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ENLACES RELACIONADOS:
Cómo se mueve el lobby
nuclear en Chile
Cuando esta
industria pasa por su peor momento, tras el desastre radioactivo en Japón, en
nuestro país siguen existiendo actores políticos y empresas extranjeras
decididas a instalar en Chile la opción atómica. El gobierno de Piñera firma
hoy un tratado de cooperación en energía nuclear con EE.UU.
El lobby
nuclear se hace en las embajadas, los ministerios, el parlamento y con
importantes empresarios chilenos. “Los actores principales son las empresas,
Areva (Francia) y Westinghause (EE.UU.), son las que tienen que actuar e
imagino que lo están haciendo. Así tiene que ser y nosotros lo alentamos,
porque también lo hacemos”, afirma Anatole Gubin, representante de Intermash,
empresa nuclear rusa que intenta instalarse en Chile.
El lobby
nuclear aterrizó en nuestro país hace más de siete años y los primeros en
llegar fueron los rusos. El primer acto consistió en un viaje a Moscú con el
entonces alcalde de Santiago, Joaquín Lavín. El ejercicio se repitió el 2007
donde fueron invitados tres senadores: Ricardo Núñez (PS), Jaime Orpis (UDI) y
Baldo Prokurica (RN).
Anatole
Gubin lideró estos viajes y considera que fueron un éxito. “Hay varios
parlamentarios que tenían una opinión negativa de la energía nuclear y cuando
tuvieron contacto con nosotros, les expusimos la situación, viajaron a ver cómo
funcionan los reactores y cambiaron su opinión”, afirma.
Los fieles seguidores de la energía nuclear
El mundo
entero está debatiendo sobre el uso de la energía nuclear, tras el desastre
atómico en Japón producto del terremoto y tsunami. En Chile, el gobierno ha
mantenido su intención de continuar avanzando hacia este tipo de energía y
firmará hoy, un tratado de cooperación de energía nuclear con Estados Unidos.
Por otro lado, los parlamentarios que históricamente han apoyado la energía
nuclear, no han cambiado mucho su postura.
El senador
Baldo Prokurica, hoy no descarta la energía nuclear. “Yo creo que Chile no debe
tomar decisiones en caliente y sobre una situación que todavía no ha terminado.
Debe sacar todas las conclusiones sobre Japón, antes de embarcarse o no en la
energía nuclear”. Por otro lado, el ex senador Carlos Ominami, considera que
“Chile debería considerar a la energía nuclear en su matriz energética”, al
mismo tiempo cree que el país está perdiendo oportunidades al mantener la
indecisión.
Los
principales países nucleares que han puesto sus ojos en Chile son Rusia
(Intermash), Francia (Areva) y EE.UU. (Westinghause y General Electric).
Nuestro país tiene tratados de cooperación en energía nuclear con todos y para
los principales actores esto no es un problema, por lo menos no en esta etapa.
“Cualquier tratado con otros países, para nosotros es bienvenido. Por que hay
una cooperación amplia a nivel mundial, entre los especialistas nucleares, y
eso está por encima de las rivalidades. Es una elite”, afirma Gubin. Eso si, la
competencia llegará, si Chile decide adoptar la energía atómica.
Jaime Salas,
director ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), explica
que los tratados internacionales tienen dos objetivos, “el primero es estar
capacitados y actualizados, para el desarrollo de nuestras actividades normales
y el segundo, es tener los conocimientos que requeriremos, en caso de que en un
futuro se realice una discusión de energía nuclear de potencia y como somos el
organismo técnico, deberíamos ser capaces de asesorar de forma muy robusta a la
sociedad y al gobierno”.
Pero tras el
tratado con Francia –firmado el año pasado – no ha sucedido nada. Chile conoce
las ofertas de capacitación que posee y Salas explica, que probablemente se
inicien actividades en marzo del próximo año. A la vez, asegura que la mayoría
de los chilenos se “capacitan en EE.UU., Reino Unido, España y Francia”.
Las embajadas: puertas de ingreso a los lobbistas nucleares
La comisión
franco-chilena que lidera Guillermo Luksic y donde participa el grupo Suez,
tiene como objetivo avanzar en el desarrollo de energías alternativas, como la
nuclear. La idea surgió en julio del año pasado, durante una cena en la casa de
la embajadora de Francia en Chile, Anne-Marie Idrac y donde asistió el
canciller Alfredo Moreno, el ex ministro de energía Ricardo Raineri, Guillermo
Luksic y Jorge Clavería, el representante del grupo Suez en Chile.
