Venezuela: El Imperio se ha quedado con las
ganas
por Carlos Aznárez
Resumen
Latinoamericano, 2 noviembre 2016.-
El día en que en un futuro
no muy cercano algún historiador se apreste a intentar describir lo que ha sido
la última quincena de octubre en Venezuela, no dejará de asombrarse por la
profusión de datos tendientes a demostrar la fragilidad en que parecía
encontrarse el gobierno revolucionario. Todos los grupos de poder locales e
internacionales apuntaban a la cabeza de un proceso que se ha ido convirtiendo
en referencia ineludible a la hora de hablar de resistencia y lucha frontal
contra el Imperio.
Vale la pena insistir: dos
semanas atrás parecía que la oposición venezolana (la que se dice “moderada” y
la más ultra) habían decidido generar la ofensiva final para provocar el derrocamiento
del gobierno legítimo de Nicolás Maduro. No sólo hubo un serio intento de golpe
parlamentario, abortado al ser expuesto en la superficie local e internacional
por la precisa y contundente movilización de un puñado de chavistas que
hicieron lo que tenían que hacer, es decir, ocupar la Asamblea Nacional por un
periodo corto de tiempo pero que alcanzó para generar conciencia al resto de
los seguidores del gobierno sobre los peligros que estaban acechando en ese
momento.
Inmediatamente, se descargó
toda una batería opositora de acciones: un grupo de diputados ligados a la MUD
(Mesa de Unidad Democrática) intentaron iniciar un juicio político a Maduro,
otros convocaron a “tomar Caracas y Venezuela entera” y finalmente varios de
los secuaces del golpista preso, Leopoldo López, lanzaron guarimbas que dejaron
un muerto y varios heridos. A su vez, el terrorismo mediático se relamía,
lanzando títulos “catástrofe” sobre “el caos y el estado de disolución que
impera en Venezuela”.
Sin embargo, esta oposición
que desde hace tiempo no da pie con bola, a pesar de recibir suculentas
partidas de dinero de sus amigos de Washington y Miami, se encontró con cuatro
factores que en sus delirantes planes desestabilizadores no figuraban como
posibles. Por un lado, el punto de inflexión que significó el “empujoncito”
dado por el Papa Francisco a la hasta ese entonces alicaída Mesa de diálogo.
Tras recibir una veloz pero oportuna visita de Maduro, el Vaticano decidió
jugar fuerte y sin pérdida de tiempo nombró a un representante para que apurara
las conversaciones entre el Gobierno y la MUD.
Por otro lado, el pueblo,
ese factor fundamental en todos estos años de Revolución Bolivariana, no dejó
la calle ni un solo día, generando una respuesta de gigantesca solidaridad con
su Presidente y dando una fuerte señal interna y también dirigida a quienes
conspiran en el exterior. “Si lo intentan, nos van a encontrar. Si quieren
dialogar, bien, si optan por la violencia, les responderemos con la unidad de
nuestras organizaciones y la contundencia de nuestras autodefensas”, sintetizó
el pensamiento existente por abajo el responsable de una de las organizaciones
populares de Caracas. Lo decía, a sabiendas que en cada barrio, en cada comuna,
en cada sitio de trabajo, había hombres y mujeres dispuestas a defender todo lo
que en estos años se ha conquistado.
El tercer elemento, tiene
que ver con el estruendoso fracaso de las “operaciones” internacionales de
desestabilización. Tanto las llevadas adelante por el secretario de la OEA,
Luis Almagro, como por la “triple alianza neoliberal” de Mauricio Macri, el
ilegítimo Temer y Horacio Cartes, desde el Mercosur, sumado a cada una de las
estratagemas orquestadas por Estados Unidos, el Comando Sur y sus aliados
europeos (con España a la cabeza) para mostrar -medios hegemónicos mediante-
que “la dictadura de Maduro” se estaba viniendo abajo.
El cuarto y fundamental tema surgió de esa nueva demostración de fidelidad al orden establecido y respaldo a la conducción presidencial surgido de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. La imagen que recorrió el mundo, mostrando al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, rodeado de los altos mandos uniformados, impactó de lleno en quienes conspiraban maliciosamente. Si hay un elemento por el que Hugo Chávez se preocupó personalmente para enaltecer y subordinar a los intereses del conjunto, ese fue precisamente el cuerpo militar. Tras su partida, esos valores se fueron convirtiendo en un ariete más que necesario para enfrentar la batalla declarada contra Venezuela. Esa escalada que el propio Padrino López definió como “global” y enmarcada en la perspectiva de “guerra de cuarta generación” con ataques asimétricos y a gran escala. Todas esas embestidas, más seguramente los intentos, por parte del enemigo, de cooptar, comprar y presionar a los hombres y mujeres de las tres armas, chocaron contra un auténtico búnker de dignidad y patriotismo.
Por lo tanto, no hubo
golpe, ni derrocamiento, ni tragedia nuestramericana. Nada de lo previsto por
los halcones estadounidenses ni los cuervos locales ocurrió realmente. A
cambio, uno a uno, mansitos y en fila, convencidos que otra vez habían
calculado muy mal los tiempos y la capacidad de reacción del pueblo venezolano,
los jerarcas de la MUD se fueron sentando en la mesa convocada por el gobierno.
Algunos díscolos expresaron su descontento hacia los primeros concurrentes,
pero poco a poco el clima contemporizador se extendió al resto y hasta el
propio Ramos Allup, quien había jurado mil veces no sentarse a ninguna mesa
convocada por Maduro, comenzó a enrollar sus discursos y reconoció que “ahora
es tiempo de diálogo”.
A esta altura de los acontecimientos, queda claro que el chavismo ha ganado este importante round de una pelea que sin duda ha de seguir, pero que la victoria actual le permitirá afrontar los nuevos desafíos con mayor soltura y solidez. Eso en lo que hace a los enemigos externos, pero sin duda este empuje recibido deberá servir también para revalorizar el patio interno en cuanto a tomar medidas urgentes para que el proceso revolucionario se siga profundizando, asumiendo el legado del Comandante Chávez.
El hecho de dialogar con
quienes han intentado desestabilizar y boicotear al Gobierno y por ende al
mismo pueblo, no deberá significar que se descuide ni un minuto a los que han
venido poniendo el cuerpo día a día para que la Revolución no se detenga.
Ningún atajo hacia posiciones social demócratas o postergaciones de las
definiciones revolucionarias surgidas en cada uno de los documentos forjados en
la lucha de todos estos años, son recomendables en un momento en el que el
pueblo está dando luz verde para seguir avanzando.
Finalmente, esta importante
buena noticia llegada desde Venezuela, sirve también para levantar el ánimo de
los pueblos del resto del continente, hoy duramente golpeados por la ofensiva
derechista regional. Cuando la locomotora neoliberal parecía imparable, el
pueblo venezolano ha demostrado una vez más que sólo luchando “se consigue lo
imposible”. Por eso ganó la calle, se abrazó con sus uniformados, y con el
Presidente Maduro al frente, le cortó el paso y la hizo retroceder. Esta vez,
el Imperio se ha quedado con las ganas.
Caracas: Manifestación en apoyo al gobierno de Maduro y a la revolución bolivariana. Agosto de 2016. Más información en: http://peru21.pe/mundo/venezuela-miles-chavistas-se-manifiestan-apoyo-maduro-y-defensa-paz-2256072 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario