domingo, 3 de abril de 2016
ENTREVISTA A MARIANO PUGA. “Es una hipocresía votar contra el aborto y por otro lado votar 250 mil pesos de salario mínimo”
Padre Mariano Puga: “Es una
hipocresía votar contra el aborto y por otro lado votar 250 mil pesos de
salario mínimo”
El cura
obrero que hoy vive en Villa Francia, fue torturado en el mismo lugar que cada
Semana Santa visita en Vía Crucis.
Por Paloma Grunert
“Vamos a
saludar al Mariano” le dice un padre a su hijo. El joven accede con algo de
vergüenza. Pero no hay temor en su cara, es más bien timidez, emoción. Ambos lo
abordan y lo abrazan, de manera torpe y alegre. Ya son varios y varias los
que se han colgado al cuello de Mariano Puga, el cura que no parece cura y que
se ha llevado gran parte de la atención durante el Vía Crucis Popular,
empinando por José Arrieta, caminando debajo de los
aviones, desde Tobalaba hasta la mansa y herida Villa Grimaldi,
en Peñalolén.
Y ahí
está él, llevando a cada paso su metro ochenta y nueve de altura, silencioso,
siguiendo con voz dura el canto mientras mira el suelo: “Nosotros venceremos /
Nosotros venceremos / Sobre el odio, con amor / Algún día será / Cristo venció
/ Nosotros venceremos”. Puga recibe a todo el mundo, besa y abraza varias
mejillas, se deja abrazar y besar en las propias y luego camina un poco hasta
apartarse y concentrarse nuevamente en sí mismo, hacia adentro de todo lo suyo,
donde parece permanecer mucho rato, hasta que vuelve a cantar: “Y seremos
libres, y seremos libres / No tiene cadenas el amor / Viviremos en Paz”.
Puga
estudiaba Arquitectura en la Universidad Católica cuando abandonó la
carrera y a su novia por el sacerdocio, tras conocer las llamadas “poblaciones
callampas” durante su paso estudiantil. Alcanzó a trabajar como
párroco en Pudahuel y Villa Francia antes de ser detenido en 1974 y llevado a
Villa Grimaldi.
Me acerco
a Mariano aprovechando una pausa del recorrido, dentro de
una plaza ceñida por la sombra de los árboles. Me sonríe no como si
me conociera, sino como si me quisiera y me invita a que nos sentemos en unas
escaleras, “No me gustan las entrevistas, ahora que se murieron todos los
curas obreros, soy el único que queda, por eso no me gustan las
entrevistas” me dice antes de pegar su cara a la mía para escucharme mejor.
En su boca hay un suave aliento a pan fresco, a ternura. Un
olor que pacifica.
Padre,
usted trabajó en poblaciones que son muy emblemáticas por su lucha y su
organización, ¿Considera que la izquierda de hoy abandonó el trabajo
en poblaciones?
–A mí me tocó trabajar en las
poblaciones más puntudas durante la dictadura, donde había organizaciones
políticas, organizaciones sociales, comunidades cristianas populares,
donde todas esas organizaciones, sean de creyentes o sean de políticos tenían
una causa común: la lucha por los derechos humanos, por los derechos del
pueblo. Hoy día todo esto se ha diluido en una sociedad de mercado; y muchos y
muchas de los conductores, líderes de esa comunidad cristiana, líderes de esos
partidos, se han infiltrado en el sistema de mercado. Y esto ha
permitido que los poderosos, que los grandes poderes económicos y políticos
hacen hoy día lo que quieren con el pueblo, esa es la realidad.
¿Pero eso
también pasó con la izquierda en las poblaciones?
Hoy día
no hay izquierda. De izquierda son una serie de grupos que no tienen mucha
orgánica entre ellos, que están divididos entre ellos, que tienen propuestas
políticas distintas. Una de las cosas que ha logrado este sistema es
precisamente dividir la izquierda histórica.
Es cierto
eso. El año pasado, para las elecciones de la Federeación de Estudiantes
de la Universidad de Chile, fueron ocho las listas de izquierda que
compitieron entre ellas.
