Por Adán Chávez Frías
Estamos en presencia de la mayor ofensiva imperial en contra de la democracia y de la autodeterminación de los pueblos. El reconocimiento de manera unilateral de Jerusalén como capital del Estado israelí por parte de la administración Trump, pone en riesgo la paz en la región y en el mundo.
Ésta, junto a otras decisiones de la Casa Blanca que contradicen todo el andamiaje legal sobre el cual se construye el sistema de relaciones internacionales, nos señala claramente que el imperialismo norteamericano se encuentra en una de las fases más irracionales, peligrosas y belicistas de la historia, en la que está dispuesto a violentar cualquier normativa, principio, o ley para el logro de sus objetivos.
Las reacciones no se han hecho esperar y la comunidad internacional en su mayoría, ha condenado esta acción violatoria del Derecho Internacional y de todos los esfuerzos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por la búsqueda de una solución pacífica y consensuada al conflicto palestino.
Pero la agresión va más allá. En Honduras, la embajada estadounidense en Tegucigalpa, en clara injerencia en los asuntos internos de esa nación, ha solicitado al candidato de la alianza progresista Salvador Nasralla, que se desmarque de la figura política de Manuel Zelaya y de cualquier referencia al chavismo o a la democracia socialista.
Nuevamente, EE.UU. coloca a Centroamérica al borde de un conflicto y de la inestabilidad, al avalar un fraude electoral y socavar el sistema democrático hondureño. Hacia el Sur, el gobierno de Macri ha iniciado en Argentina la judicialización y la criminalización de los que se le enfrentan, con la persecución política desatada contra la ex presidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner y otros dirigentes vinculados a la etapa del mandato gubernamental de esta destacada lideresa política y social de nuestra Patria Grande.
Dando continuidad a su política intervencionista en los asuntos internos de Venezuela, la Oficina de Operaciones de Conflicto y Estabilización del Departamento de Estado norteamericano pagó casi 1 millón de dólares a grupos de “expertos”, para que estudien y diseñen estrategias con el propósito de intentar aniquilar el proyecto socialista bolivariano y para la implantación de un gobierno de derecha que allane el camino a la restauración neoliberal, tal y como lo revelaron los mismos medios estadounidenses hace pocos días.
Pero aquí estamos los pueblos, resistiendo a la embestida con mayor conciencia, más organización, más unidad y mayor convicción. Esta es una batalla crucial entre el fascismo imperial y la vocación pacífica, humanista y democrática de la mayoría de los habitantes de este planeta. No podemos fallarle a las futuras generaciones, porque de imponerse el criterio de los que no creen en la paz y en la democracia, la humanidad se sumiría en la barbarie y retrocederíamos a pasos gigantescos a un período de oscurantismo y de miseria. Hoy más que nunca los pueblos debemos estar unidos en nuestra lucha contra el imperialismo y el neoliberalismo en todo el mundo.
Este 10 de diciembre, a 158 años de la histórica batalla de Santa Inés, el pueblo patriota venezolano, el pueblo de Bolívar, Zamora y Chávez, ratificó con su participación en las elecciones municipales una vez más su confianza en el Poder Electoral y su convicción de continuar por el camino de la paz y el entendimiento; por el camino de la defensa de la soberanía y el derecho a la libre determinación de nuestro destino. Estamos preparados para nuevos retos, nuevos escenarios y nuevas victorias.
El 2018 será un año decisivo para la Revolución Bolivariana. Asumimos como proceso histórico de liberación nacional el desafío de enfrentar la traición y la contrarrevolución en todos los terrenos y derrotarlas. En esta etapa debemos superar los obstáculos para garantizar la continuidad y el avance de nuestro proyecto socialista en el plano económico, desarrollando un nuevo modelo de producción y de distribución; pero igualmente, en el plano social-organizativo y fundamentalmente, en lo que significa acelerar la Revolución Cultural.
