El MAPU, hermanado con los integrantes del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, pone en el centro de las tareas la organización de los pueblos y la construcción de espacios de efectivo poder popular.
Junto a nuestras organizaciones hermanas, llamamos a no apoyar a ningún postulante a la Presidencia ni al Parlamento. Llamamos a anular el voto, a denunciar el carácter de las diversas candidaturas, a rechazar la manipulación ideológica tras cada una de ellas y a centrar el accionar de los pueblos en la construcción de un movimiento popular que tenga fuerza propia, que aglutine el descontento creciente de las mayorías, que haga efectivos esfuerzos por generar espacios de defensa y ejercicio de nuestros derechos como pueblos, y que esta defensa y ejercicio sea un paso adelante en la construcción de espacios de poder popular.
Sólo cuando nuestras organizaciones tengan fuerza suficiente para actuar en unas elecciones con autonomía, vocación de mayoría y de victoria, levantaremos alternativas electorales que permitan ganar espacios en favor de nuestras aspiraciones y de los derechos colectivos de los pueblos. Nos esforzaremos ahora pensando en un futuro cercano: que el MPT sea una alternativa capaz de representar, potenciar y elegir sus mejores integrantes para las elecciones del 2012.
Colectivos MAPU Región Metropolitana
Posición respecto de las próximas elecciones presidenciales
Compañer*s:
Ante la reiterada inquietud que despierta entre much*s compañer*s las próximas elecciones y su significado, planteamos el siguiente punteo de análisis para el necesario debate interno.
I. ANÁLISIS Y PROPUESTAS DE FONDO
1.- Las próximas elecciones presidenciales y de parlamentarios, se dan en el marco de una Constitución y una ley electoral implantada por la dictadura, que tienen como objetivo fundamental dar una apariencia democrática al sistema y al mismo tiempo dejar al margen a los representantes auténticos de las organizaciones de masas y de los partidos populares. La democracia popular, desde la base social, como es lógico, no está contemplada dentro de este marco constitucional y por el contrario, se refuerzan todos los vicios de la política burguesa destinada a seguir explotando a las mayorías.
2.- Los candidatos a presidente de la república son una demostración de la decadencia de este sistema: uno (Piñera) proveniente de familia democristiana, es un destacado especulador financiero, representa a la derecha tradicional vinculada al pinochetismo. Candidato desde por lo menos hace 5 años, si bien sigue marcando en primer lugar en las encuestas, viene en bajada sostenida, lo cual no le augura un muy buen porvenir. Esto significa que ya no representa un peligro para el "proceso democratizador".
Frei, proveniente de otra ilustre familia democristiana, empresario también, es el más fiel representante de las grandes transnacionales y de los monopolios depredadores (es cosa de analizar lo que fue su gobierno). Ambos, con un gran compromiso con el modelo neo liberal y el desarrollo del capitalismo "salvaje", representan a la vieja y a la nueva derecha.
A estos dos grandes competidores le siguen: un ex socialista renovado (Jorge Arrate), ex embajador y ex ministro de la Concertación, proclamado ahora por la izquierda oficial, es decir el Juntos Podemos. Parece incomprensible que lidere la izquierda oficial el mismo personaje que encabezó la llamada "renovación socialista", proceso que enterró el allendismo en el PS. Todo parece indicar que detrás de esta candidatura está la intención de negociar cupos parlamentarios a cambio del apoyo para el candidato de la Concertación en la segunda vuelta.
Otro socialista, ahora renunciado (Marco Enríquez-Ominami), pretende captar los votos descontentos de muchos concertacionistas, especialmente los jóvenes, y se está posicionando con un avance sorprendente para muchos, sostenido por un muy bien armado andamio comunicacional, para lo cual es bastante experto. Sin embargo, su perfil farandulero y la poca claridad de sus planteamientos programáticos lo hacen poco confiable como alternativa seria de cambio.
Por otro lado y de forma aún más personalista se encuentra otro ex socialista (el senador Navarro), que no se sabe muy bien lo representa. Da la impresión que también busca negociar su apoyo a Frei en segunda vuelta.