–¿Te das cuenta? Lo mismo que
pasa entre las comunidades cristianas con las conducciones que hay hoy, una
generación de pastores, de curas, que están en una línea muy distinta de la
opción de la Iglesia por los pobres, de la opción de la Iglesia por los
derechos humanos, la opción de la Iglesia por el protagonismo de los pobres y
de la Teología de la Liberación. Lo que está haciendo nuestro querido Papa
Francisco es tratar de recuperar esa Iglesia del evangelio, esa iglesia de los
pobres, pero los conductores de la Iglesia no están en la parada del Papa
Francisco. Lo admiran pero no lo imitan.
¿Se
refiere a conductores de la Iglesia como Ricardo Ezzati o Francisco
Javier Errázuriz, por ejemplo?
–Yo creo que más allá de la
persona, ellos también son el producto de una Iglesia que “involucionó”, o sea
que se metió en su problema interno y se olvidó del problema de los pobres, de
los excluidos de nuestras sociedades. Hoy día estos pastores, y nosotros
mismos, somos también herederos de una Iglesia que se olvidó de su origen, que
se olvidó del Jesús histórico, del Jesús de los últimos, de los sin
poder. Hoy día la Iglesia está mucho más comprometida con los poderosos
de este mundo, aún la jerarquía. Yo creo que el fenómeno de la Iglesia de
Osorno es uno más de los ejemplos dentro del conjunto: es una Iglesia que se
genera a espaldas del pueblo, es una Iglesia que se genera a espaldas de a
los que Jesús les dio el privilegio primero: felices ustedes los pobres,
felices los limpios, felices los que tienen hambre y sed de justicia. Esos eran
los primeros para Jesucristo. No son los primeros hoy día en la Iglesia.
Al cura Mariano se le cierra el
ojo derecho. Apenas puede abrirlo y si lo hace no logra mantenerlo así por
muchos segundos, se le vuelve a perder debajo de pliegues curtidos por el paso
de sus ochenta y dos años. El ojo izquierdo no, se mantiene abierto,
llevándose toda la atención que el otro no logra ostentar. Es un ojo
profundamente claro, sereno y transparente. Y desde ahí me habla, desde el
izquierdo claro, sereno y transparente.
En el
último tiempo el tema del aborto ha estado muy presente, tanto en el
Congreso como en la calle. ¿Qué opina usted de las intervenciones de
algunos parlamentarios de la UDI y RN durante la discusión del proyecto de
ley del aborto en tres causales?
–Yo creo que aquí hay una
exacerbación de toma de posiciones en que unos dicen “Estamos por la vida” y
otros dicen “Estamos contra el aborto”. Unos dicen “La persona tiene derechos
propios, independiente de los derechos de su madre” y otros dicen “La madre
puede hacer en su cuerpo lo que ella quiera”. Yo creo que aquí estamos
mostrando una sociedad pluricultural y de acuerdo con esa estructura,
pluriética. Y los cristianos no estamos acostumbrados a eso, la Iglesia, por
razón de ser, no sólo es anti-aborto, es también justicia del que ha nacido
porque se preocupa de toda la vida de esas personas. El problema acá son las
contradicciones que hay hoy día…
Paralelo a nuestra conversación,
los fieles del Vía Crucis comienzan a gritar “¡Mar para Bolivia, Mar para
Bolivia!”. “Mira qué lindo lo que están diciendo” me dice el padre, y continúa:
–Lo que me molesta a mí es que
aquí hay una especie de hipocresía, hay un doble estándar, hay una
esquizofrenia. Yo estoy en contra del aborto, pero pensemos por qué esa
mamá quiso abortarlo y toquemos las causas que producen ese aborto. Como
decimos en el evangelio: tener compasión de la situación de una madre porque
por los motivos a veces más atroces -y nos toca verlos a los curas- quiere
abortar; y muchas mamás son conscientes de eso: “Padre, tengo que
abortarlo porque no me queda otra, porque no tengo posibilidad de vida que
darle, porque no tengo posibilidad de amamantarlo”.