Conocido fue el intenso lobby nuclear, que
realizó el ex embajador de EE.UU. en Chile, Paul Simons. Él tuvo reuniones con
los gerentes generales de Endesa y Enersis, Rafael Mateo e Ignacio Antoñanzas;
el gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte y el titular de AES,
Felipe Cerón, entre otros. Al nuevo embajador, Alejandro Wolff, tampoco le ha
ido mal. Será él quien firmará el tratado de cooperación en energía nuclear con
Chile.
Pero la
embajadora francesa no ha sido la única. Conocido fue el intenso lobby nuclear,
que realizó el ex embajador de EE.UU. en Chile, Paul Simons. Él tuvo reuniones
con los gerentes generales de Endesa y Enersis, Rafael Mateo e Ignacio
Antoñanzas; el gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte y el titular
de AES, Felipe Cerón, entre otros. Al nuevo embajador, Alejandro Wolff, tampoco
le ha ido mal. Será él quien firmará el tratado de cooperación en energía
nuclear con Chile.
Los rusos
tienen a un representante, Anatole Gubin quien lidera la Corporación Nuclear
Eléctrica de Chile. Pero la embajada no queda fuera y en los diversos viajes
que se han hecho a Moscú, junto a parlamentarios chilenos, el respaldo del
gobierno ruso ha sido potente. Aunque tras la negativa del gobierno a tomar una
decisión, sumado a lo ocurrido en Japón, Intermash está reconsiderando su
estadía en nuestro país.
El complicado escenario para la industria nuclear
Cuando el
gobierno de Piñera reafirma su postura de no decidir sobre la implementación de
la energía nuclear, las principales empresas atómicas pasan por su peor
momento, tras el desastre nuclear en Japón.
La cotización de Areva, empresa francesa líder en energía nuclear, ha perdido
un 19% en los últimos tres días y Electricité de France (EDF) un 10%. La
alemana RWE tuvo una caída de 9,41% y la estadounidense General Electric, ha
caído un 6,5% desde el día 11.
Estados
Unidos es el país que tiene más reactores nucleares, alrededor de 100, pero tiene
la desventaja de que hace más de 30 años no construye nuevas centrales
atómicas. Francia es considerada uno de los países más avanzados en este tipo
de energía, porque casi el 80% de su electricidad es nuclear. Rusia por su
lado, afirma manejar centrales más pequeñas –de 400 MW en vez de 1.000 MW – que
serían más adecuadas para nuestro país, por que no colapsarían el sistema
eléctrico, asegura Gubin.
Ni Michelle Bachellet ni Sebastián Piñera quisieron ser recordados,
como el presidente que dio luz verde a la energía nuclear. Si el miedo y
rechazo a este tipo de energía, surgió con el accidente nuclear en Three Mile
Island (1979, EE.UU.) y el de Chernobyl (1986, Rusia), hoy Fukushima (2011,
Japón) va a marcar la ruta durante un largo periodo.
Carta abierta a Barack Obama
Obama tiene pesadillas, pues no se reconoce en Paz consigo mismo
Señor Barack
Obama, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica:
Desde hace
algunos días tenía la intención de escribirle. Incluso había alcanzado a
digitar el encabezamiento de esta carta, cuando fui sorprendido por la noticia
proveniente de Oslo: Barack Obama Premio Nobel de la Paz. Al principio pensé
que se trataba de una broma. Quizás usted también lo pensó. Pero era verdad. Es
verdad.
Le oí decir a usted que también está sorprendido con la nominación. Usted y yo
estamos sorprendidos. Sin embargo, señor Presidente, no debemos sorprendernos.
En esto de los premios Nobel se han visto situaciones sorprendentes.
Mi país es Chile. Usted era todavía un niño cuando el Presidente Salvador
Allende nacionalizó el cobre. Dijo entonces: “en 50 años Estados Unidos se ha
llevado el equivalente a la mitad de lo que Chile ha producido desde la
Conquista”. Poco antes, Henry Kissinger había señalado “No tenemos por qué
permitir que Chile se torne comunista por la irresponsabilidad de su gente”.
Ambos fueron consecuentes: desde la Moneda, Allende entregó su vida por su
pueblo y la soberanía de su Patria. Desde la Casa Blanca Kissinger no permitió
que Chile decidiera su destino. La Moneda fue bombardeada y Allende murió en su
puesto. En la Casa Blanca Kissinger recibió el Premio Nobel de La Paz.
Un 11 de Septiembre en Santiago se cumplió lo anunciado por aquel Premio Nobel
de la Paz. Algunos años más tarde, otro 11 de Septiembre, fue el atentado
contra las Torres Gemelas en Nueva York. Hay quienes dicen –no sin razón- que
los gringos nos robaron hasta el 11 de Septiembre. En efecto, aquel otro 11 de
Septiembre fue olvidado, sólo recuerdan el vuestro.