Por último cabe nombrar a otro prominente político de familia democristiana, socio de Angelini en las empresas pesqueras (A. Zaldívar), que representa a la derecha democristiana desplazada del poder y de la Concertación y que también estará disponible para apoyar a algún candidato y "salvar a Chile".
En resumen, de seis candidatos, cinco son o han sido de la Concertación y sólo uno, el de la extrema derecha (Piñera) no lo ha sido, pero es de procedencia, por familia, DC. Excepto Piñera y Frei, naturalmente, todos los otros parecen querer "engordar un chancho" para ofrecérselo en segunda vuelta al candidato de la Concertación.
3.- De todos los candidatos presidenciales, ninguno representa los intereses populares. Ninguno ha surgido de un proceso de debate programático entre las masas. Ninguno ha participado de verdad en las luchas populares, de los pueblos originarios ni se la ha jugado por aquellos problemas fundamentales que afectan a los explotados. Por el contrario, todos han sido ministros o parlamentarios de este sistema implantado por la dictadura. ¿Se puede esperar de ellos algo que no sea seguir con el mismo modelo neoliberal que nos explota?
4.- La crisis mundial del sistema financiero especulativo del capitalismo, ya tiene sus efectos en nuestro país. Aumenta dramáticamente la cesantía, los índices económicos indican una sostenida baja de la actividad productiva y de servicios y las bolsas de comercio se vienen al suelo. Ya sabemos lo que todo esto puede traer para los explotados: una situación insostenible para los hogares más modestos. ¿Podrá algún candidato ofrecer alguna solución creíble y a la altura de las circunstancias? Este es el verdadero problema y no si llega la derecha al gobierno o triunfa tal o cual candidato.
5.- Lo urgente es crear una alternativa popular y democrática capaz de orientar al país hacia una sociedad distinta, al servicio de todos, pero especialmente de los más débiles y explotados y marginados. Una sociedad solidaria, participativa, justa, que dignifique al trabajador y al ser humano en general. Esta alternativa no surgirá, eso está claro, en estas próximas elecciones.
Deberemos luchar desde la base social para ir creando el poder popular que edifique esta otra alternativa democrática. Las próximas elecciones pueden servir para ir creando consciencia sobre la necesidad de un cambio de fondo y no de parche al sistema.
6.- Sin poder popular no habrá alternativa al neoliberalismo y no se podrá enfrentar con éxito la crisis. Ello significa darse una dirección política capaz de orientar la lucha de masas en esa dirección. La más amplia unidad de las organizaciones anticapitalistas es la herramienta que necesitamos y que se está empezando a construir con la creación del MPT.
Dentro de esta orientación, la posible participación en las elecciones parlamentarias debe darse en función de crear consciencia y condiciones para ir creando el poder del pueblo organizado, es decir, de un poder alternativo al poder burgués no para reforzar este último. No nos podemos cerrar a la posibilidad de participar en el proceso electoral, pero ello sólo si sirve a los intereses populares y a la lucha por una nueva democracia para Chile.
II. LAS CANDIDATURAS PRESIDENCIALES
1. El Juntos Podemos
a) La propuesta de Juntos Podemos de presentar un número considerable de candidatos al Parlamento, representativos de la diversidad de organizaciones integrantes de esa alianza. fue inicialmente muy interesante y convocante. Fue acompañada de un estudio de distintos distritos donde parecía posible obtener la elección de los dos candidatos, en subpacto con la Concertación. Lamentablemente, la mezquindad de la Concertación quedó una vez más a la vista a poco andar, al igual que la incapacidad del Juntos Podemos, y en especial del PC, de sostener su propuesta en forma convincente. El PC por poco se “bajó” en sus propuestas iniciales y están a punto de bajar la candidatura de Arrate y apoyar a Frei en primera vuelta, ante el temor de un triunfo de Piñera en que pierdan “pan y pedazo”; por ese temor, también, la virulencia concertacionista y comunista contra Enríquez-Ominami.
b) El resultado de las negociaciones entre el JP y la Concertación, no es atrayente para las organizaciones que no integramos ninguna de ambas coaliciones. La idea fuerza de acabar con la exclusión no parece lograda en el acuerdo final. La elección de algunos parlamentarios para el JP queda supeditada a la voluntad de los concertacionistas, de ceder votos a los candidatos del JP, más que a la fuerza electoral propia de éstos. La cantidad de distritos donde el JP podrá llevar un candidato con posibilidades de ser elegido es mínima (siete), y el JP queda obligado a apoyar a la Concertación en 11 distritos.
c) Respecto de la amplitud del pacto, observamos que no ha logrado unir a la izquierda en su conjunto; el retiro del MAS y del P. Humanista, es una muestra de que JP no consigue aglutinar a la izquierda y sus métodos han sido desaprobados por otras organizaciones.
d) El acuerdo se ha centrado en terminar con la exclusión de uno o dos partidos respecto del poder legislativo, pero no resuelve la exclusión política y social de las fuerzas populares.
e) Un acuerdo con la Concertación, sólo ayudará a perpetuar por un nuevo ciclo parlamentario la marginalización de los sectores excluidos de la distribución de los ingresos; excluidos del derecho a la tierra y el territorio; excluidos de las decisiones que afectan a grandes sectores de la población, en temas laborales, de salud, ambientales, previsionales, económicos.
f) No podemos avalar, ni siquiera en nombre de la “unidad de la izquierda”, la participación de partidos y organizaciones de izquierda, en la continuación del régimen neoliberal. Hemos visto que en los temas de fondo del funcionamiento de este sistema, no hay grandes diferencias entre las propuestas de la ultraderecha de Piñera y la derecha concertacionista. Menos aun, tratándose de que el abanderado de este sector sea Eduardo Frei, en cuyo gobierno el neoliberalismo logró importantes avances en desmedro del Estado y su rol protector.
g) Las mezquinas ganancias obtenidas por una parte de las organizaciones de izquierda de este país, no justifican la conciliación de intereses entre esa izquierda y los megapoderes del gran capital. No podemos apoyar a una candidatura cuya propuesta a largo plazo sea llamar a votar por Frei y la Concertación.
h) Por estas consideraciones, no avalamos la propuesta electoral del JP.
i) Sin embargo, creemos que las organizaciones que la componen, deben ser compañeras de ruta de los mapucistas y de nuestra alianza, el MPT. Debemos distinguir claramente las diferencias con ellos y también las coincidencias, para asumir una postura consecuente en cada caso.
j) Debemos clarificar de cara a los movimientos sociales, a la gente que constituye nuestra base y nuestro entorno vital y a la izquierda electoral, que no podemos seguir a las distintas candidaturas en sus propuestas, para estas elecciones, pero a la vez debemos trabajar junto a ellos en todos los temas que nos congregan y unifican.
2. El MAS
a) Frente a la propuesta de constituir el MAS como partido, apoyar la candidatura de Alejandro Navarro y apoyar la eventual lista de candidatos al parlamento de este movimiento, debemos definir que son, para nosotros, tres situaciones distintas.
b) El inscribir legalmente al MAS no es una tarea que nos competa. No aparece como una tarea en pos de avanzar efectivamente al socialismo, sino como materia del interés de quienes están empeñados en ello.
c) Si fuese convincente la propuesta del JP en cuanto a conseguir el doblaje en algunos distritos para ir sacando a la derecha del Parlamento, entonces la actitud del MAS de llevar candidaturas aparte no ayuda al propósito en general y perpetúa la actual composición del parlamento.
d) Apoyar la candidatura de A. Navarro significaría haber estado de acuerdo con su conducción personalista, la que no ha permitido cumplir el objetivo de haber desprendido del PS a las bases populares. Tampoco logró generar unidad con el resto de la izquierda. Como actitud de vida, este personalismo se contradice con nuestra concepción de la acción política popular, como construcción colectiva. Por ende, chocan aquí dos visiones de mundo. El MAS ha nacido de una matriz de sectarismo, burocratismo y culto a la personalidad, propio del PS, y en aquél se reproducen las peores prácticas y desviaciones de éste.
e) Además de ello, la propuesta de Navarro es sumamente conservadora, ya que supone “quitar votos” a la Concertación en primera vuelta, para devolvérselos en la segunda. ¿A cambio de qué?
f) La candidatura de Navarro se desinfla. Tras la encuesta CEP, que da un 1% a Alejandro Navarro (al igual que Jorge Arrate), el propio candidato del MAS manifestó su voluntad de reunirse con Arrate para buscar un mecanismo que permita que uno solo de ambos sea el candidato que vaya a la elección presidencial.
g) “Y aunque el candidato del MAS ironizó, señalando que “la suma del 1% de Arrate y el 1% de Navarro da un 11%, dijo que la suma de las preferencias seguras y potenciales de ambas candidaturas, que sí suman un 11%, nos ratifica la propuesta de que la izquierda, el progresismo debe llevar un solo candidato hasta el final. Y para ello, espero que nos juntemos con Jorge y evaluemos la situación, de tal manera de buscar el mecanismo para enfrentar juntos las presidenciales: con un aspirante a La Moneda que represente al sector, pero que éste sea electo democráticamente y no en cuatro paredes”.
Fuente: http://www.navarro.cl/noticias/2009/Junio/090618-la-cep-ratifica-necesidad-de-una-sola-opcion-de-izquierda.php
h) El PC no respetó el veredicto democrático de sus bases, que aspiraban llevar a Guillermo Teiller como candidato, y los obligó a aceptar la orden de partido de “bajar” a éste a favor del ex ministro concertacionista Arrate, con el fin de quitar algunos votos socialistas al candidato Frei. Parece muy difícil que el mismo partido se decida a buscar un mecanismo transparente para designar un nuevo candidato. Lo más posible es que Arrate se mantenga, avalado en su doble standard de opositor y socialista, que llamará a sus adeptos a votar por la Concertación para la vuelta final. Lo más posible, en ese escenario, es que el que se baje sea Navarro. Lo que podrán estar haciendo en el MAS, a estas alturas, es buscar la forma más decorosa en que su candidato renuncie a la candidatura.
3. Marco Enríquez
a) Su propuesta también aparece levantada desde el personalismo que rechazamos en el caso de Navarro.
b) Políticamente, aparece como continuidad del régimen neoliberal, con el agravante de que ha planteado posiciones nefastas como aumentar la privatización de bienes estatales.
c) Su viabilidad sólo depende de un factor mediático que permita la captación de los votos indecisos o cansados con la administración concertacionista.
d) Lo interesante de esta propuesta es que ha alcanzado una popularidad aun mayor que las del JP y del MAS, y que podría significar un quiebre en el modo de hacer política vigente en los últimos 20 años desde el llamado a elecciones democráticas.
e) Si Enríquez-Ominami tuviese efectivas posibilidades de entrar en competencia, podría desplazar a Frei de la segunda vuelta, lo que alteraría el cuadro político partidista y podría llevar al fin de la Concertación, tal como la conocemos. Esta alteración permitiría recomponer el cuadro de las fuerzas populares y progresistas, en favor de propuestas donde “la gente”, la base social, sería mejor escuchada que lo que es hoy, de parte de las cúpulas políticas instaladas en el gobierno.
4. Las propuestas en general
a) Las argumentaciones que hemos escuchado a los defensores de JP y del MAS se basan en cuestiones de estrategia y táctica. Como ambas alternativas invocan el mismo argumento a favor de sí, debemos concluir dos cosas: que se manejan mal los conceptos de estrategia y táctica y que hay distintas estrategias (objetivos) que no se han logrado conciliar: no hay una posición (ni JP ni MAS) que sea “más estratégica” que la otra.
b) Ninguna candidatura en particular es viable, sino como “saludo a la bandera” o como inversión política, con vistas a transar con la Concertación, el trasvasije de los votos obtenidos en la primera vuelta.
c) Este objetivo de medir fuerzas en la balanza del mercado de los votos, nos parece una práctica nefasta que sólo a actuado a favor de los comerciantes en votos. Eso tampoco obedece a nuestra visión del tipo de sociedad y de las relaciones humanas que deben conformar la convivencia comunitaria que planteamos como paradigma.
5. Sobre las elecciones parlamentarias
a) La presencia de unos pocos parlamentarios “progresistas” o “díscolos” no ha ayudado en los últimos 18 años a que se constituya al interior del poder legislativo un polo por deshacer las ataduras de la dictadura militar y por realizar cambios en el régimen neoliberal que abarca no solo lo económico, sino va de la mano de un proceso ideológico mediático de dominación cultural. Aunque es valorable que haya habido parlamentarios como Alejandro Navarro, Marco Enríquez, Sergio Aguiló, Esteban Valenzuela (pese a sus devaneos con el derechista traidor F. Flores) y anteriormente Andrés Aylwin (bastante más humanista que su hermano golpista y presidente) y Laura Rodríguez, no ha significado mayormente esta presencia. Por eso, no creemos que la introducción de otros progresistas (incluso comunistas) vaya a cambiar verdaderamente las cosas, ya que trabajarán por terminar con la exclusión del PC (respecto del reparto de la torta) pero no de la exclusión de los más amplios sectores marginados y superexplotados por el sistema.
b) No creemos que sea relevante efectuar un desgaste en la contienda electoral. No parece que estas elecciones sean una tribuna para presentar a ningún partido o movimiento revolucionario como el nuestro.
6. Sobre las elecciones en general: en vista al 2012.
a) No hacemos cuestión de dogma, el rechazar el trabajo electoral. Estuvimos apoyando a candidatos a los municipios en el 2008, creemos en el derecho de las organizaciones y movimientos sociales a estar representados en los gobiernos locales y a seguir insistiendo en el 2012.
b) Estamos por un acuerdo general que no impida a futuro la participación del MPT en las elecciones, cuando éstas sean una verdadera tribuna, una posibilidad de acumular fuerzas, y un camino de victoria en cuanto a ganar espacios de empoderamiento para los pueblos.
c) Creemos que ello no será posible antes del 2012, pero es necesario desde ya aprobar este itinerario, pues de ello dependerá nuestra capacidad de generar alianzas y concertar a organizaciones sociales que están por esta vía.
d) Creemos necesario que se fijen polos de participación electoral, de manera que se trabaje con cierta perspectiva hacia el 2012.
e) No parece conveniente que el MPT en su conjunto limite esta opción de actuar en las elecciones, máxime si ello está consagrado como uno de los tres criterios principales fundacionales, pero debemos generar consensos y criterios generales como federación.
7. Conclusiones
a) Los Colectivos MAPU no apoyaremos las candidaturas de la Concertación ni la alianza que se ha establecido entre ésta y el JP. No optamos por apoyar ningún candidato presidencial, en la medida en que el JP y el MAS, derrotados en primera vuelta, llamarán a volcar sus votos en el candidato concertacionista.
b) No haremos caso del chantaje político y emocional, de invocar “el mal menor” para enfrentar a la derecha apoyando a la Concertación.
condición, cómo no, de hipotecar la convicción estelar de que la vida siempre está en otra parte. Por rebeldías transitorias debían guardar reposo y ofrecer garantías de conducta funcional y compostura impostada. Cuando se emborrachaban entonaban sus himnos de juventud, pero ya en la mañana, con agua y azúcar, y sin remordimiento alguno, volvían al negocio.
Entre las pobres gentes también estaban los desesperados que, disparadamente, cada uno por su lado, como un órgano desintegrado, empapelaban los muros de las ciudades, llamando a levantamientos generales, y luego evaluaban el impacto flaco de la propaganda y, emputecidos, también se emborrachan en establecimientos de ocasión, abrazándose como si la esperanza fuera un archipiélago de incomprensiones y mala fe. Cada cual hacía lo que podía, y lo que podían era bien poco.
Mientras tanto, los chicos listos, blindados hasta los dientes, mundializados sus intereses, y con agentes no tan secretos, alentaban la dispersión de los ya pocos que querían darle una buena vuelta de tuerca al orden de las cosas. “Todos tienen precio” decían, y en muchos casos, claro, no se equivocaban. También decían “los loquitos son pocos y andan desatados como evangélicos o tribus irreconciliables.”
En tanto, semejantes cosas ocurrían sin más efectos que el fortalecimiento de los de arriba, y los dientes apretados de los de bajo para-sí; las pobres gentes se la pasaban envejeciendo y comparando precios y haciendo cursos de capacitación con la mira fija en los números semanales de la lotería.
En realidad, las cabezas desagrupadas de los que estaban abajo y se pretendían para-sí, no eran tan para-sí. Muchos se habían quedado en las tapas de los modos profundos para convencer a las pobres gentes. Algunos de ellos, como fakires o flautistas mágicos, consideraban que había que “encantar” a las pobres gentes. Otros, que “ya llegaría la hora porque es inexorable que la hora llegue”, y otros se contentaban con predecir de prestado lo que podría ocurrir la semana entrante porque habían descubierto la manera de descifrar los editoriales donde los chicos listos anunciaban su permanente revolución y remataban con fatalismos darwinistas. Además, los de abajo para-sí, frente a la bestialidad de mil rostros y medios que habían perfeccionado los chicos listos, todavía tenían en la cabeza la certeza ficticia, y así pensaban y, por tanto, también así se conducían, que su ombligo era el más razonable –es decir, totalmente razonable- y no se quedaban atrás a la hora de lucir su escasez de generosidad, la nostalgia impotente, los dogmas destrozados por el movimiento real de las cosas, los atavismos y la ignorancia bien o mal deletreada. Era una cosa de espanto, como el primer hombre que se miró sin reconocerse en las aguas nítidas de un arroyo prehistórico.
Pero como nada es infinito, salvo la materia atómica de las estrellas (que, para el caso, no tienen asunto), los de abajo para-sí, por necesidad, fracasos consecutivos, humanidad y una honesta –aunque no muy científica- disposición, concluyeron que la vida no tiene sentido sin la redención social, sin la construcción de las condiciones de la redención social. Todavía eran muy pocos, casi una mota en medio de la totalidad abrumadora organizada por los chicos listos. Pero decidieron –verdes todavía, haciendo cuentas con los dedos, con apenas un pie fuera de las derrotas y la idea maciza de la derrota- empezar a inscribir el epígrafe de eso de que la vida está en otra parte.
Primero se reunieron, sospechándose, temerosos debido a la propia proyección de sus terrores y egoísmos nocturnos en los otros. Se pusieron de acuerdo en cuestiones pequeñas y en cuestiones grandes, indetalladamente. Ya, por fin, no eran tan pocos, pero mucho menos un gran destacamento, como dicen los militares de izquierda o derecha.
El comienzo, como todos los comienzos, fue atropellado y al mismo tiempo, comedido. De verdades a medias y grandilocuentes propósitos. De incertidumbre y también de convicción de mancomunarse. (A todo esto, las pobres gentes apenas se daban por enteradas por lo de la industria del consenso, el exceso de debilidades, lo natural que parece la desigualdad a estas alturas del partido y por lo de llegar a fin de mes). La cuestión no iba a resultar sencillo. El amor a la humanidad demanda la desposesión y la revolución a la altura del pecho, por un lado, y en el lóbulo frontal, por otro. Estamos más cerca del mono que del hombre nuevo, así que la marcha es con complicaciones garantizadas.
Era un inicio. Un rayo menudo a través del tragaluz. Un temblor y un ejercicio trabajoso, muy lejos de la comodidad y los moldes. Rápidamente se colocaron un nombre, un título provisorio porque sólo existe lo que se puede nombrar.
Están confundidos, todavía salpican prácticas añosas y religiosas de cuando aún no se reunían. Todavía tienen que despojarse de la armadura vieja, hoy inútil. Algunos se quieren mandar cambiar porque la cosa parece más complicada y lenta de lo que contenían sus expectativas. En general, siguen juntos. Y están en el epígrafe. Uno de estos días las pobres gentes sabrán de ellos, porque ellos están en medio de las pobres gentes, sólo que tienen que alargarse la estatura a la fuerza. Tienen que hablar de unidad durante mucho tiempo todavía, para que no se les olvide. Pero son majaderos. Y la mayoría no tiembla cuando los chicos listos se ponen bravos.
Andrés Figueroa Cornejo
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