-Por eso
hay que tocar esos sistemas. La ley del aborto debe tocarse en toda en su
extensión, no sólo para que nazcan. Hay que jugársela en esta sociedad de
mercado que, como dice el Papa, es una sociedad que mata y que excluye. Yo soy
yo antes de nacer y tú eres tú antes de nacer. Entonces, ¿Qué es
jugársela contra el aborto? Es jugársela por la vida entera de esa
persona.
¿Y los
parlamentarios anti-aborto se la juegan por la vida entera de una persona,
o sólo por la vida cuando está en el vientre?
–Ese es un grupo que se la
juega contra el aborto; pero yo les dije “¿Por qué no vienen a
manifestarse con nosotros?”. Porque nosotros nos jugamos por esa persona hasta
que muera, o sea nos jugamos por darle a esa persona los mismos derechos a la
salud, a la vivienda, a la educación, a la dignidad. Y ahí es cuando
se produce una esquizofrenia que encuentro hipócrita: que es jugársela
contra el aborto y después no hacer nada proporcionado a la lucha que hacemos
para que haya justicia en un país de muerte. Eso es lo que encuentro hipócrita
en esto. Esos son los grandes poderes del capital, los poderes
económicos y políticos que justifican este sistema chileno, que es el
tercer país del mundo con mayor desigualdad de la distribución de los
bienes. Evidente que hemos hecho muchos progresos, pero cuando se discuta el
problema del salario mínimo en un país donde una minoría gana millones mientras
una mayoría sigue excluida, ¿Qué va a pasar?.
-¿Realmente
es tan importante la vida para esa persona cuando gana 200 millones
de pesos y le paga a sus obreros 250 mil pesos? Él sabe que no se puede vivir
con eso. Él votó en contra del aborto. Esa es la hipocresía delante de Jesús:
Votar contra el aborto y por otro lado votar 250 mil pesos de salario
mínimo.
-Ese es
nuestro problema. Si nos jugamos por la vida, juguémonos desde que hay
vida hasta que muere ese pobre, ese excluido, ese cabro que cayó en la droga,
esos que no tienen casa, esos que van a los hospitales y forman colas y esperan
meses. Juguémonos con la misma fuerza por las distintas etapas de las
vidas de las personas.
¿Usted
penalizaría a una mujer que abortó?
–Estamos en el año de la
misericordia, de la compasión. Es tan fácil dictar leyes, es tan fácil hacer
afirmaciones morales, universales, pero al mismo tiempo no tener compasión de
situaciones límites. A los curas nos toca ver esas situaciones límites a cada
rato; y les damos el perdón de Jesús. ¿Por qué la sociedad condena a
las mujeres que abortan sin auto-condenarse de haber producido
estructuras, sistemas económicos, políticos y culturales que excluyen a
millones y que hace que muchos piensen en el aborto porque no tienen ninguna
esperanza de que sus hijos puedan crecer en un Chile justo y fraterno?.
Padre,
¿Se considera feminista?
–Yo creo que no considerarse
feminista es considerarse inhumano, porque la raza humana somos mujeres y
hombres. Vivimos
en un mundo machista, para qué decir dentro de la Iglesia Católica, ahí ya
llegamos a la exageración. Las mujeres en la Iglesia son 3/4 de ella. Son las
que hacen la tarea de cada día. Pero cuando se trata de compartir con ella el
servicio del poder a la comunidad, no tiene ningún espacio. Eso es
machismo, y tendríamos que empezar por la Iglesia a repensar que Dios, nuestro
creador, nos hizo iguales en derechos. Yo creo que la Iglesia no puede hablar
mucho en una sociedad machista sin revisarse a ella también.
Y a esta
sociedad, además de machista, como usted dice, ¿Cómo la ve en cuanto a
otros derechos humanos? Una sociedad en la que tenemos la Constitución de
la dictadura, donde hay represión al pueblo Mapuche, donde hay
sindicalistas y dirigentes asesinados como Juan Pablo Jiménez o inmolados como
Marco Antonio Cuadra que se quemó a lo bonzo, con desaparecidos en democracia
como José Huenante, o con estudiantes agredidos al borde de la muerte
como Rodrigo Avilés.
–Creo que estamos viviendo uno de
los peores momentos en identidad chilena, en valores chilenos. Hemos hecho
progresos materiales evidentes en comunicaciones, en vivienda, en salud, en
educación, pero yo no sé si con los valores con los que vivimos hoy día los
chilenos estamos progresando o vamos para atrás. Yo creo que desde
el momento en que Chile aceptó entrar en el sistema de mercado, algo perdimos
del alma chilena. Eso que uno ve entre los pobres de las poblaciones
cuando se quema una casa, y antes de que la casa termine de quemarse, ya
unos vecinos se llevaron a los niños, y otros llegaron a
traerles cama, y otros los invitan a comer a su casa; O las mingas de
Chiloé; o las formas de solidaridad que vivimos durante la
dictadura. Lo que hoy día mueve el alma de Chile no es la fraternidad, no
es la preocupación por los excluidos. Hoy lo que nos mueve a los
chilenos -y esto lo digo con profundo dolor- es el mercado, es
tener, es acumular, aun cerrando los ojos y el corazón a los que están
excluidos. Y eso, a la luz del evangelio es una sociedad de malditos, como
diría Jesús. Yo creo que Jesús maldice a una sociedad en que se excluye la
fraternidad, en que se excluye la compasión con el débil y con el pobre. Y en
ese sentido estamos viviendo tal vez una de las crisis morales más profundas de
Chile.
El padre es interrumpido por dos
niños que le entregan una carta manchada de colores y le piden una foto.
Mariano Puga está cansado, pero aun así se pone de pie, me mira y me dice
que debe regresar, que debería yo también no perderme los discursos que se
están pronunciando, discursos que hablan del medio ambiente, de las comunidades
indígenas, discursos como los de Alicia Lira, Presidenta de la Agrupación de
Familiares de Ejecutados Políticos, que exige “Justicia plena y no a medias” y
todos aplauden y algunos se emocionan. Y entonces el padre Mariano se aleja con
sus chalas de cuero y sus uñas roídas y sus dedos curvos y
callosos debajo de jeans anchos y camisa a cuadros de color violeta o
gris, no se sabe, depende del sol, del remanso de la copas de los árboles.
Todos vuelven a caminar. A la
cabeza del Vía Crucis va la siempre sonriente madre Karoline Meyer,
símbolo de las religiosas de la Teología de la Liberación, con su carita
pequeña repartiendo papeles con cánticos populares para acompañar las
guitarras. Llegan a las puertas de Villa Grimaldi. Allí Mariano Puga fue
detenido y torturado en 1974, después estuvo en Tres Álamos. Luego del
exilio en Perú trabajó varios años como párroco de La Legua hasta que
se fue a Chiloé, desde donde regresó hace dos años para instalarse en
Villa Francia.
Apenas cruza el umbral y
entra al parque Villa Grimaldi, el padre se recoge. Saluda, sí, con afecto, sí;
pero no quiere más fotos. Se sienta en un rincón a escuchar en silencio, lejos
del protagonismo de su presencia, pero no puede decir que no cuando le
piden un sermón final. Erguido, serio, de pie, toma el micrófono y dice:
“Los invito a repetir conmigo: Felices los pobres, porque de ellos es el
reino. Felices los perseguidos por buscar el bien, porque serán llamados los
hijos de Dios. Felices los hambrientos de justicia, porque serán saciados”. Y
cierra los ojos. Ambos. El que siempre está cerrado y el que siempre
permanecerá abierto.
ENLACE
RELACIONADO:
Fuente: "Opcion por los pobres Chile- tambien somos iglesia".
SI TU Y YO
NO HACEMOS "LÍOS" A CORRUPTOS Y ABUSADORES, Y NO CUIDAMOS NUESTRA
CASA COMÚN... ¿¡ENTONCES QUIÉN!?
Jesús fue ayer en el templo y ahora:
"UN INDIGNADO"
Padre Mariano Puga y pastor Gustavo Vergara en acto de memoria del
50° aniversario de la muerte de Camilo Torres.
Iglesia Comunidad de Cristo, Conchalí
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50° aniversario de la muerte de Camilo Torres.
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viernes, 1 de abril de 2016
CRONOLOGÍA DE UN MONTAJE: 11 mapuche detenidos:
Estamos viendo como la prensa y los medios de comunicación con bombos y platillos están destacando la detención de 11 comuneros mapuche por el caso Luchsinger-Mackay y ya se los está declarando como culpables de la muerte de ese matrimonio, sin que todavía exista un juicio que llegue a esa conclusión.
Este montaje tiene como fecha de inicio el 23 de octubre de 2015, o sea, esto empezó a fraguarse hace seis meses, pero a pesar de todo el tiempo que han tenido para perfeccionar este engaño, todo se les está viniendo abajo, dado que de acuerdo a las declaraciones entregadas por el propio testigo de la Policía de Investigaciones (PDI) todo se trataría de una mentira inventada por los propios policías de investigaciones, de acuerdo a las declaraciones del “testigo” fueron los agentes de la policía los que les mostraron las fotos de a quienes debería inculpar, junto con el relato de los hechos que supuestamente ocurrieron la noche del incendio. Por otro lado a pesar de mantener intervenidos los teléfonos de los imputados durante seis meses, nunca lograron obtener ninguna información que los implique en el caso referido.
También está claro porque los policías eligieron a José Peralino Huinca, este comunero como todos saben en su comunidad, tiene graves problemas sicológicos, que incluso lo han llevado a atentar contra su propia vida y esto lo convierte en una presa fácil para presionar, amenazar, como el ya lo dijo, incluso lo amenazaron con tomar represalias contra su familia, a todo lo anterior debemos agregar los pagos en dinero que han realizado los agentes para terminar de convencerlo para ser parte de este chanchullo, pero finalmente peso más en su conciencia tener que cargar con esta mentira, que inculpaba a gente inocente y por eso terminó retractándose de la supuesta declaración que había realizado en octubre de 2015.
Una vez más estamos viendo como la policía, los tribunales de Justicia y el gobierno de la Nueva Mayoría están fraguando un nuevo montaje contra comuneros mapuche, con esto lo único que logran es mantener presos por meses incluso años a algunos comuneros mapuche (para luego ser dejados en libertad por “falta de merito”), como una forma de amedrentar a todos los luchadores mapuche, que hoy están buscando recuperar parte del territorio robado a su pueblo, con esto no se busca hacer justicia, sino usar a los tribunales como una forma más de represión indiscriminada contra los mapuche. Los montajes ya se han convertido en algo habitual, sin ir más lejos la Machi Francisca Linconao Huircapan, ya fue inculpada antes en este mismo caso, luego absuelta y el Estado chileno tuvo que pagar una indemnización por este atropello a sus derechos más básicos.
A pesar de los seis meses transcurridos, las pruebas son de muy baja calidad como ya lo han mencionado varios juristas, es lo que más llama la atención a algunos abogados, al comprobar los mediocres procedimientos empleados, como la confesión de un supuesto testigo, que terminó con la detención de 11 comuneros mapuche, sin pruebas científicas, sin pruebas periciales y finalmente sin un verdadero testigo, dado que el que tenían ya se retractó.
Detrás de este engaño esta el gobierno de la Nueva Mayoría, representada por el Ministro del Interior Jorge Burgos, el Subsecretario Subrogante del Interior, Luis Correa y el Intendente Andrés Jouannet, que ya se ha hecho parte de este nuevo montaje, pidiendo la aplicación, una vez más, de la Ley Anti-terrorista contra estos comuneros mapuche, todo esto a pesar de las promesas de campaña de la señora Bachelet de no utilizar esta ley contra los comuneros mapuche.
Ante este nuevo engaño, sólo nos queda pedir la libertad inmediata de todos nuestros hermanos que hoy están siendo procesados injustamente por este caso, libertad para nuestra machi Francisca Linconao Huircapan, José Cordova Transito, José Tralcal Coche, Juan Tralcal Quidel, Luis Tralcal Quidel, Aurelio Catrilaf Parra, Hernán Catrilaf Llaupe, Sabino Catrilaf Quidel, Sergio Catrilef Marilef y Eliseo Catrilef Marilef.
Foto de archivo
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