centros juveniles de la zona sur de Santiago que eran
espacios de reunión de la juventud popular combativa que alimentó con energía y
decisión la lucha cotidiana por algo más que el fin del fascismo pinochetista.
Con el correr de los años ingresó al Movimiento Juvenil Lautaro cuando esta
organización de izquierda Guevarista interpretaba de manera creciente una forma
novedosa de inserción político social en poblaciones, liceos y universidades
que atraía a quienes soñaban con un “Chile Popular”.
Los ya conocidos pactos de la
Concertación con los milicos provocaron el reacomodo burgués para una mejor
administración del capitalismo neoliberal y es así como con la farsa de la
alegría que venía lograron la neutralización del amplio movimiento social y
popular que se había tomado las calles y lo condijeron dentro de la legalidad
fascista para forzar la salida de Pinochet a través de la participación
electoral. Fue en este marco que “la chiquitita” como también la era llamada
por sus compañeros reafirmó su decisión de combatir con todo esta maniobra de
dominación sabiendo que en esta opción los desafíos eran mayores y los riesgos
también.
A fines de 1990, mientras
participaba en la recuperación y repartición de un camión de alimentos cerca de
su población repele a balazos la acción represiva de carabineros, dando cuenta
de un arrojo combativo que entre otras cosas hizo posible su integración a las
escuadras de las FRPL; y desde comienzos de 1991 hasta el día de su caída
desempeñó importantes labores de organización, planificación y concretización
del quehacer cotidiano de guerrilla urbana, cuestión que la hizo adentrarse en
la inevitable circunstancia de la vida clandestina. Su entrega en la lucha
revolucionaria la llevó a convertirse en un objetivo de especial atención para
la maquinaria asesina del estado policial y en momentos en que participaba de
la jefatura de las FRPL su punto de concentración era el rescate desde la ex
Penitenciaría de Santiago de casi todos los prisioneros políticos para los
cuales se estaba construyendo una cárcel de alta seguridad inédita en Chile por
su dureza y que suponía un aislamiento total e inhumano junto a largas condenas
que ella estaba dispuesta a evitar con todo lo que hacía, tenía y podía.
Han transcurrido 10 años desde
que los pacos, con su muerte física quisieron eliminar cualquier vestigio de su
presencia pero una vez más se equivocaron ya que no hicieron más que sembrar
con su sangre semillas de insurrección que rebrotan como rabia organizada como
muchas mujeres que se levantan nuevamente fuera de toda legalidad para empuñar
bombas de odio contra el capital y es así que su presencia nos acompaña en el
día a día de resistencia a la cárcel y nos alimenta de los nuevos esfuerzos
concretos de construcción social popular y por ello hoy quienes fuimos sus
compañeros y algo más así como quienes no la conocimos físicamente pero sí
compartimos el legado de una mujer que empuñó las armas lejos de toda
palabrería para decir con su ejemplo y con su práctica lo mismo que con fuerza
hoy venimos a gritar… “Hasta más no poder luchar, luchar y luchar para hacer y
ver la revolución social avanzar, crecer y perdurar”.
Desde núcleos y colectivos en la
pobla, en la universidad, en la cárcel; desde espacios reales que a paso lento pero
seguro multiplican la subversión con horizontalidad, autonomía, autogestión y
dignidad, decimos que no somos uno sino que muchos los que reivindicamos con la
misma fuerza de tu acción y con la eterna alegría de tu mirada “chica ojitos de
luna”.
“Por los de ayer, por los de hoy,
por los que vendrán…..”
¡JUVENTUD KOMBATIENTE:
INSURREXION PERMANENTE… !NORMA VERGARA PRESENTE!
COLECTIVO DE ACCION NORMA VERGARA
KOLEKTIVO KAMINA LIBRE DE
PRISIONEROS POLITICOS, k.a.s. stgo. Chile
Marzo 2003.
(extracto da Libertad Ahora)
Norma Vergara Cáceres
http://www.libertad.dm.cl/homenaje_norma.htm
Son diez años ya desde aquella
noche de otoño joven, Norma Vergara. Desde la oscuridad salió la bala
traicionera que hizo trizas tu valeroso pecho, velando tus "ojitos de
luna" y silenciando tus cantos campesinos, Norma. Es cierto, ya no resuena por las calles del
viejo Santiago la música ligera de tus pasos, rumbo al último encuentro
clandestino. Pero en las poblaciones vive todavía la leyenda de "la
chica" linda que, en la parte más alta de un camión, distribuía alimentos
y vigilaba, portando la metralleta con estilo, fuerza y gallardía. (Santiago 26
de marzo de 1993)
Canto de amor por Norma Vergara Cáceres
Hardy Peña, CAS
Junto al canelo he tenido una visión:
trutrucas ceremoniales convocaron
a los guerreros agazapados en la espesura,
y tendrán tu voz, compañera,
aldeanas acribilladas por la aurora
cantarán al cosechar
el maíz,
y tendrán tu voz, compañera,
labriegos martirizados bajo la escarcha
afilarán los puñales de nieve
que arrancarán el corazón
de los que pisotearon las lágrimas,
que tendrán tus manos, compañera,
niños suaves formarán una ronda infinita
alrededor del mar,
y tendrán tus manos, compañera
marineros ardientes invadirán
las espléndidas ciudades
para liberar la ternura y encender
el sol,
y tendrán tus ojos, compañera,
poetas congregados con las multitudes
preservarán la alegría
para todos los hombres,
y tendrán tus ojos, compañera,
algodonales blancos se mecerán
al viento
entre chozas negras
algodonales blancos vestirán
la humillada desnudez de los parias,
y tendrán tu fragilidad, compañera,
úteros puros como colmenas contendrán
la vida
y nacerán vástagos de mirada poderosa
que repartirán los besos a puñados,
y tendrán tu fragilidad, compañera,
mujeres recién paridas ofrecerán
sus pechos
a los hambrientos,
y tendrán tu dignidad, compañera,
indios con harapos vendrán con la hierba
que verdea
al levantarse del lodazal,
y llenarán las tinajas de miel de cacao,
y horadarán la noche tras el movimiento
de los astros,
y esparcirán como plumas de quetzal
los templo
levantando sin esclavos,
y cultivarán en la milpa
los frutos que acabarán con el hambre,
y tendrán tu dignidad, compañera,
junto al canelo he tenido una visión:
compañera, recogerás la luz para construir
la claridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario