¿Me voy o me quedo? Progreso y recambio

Estas reflexiones del compañero Ismael Llona representan un ejercicio honesto de crítica al interior de la Concertación. Es positivo que circulen especialmente entre los que creen que Frei es el "mal menor" y creen necesario gastar fuerzas en salvar al régimen en lugar de abocarse a la construcción de un instrumento popular (partido, movimiento(s), centrado en la generación del poder popular que permitirá llegar a las efectivas conquistas sociales que las necesidades de nuestros pueblos exigen, ante la crisis del capitalismo y del sistema que llamamos Imperio, sistema a la vez económico, político, cultural-social-mediático, de ideas y de hábitos. Para nosotr*s, Frei, Piraña, Tironi, Zaldívar, Flores, Moreira, Longueira, Correa, son Correas del mismo cuero. Y no vamos a hacer el trabajo que no hizo la Concertación en estos 20 años. No obstante, aquí hay material para el debate: los concertacionistas deben aprender la lección que la historia está escribiendo. Cuando este régimen toque fondo, aquí estaremos para reemprender el camino que Rodrigo Ambrosio nos iluminó, y que conduce hacia el poder popular. Un saludo fraternal, verde y rojo. Colectivos MAPU ¿Me voy o me quedo? Progreso y recambio escrito por Ismael Llona elclarin.cl / jueves, 30 de julio de 2009 La llamada “crisis de la Concertación”, que es la que muchos deducen porque su candidato Frei no encabeza las encuestas presidenciales y, más aún, parece no tener asegurado hoy el segundo lugar, debe ser precisada. Lo que sucede, creo, es que se suman, en un solo fenómeno, el desgaste natural de un equipo político, una crisis de dirección y un mal manejo profesional de la campaña. Desgaste natural El equipo que está tras Frei es, evidentemente y sin calificativos de valor, un equipo proveniente, más menos, de hace más de dos décadas, cuando no se trataba de profundizar y extender la democracia sino de ganarla. Aylwin, Lagos, Correa, Latorre, Auth, Tironi, Escalona, muchos de ellos mis amigos, vienen “dirigiendo” y siendo percibidos como dirigentes por la gente –que es la que declara en las encuestas- como los que le ganaron a Pinochet y han estado y están en el poder político con Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet. Son pocos los matrimonios que resisten veinte años, habiendo tantas tentaciones y siendo el ser humano tan complejo. ¿Puede pedírsele más al entente entre dirección política y gente? Crisis de dirección La dirección o las direcciones actuales de los partidos de la Concertación son percibidas hoy como aparatos de poder cuyos objetivos son “menores” y cuyo manejo es errático. La actual directiva de la DC, aunque no esté en ella Alvear, se percibe como una que ya no propone grandes ilusiones y proyectos de cambio social y que, además, “pierde” al senador Zaldívar y a varios diputados, y no lleva candidatos “porque no están seguros” (¡que dirían los verdaderos falangistas de esa razón!) o recurre a candidatos ya derrotados por los electores sin pena ni gloria (los candidatos a senadores por Valparaíso, por ejemplo, e incluso Cornejo). La actual directiva del PPD, a mi juicio la menos criticable, es percibida por el mundo político como una que obedece al interés personal del senador Girardi, y que ha perdido a Schaulson, Flores, Teo Valenzuela y otros parlamentarios. Por cierto el proyecto del PPD no es ya el de Lagos del inicio ni el de Schnake ni el de Bitar. La actual directiva del PS aparece como la directiva de la fracción Escalona más algunos candidatos a senadores o diputados que han perdido su fuerza de dirección nacional (Gazmuri, Isabel Allende, Ricardo Núñez, Aguiló) subordinándolas a sus campañas electorales personales. Es también la directiva que ha perdido a Navarro, Arrate, Marco y Ominami y etcétera, casi de un paraguazo. No se conoce, tampoco, si el PS es partidario hoy de chilenizar o nacionalizar el cobre, terminar con las actuales AFP e Isapres y mejorar sustantivamente los ingresos reales (y cómo) de los sectores subalternos de la economía capitalista chilena. Y eso debería saberse de un partido que fue revolucionario y que debe ser, para seguir siendo un partido socialista, profundamente reformista. Mal manejo profesional de la campaña La campaña de Frei – y ésta no es culpa del candidato- ha sido hecha como si se tratara de un candidato que encabeza las encuestas, cuando en el mejor de los casos partió segundo, y no ha utilizado –como sí lo han hecho los medios que apoyan a Piñera y el mundo de la mass media que apoya a Marco- las técnicas de comunicación actuales, que ya no son más las del plebiscito y las campañas de Frei y Lagos. Tironi y Correa no se han especializado en cuñas y farándula, por el contrario seguramente las desprecian (la TV de todas las mañanas y tardes y noches en todos los canales, y muchas radios) ni en medios que no sean escritos o de propaganda directa. Son por cierto más sesudos y expertos que Danús o el propio Marco y que los viejos zorros que manejan El Mercurio y su red, pero, en alguna forma, se han quedado en el viejo estilo y no son capaces de “rupturizar” en o con Mega, Chilevisión, El Mercurio y La Tercera, con los cuales o en los cuales se han hecho socios. Lenin tuvo que cambiar el megáfono por la radio. Fidel, la radio por la televisión. Obama, utilizó la campaña por móviles. En Chile, las propuestas políticas dirigidas a la gente tendrán que comunicarse sólo por imágenes de tv. y teléfonos móviles. Así es el progreso técnico. ¿Qué hacer? La gente no debe tener pena. Los que han luchado por la democracia y el progreso, menos. La nostalgia es un valor positivo pero no sirve, por ella sola, para dar dirección política. En Chile, después de veinte años, no se ha derrumbado la democracia que conquistamos ni han disminuido las fuerzas progresistas que integramos e integraremos siempre. Está sólo pataleando una cierta dirección política democrática que, como dijo Correa hace poco, debe retirarse dignamente. En este nuevo parto -los viejos somos testigos de varios- la Concertación puede ser cambiada, y reemplazada, y si el cambio o el reemplazo sirve para mejorar la dirección democrática y progresista de la gente, no hay que ponerse triste. Por el contrario, miel sobre hojuelas, aunque en las nuevas direcciones no estemos los mismos.