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lunes, 8 de marzo de 2021

Saludo en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, 2021

 Saludo de la Coordinación General del Movimiento de Acción Popular Unitaria MAPU a las mujeres trabajadoras

 

Imainalla kachkanki, mamaikuna, panaikuna

Iorana koru’a,

Kamisaraki, kullakanaka,

Mari mari pu papai, pu lamgen,

Sensak pichau,

Weheksyer maqess na’

 


Queridas compañeras:

 

Un saludo fraterno para todas las compañeras trabajadoras. Las con salario y las sin salario. Para las madres y las hijas de las luchadoras, las de ayer y las de hoy . Para las que tienen a alguien en prisión. La lucha popular nos exige actuar junt*s.

 

Hemos llegado a este 8 de marzo, una vez más, en condiciones desfavorables para nuestro propósito de ir generando las urgentes e imprescindibles transformaciones que necesita nuestra sociedad para poder vivir en un sistema más justo, donde los derechos de las trabajadoras y trabajadores sean respetados, así como todos los derechos humanos, de los pueblos originarios y, en especial, los de la mujer, por siglos postergados frente a la dominación patriarcal, que surge desde que se crearon clases dominantes y pueblos sometidos.

 

Vivimos en la tiranía del gran capital, acrecentada por un gobierno de ultraderecha apoyado por la mal llamada “centroizquierda”, que siempre ha burlado los derechos de la mujer. Los que hubieran podido en más de 30 años transcurridos desde que se abrió un parlamento supuestamente elegido democráticamente, no han hecho esfuerzos por legislar debidamente en favor de la mujer trabajadora.

 


Seguimos, como hace más de un siglo, levantando la demanda de las pioneras en la lucha de las trabajadoras, de “a igualdad de trabajo, igual salario que el hombre”.

 

En 30 años, sólo migajas, como los falsos apoyos a las “emprendedoras”, que no pueden competir con el gran capital y termina doblegadas ante la industria y el comercio de los ricachones. No hay una política que beneficie a la mujer empeñosa para el trabajo.

 

Pese a los discursos oficiales, continúan los femicidios y no hay una educación formal ni popular informal, para vencer las trabas milenarias impuestas por el patriarcado, en el trabajo y en el hogar.

 

Hemos tenido ministras, alcaldesas, gobernadoras, intendentas, parlamentarias, pero la mayoría ha dejado esta sociedad injusta igual como estaba en los peores tiempos de Pinochet y a veces aun peor, como viene sucediendo cada vez que hay nuevas privatizaciones y más leyes represivas.

 

Esta coyuntura es también desfavorable, porque no se plasma una verdadera unidad en la acción de las organizaciones anticapitalistas. Actuamos en la dispersión y la confusión.

Una parte del feminismo ha abandonado las aspiraciones de la mujer popular y ve al varón y a las organizaciones políticas intransigentes, como verdaderos enemigos. Ese feminismo abandona la lucha sindical; cree centrar su acción en el antipatriarcado, pero no visualiza que en el mundo de hoy, el patriarcado es inseparable de la dominación de una clase sobre otra. Esa desunión se trata de una cizaña sembrada por los mismos dominadores de la economía y de la política mundial. Son los que han invertido el sentido del Día de la Mujer Trabajadora.

 



El ejemplo de nuestras militantes hechas desaparecer, Elizabeth Rekas, Cecilia Magnet, la sangre de Macarena Valdés, defensora de la Madre Tierra, víctima del empresariado criminal, la sangre de luchadoras sociales y militantes revolucionarias, como Norma Vergara, de Mónica Briones, Nicole Saavedra, Stefanía Constanza Breve Neira y de tantas víctimas de la homofobia fascista, nos siguen clamando desde la Ñuke Mapu. Y como somos Mapu Tierra, escuchamos ese clamor y haremos justicia. Seguiremos en la lucha para generar las condiciones que harán posible un Chile Popular, equitativo, solidario y fraternal.

 

Saludamos las acciones populares llevadas adelante por mujeres sindicalistas, por las pu papai y pu lamgen de la nación mapuche en su lucha ancestral, así como de las kullakanaka, mamaikuna, na’, de todas las naciones de esta tierra. A las mujeres que como nuevas Wakoldas y Anükeupü (Janequeo), apoyan la liberación de sus pueblos y de sus hermanos y parejas. Junt*s l*s liberaremos, nos liberaremos.

 


Es el momento de emprender un cambio revolucionario: en el hogar, en la escuela, en el trabajo y en la sociedad. De reemprender la unidad revolucionaria. De logra la equidad y el respeto, de hacer prevalecer los derechos al trabajo, a decidir sobre el propio cuerpo, usando todas las formas de lucha.

 

A luchar, hombres, mujeres, LGTBQ+, codo a codo, mano con mano, hasta la victoria final.

 

Las y los mapucistas las abrazamos fraternalmente.





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