Santiago y Nueva York: dos ciudades hermanadas por actos terroristas en un día
11 de Septiembre. Escribimos al Alcalde Nueva York para proponerle oficializar
este hecho. No obtuvimos respuesta. Aprovecho de proponérselo a usted, así para
reescribir de alguna manera la historia. Sé que en el futuro dos presidentes,
de Chile y Estados Unidos, lo harán.
Señor Presidente, respetuosamente lo invito a hacer un balance. Las tropas de
EE.UU aún permanecen en Irak; ha aumentado el presupuesto de guerra en
Afganistán; en un acuerdo secreto con Álvaro Uribe tropas estadounidenses ocupan
siete bases militares en Colombia; recuerdo haberle escuchado calificar el
golpe en Honduras como un 'golpe de estado ilegal', sin embargo su apoyo
soterrado permite que los golpistas se mantengan en el poder; mantiene el apoyo
a Israel y su política genocida contra Palestina; mantiene el bloqueo criminal
contra Cuba y en prisión a los cinco cubanos antiterroristas encarcelados en
los Estados Unidos.
En resumen, usted no ha hecho absolutamente nada para merecer un verdadero
Premio de la Paz. Sin embargo, le concedemos el beneficio de la duda y pero
ello condicionado a que se lo gane dependiendo de lo que haga de hoy en
adelante.
Barack Obama, usted debe tener presente que hasta ayer era apenas el Presidente
de los Estados Unidos. Digo apenas –usted ya se habrá dado cuenta- por la CIA
[recuerdo en 1954 yo cursaba la primera preparatoria, sus padres aun no lo
concebían, fue la primera vez que oí hablar de esta organización cuando el
derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala], el Departamento de Estado, el
Pentágono, el establishment político y financiero.
Ahora que usted es Premio Nobel de la Paz tiene que una responsabilidad mayor:
debe dar un nuevo significado a su papel frente a la guerra, replantear su
papel en Irak, Israel, Colombia, Cuba.
Ahora que usted es Premio Nobel de la Paz debe consolidar su compromiso con la
paz. Eso significa pasar de las palabras a los hechos.
Le sugiero poner término a la guerra en Irak, poner término a la guerra en
Afganistán, terminar con el apoyo a Israel, dejar sin efecto el acuerdo militar
con Colombia, cerrar las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib, poner término al
bloqueo a Cuba, liberar a los cinco luchadores antiterroristas [digo liberar y
no indultar, usted me comprende, señor Presidente] y devolver el territorio
ocupado por la base naval de Guantánamo a su legítimo dueño.
Hecho esto, me comprometo a proponerlo para un auténtico Premio Popular de la
Paz.
Le he dado algunas razones con las que usted puede entrar dignamente en la
historia.
Pero, lo entendería si prefiere vivir.
Le deseo Paz, sobre todo Paz interior.
Álvaro Escobar Antoine
Presidente FENASUPER-CHILE
Miembro de la Comisión Política del MSPS
Miembro de Poetas del Mundo
Una advertencia al mundo
Democracy Now
Al describir la devastación en una ciudad de
Japón, un periodista escribió: "Parece como si una aplanadora gigante hubiera
pasado por encima y arrasado con todo lo que allí existía. Escribo estos
hechos... como una advertencia al mundo". El periodista era Wilfred
Burchett, que escribía desde Hiroshima, Japón, el 5 de septiembre de 1945.
Burchett fue el primer periodista de Occidente que llegó a Hiroshima luego de
que allí se lanzara la bomba atómica. Informó acerca de una extraña enfermedad
que seguía matando a la gente, incluso un mes después de ese primer y letal uso
de armas nucleares contra seres humanos. Sus palabras podrían perfectamente
estar describiendo las escenas de aniquilación que acaban de tener lugar en el
noreste de Japón. Debido al empeoramiento de la catástrofe en la central
nuclear de Fukushima, su grave advertencia al mundo sigue estando hoy más que
vigente.
El
desastre se profundiza en el complejo nuclear de Fukushima tras el mayor
terremoto de la historia de Japón y el tsunami que lo sucedió, que dejó miles
de muertos. Las explosiones en los rectores números 1 y 3 liberaron
radiación a un nivel tal que fue medida por un buque de la Armada
estadounidense desde una distancia de 160 kilómetros, lo que obligó al buque a
alejarse de la costa. Una tercera explosión sucedió en el reactor número 2,
provocando que muchos especularan que el contenedor primario, donde se mantiene
el uranio sometido a fisión nuclear y que es de vital importancia, se había
dañado. Poco después se incendió el reactor número 4, a pesar de que no estaba
funcionando cuando el terremoto azotó el país. Cada reactor también ha tenido
que utilizar el combustible nuclear almacenado en su interior, y ese
combustible puede provocar grandes incendios, liberando más radiación al aire.
Todos los sistemas de enfriamiento fallaron, así como también los sistemas de
seguridad adicionales, y una pequeña delegación de valientes trabajadores
permanece en el lugar, a pesar de la peligrosa radiación, que podría ser letal,
tratando de bombear agua del mar a las estructuras dañadas para enfriar el
combustible radiactivo.
El
Presidente Barack Obama asumió la iniciativa de liderar un "renacimiento
nuclear" y propuso nuevas garantías de préstamos federales por 36.000
millones de dólares para promover el interés de las empresas de energía en la
construcción de nuevas plantas nucleares (lo que se suma a los 18.500 millones
de dólares que habían sido aprobados durante el gobierno de George W. Bush). La
primera empresa de energía que esperaba recibir esta dádiva pública fue
Southern Company, por dos reactores anunciados para Georgia. La última vez que
se autorizó y logró llevarse a cabo la construcción de una nueva planta de
energía nuclear en Estados Unidos fue en 1973, cuando Obama estaba en séptimo
grado en la Escuela Punahou en Honolulu. El desastre de Three Mile Island en
1979 y el de Chernóbil en 1986 efectivamente clausuraron la posibilidad de
avanzar en nuevos proyectos de energía nuclear con objetivos comerciales en
Estados Unidos. Sin embargo, este país sigue siendo el mayor productor de
energía nuclear comercial del mundo. Las 104 plantas nucleares habilitadas son
viejas, y se acercan al fin de su vida útil originalmente proyectada. Los
propietarios de las plantas están solicitando al gobierno federal extender sus
licencias para operar.
La
Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés) está a cargo de
otorgar y controlar estas licencias. El 10 de marzo, la NRC emitió un
comunicado de prensa “acerca de la renovación de la licencia operativa de la
Planta de Energía Nuclear Vermont Yankee cerca de Brattleboro, Vermont, por
veinte años más. Está previsto que el personal de la NRC pronto expida la
licencia renovada”, decía el comunicado de prensa. Harvey Wasserman, de NukeFree.org,
me dijo: "El reactor número 1 de Fukushima es idéntico al de la planta de
Vermont Yankee, que ahora está a la espera de renovar su licencia y que el
pueblo de Vermont pretende cerrar. Es importante tener en cuenta que este tipo
de accidente, este tipo de desastre, podría haber ocurrido en cuatro reactores
en California, si el terremoto de 9.0 grados de la escala Richter hubiera azotado
el Cañón del Diablo en San Luis Obispo o San Onofre entre Los Ángeles y San
Diego. Podríamos perfectamente ser ahora testigos de la evacuación de Los
Ángeles o San Diego, si este tipo de cosa hubiera sucedido en California. Y,
por supuesto, Vermont tiene el mismo problema. Hay 23 reactores en Estados
Unidos que son idénticos o casi idénticos al reactor 1 de Fukushima". La
mayoría de los habitantes de Vermont, entre ellos el gobernador del estado,
Peter Shumlin, apoya el cierre del reactor Vermont Yankee, diseñado y
construido por General Electric.
La
crisis nuclear en Japón ha tenido repercusiones a nivel mundial. Hubo
manifestaciones en toda Europa. Eva Joly, miembro del Parlamento Europeo, dijo
en una manifestación: "La idea de que esta energía es peligrosa pero
podemos manejarla se ha desechado hoy. Y sabemos cómo eliminar las plantas
nucleares: necesitamos energía renovable, necesitamos molinos, necesitamos
energía geotérmica y necesitamos energía solar". Suiza detuvo sus planes
de renovar las licencias de sus reactores, y 10.000 manifestantes en Stuttgart
exhortaron a la Canciller alemana Angela Merkel a que ordene el cierre
inmediato de las siete plantas nucleares alemanas construidas antes de la
década del 80. En Estados Unidos, el diputado demócrata de Massachusetts, Ed
Markey, dijo "Lo que está sucediendo en Japón en este momento da indicios
de que también en Estados Unidos podría ocurrir un grave accidente en una
planta nuclear".
La
era nuclear se inició no muy lejos de Fukushima, cuando Estados Unidos se
convirtió en la única nación de la historia de la humanidad que lanzó bombas
atómicas sobre otro país, dos bombas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki y
mataron a cientos de miles de civiles. El periodista Wilfred Burchett fue el
primero que describió la “plaga atómica”, como la llamó: “En estos hospitales
encuentro gente que cuando cayeron las bombas no sufrió ninguna lesión, pero
ahora están muriendo a causa de las secuelas. Su salud comenzó a deteriorarse
sin motivo aparente”. Más de 65 años después de que se sentara en los escombros
con su vapuleada máquina de escribir Hermes y escribiera su advertencia al
mundo, ¿qué hemos aprendido?
Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
©
2011 Amy Goodman
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 600 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 300 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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