Estos días próximos a la Navidad, son días de alegría y de reunión familiar, pero también de reflexión. En los últimos meses, presenciamos la esencia del plan que el imperialismo quiere para nuestro país: sumirnos en el caos, la muerte y la desesperanza. En una contienda que no fue fácil y que dejó casi 200 víctimas mortales, aplastamos la violencia fascista con la elección de la nueva Asamblea Nacional Constituyente. Eso solo fue posible gracias a la conciencia social del pueblo, un pueblo que como Cristo, quiere paz, amor, justicia, bienestar, respeto y tolerancia para todos. Preparémonos entonces para seguir cultivando los valores cristianos, que son también los valores de esta Revolución Bolivariana y Chavista. Preparémonos para continuar defendiendo nuestra Patria, nuestra independencia y nuestra soberanía.
¡Unidos seremos victoriosos!
¡Con Chávez Siempre!
Caracas, 10 de diciembre 2017.
VENEZUELA, Toward New Victories
By Adán Chávez Frías
We are in the presence of the greatest imperial offensive against democracy and self-determination of the peoples. The unilateral recognition of Jerusalem as capital of the Israeli State by the Trump Administration is a risk for peace in the region and in the world.
This White House decision, together with others that contradict the entire legal framework on which the system of international relations is constructed, clearly shows us that the United States imperialism is in one of the most irrational, dangerous and warlike phases of history, ready to violate any norm, principle or law to achieve its purposes.
The reactions have taken place rapidly, and the majority of the international community has condemned this violation of International Law and of all the efforts of the United Nations Organization (UN) in search of a peaceful solution by consensus to the Palestinian conflict.
But the aggression reaches beyond. In Honduras, the United States embassy in Tegucigalpa, clearly meddling in the internal affairs of that nation, has requested Salvador Nasralla, candidate of the progressive alliance, to distance himself from the political figure of Manuel Zelaya and from any reference to chavismo or socialist democracy.
Again the United States places Central America on the border of a conflict and instability by endorsing an electoral fraud and undermining the Honduran democratic system. In the south, the Macri government has started in Argentina the judicial inquiry and criminalization of those who oppose him, unleashing the political persecution of former president and current senator Cristina Fernández de Kirchner and other leaders connected with the period in office of that outstanding political and social leader of our Big Fatherland.
As continuation of its interventionist policy in Venezuela’s internal affairs, the Conflict and Stabilization Operations Office of the U.S. State Department paid almost one million dollars to groups of “experts” to study and design strategies aimed at trying to destroy de Bolivarian socialist project and establish a rightist government that will pave the way to the neoliberal restoration, as revealed by the U.S. media themselves a few days ago.
But we, the people, are here, resisting the blow with greater conscience, more organization, more unity and greater conviction. This is a crucial battle between the imperial fascism and the peaceful, humanistic and democratic vocation of the majority of this planet’s inhabitants. We cannot let the future generations down, because if the criterion of those that do not believe in peace and democracy were imposed, humankind would be thrown into barbarity and we would return with gigantic steps to a period of obscurantism and misery. Today more than ever we, the peoples, must be united worldwide in our struggle against imperialism and neoliberalism.
This 10th of December, 158 years after the historical battle of Saint Inés, the patriotic Venezuelan people, the people of Bolívar, Zamora and Chávez, with their participation in the municipal elections, once more confirmed their trust in the Voting Power and their conviction to continue along the road of peace and understanding, along the road of the defense of sovereignty and the right to the free determination of our destiny. We are prepared for new challenges, new scenarios, and new victories.
The year 2018 will be determinant for the Bolivarian Revolution. We assume the challenge to face and destroy treason and counterrevolution in all fields as historical process of national liberation. At this stage we must overcome the obstacles in order to ensure the continuity and advance of our socialist project on the economic sphere, developing a new production and distribution model, but likewise on the social-organizational sphere and essentially by speeding up the Cultural Revolution.
These days when Christmas is near are days of joy and family gathering, but also of reflection. In recent months we witnessed the essence of the plan that imperialism wants for our country: to drive us to chaos, death and despair. In a struggle that was not easy and which left almost 200 mortal victims, we crushed the fascist violence with the election of the new National Constituent Assembly. That was possible only thanks to the people’s social conscience, a people that, like Christ, wants peace, love, justice, welfare, respect and tolerance for all. Let us then prepare ourselves to continue cultivating the Christian values, which are also the values of this Bolivarian and chavista Revolution. Let us prepare ourselves to continue defending our Fatherland, our independence and our sovereignty.
United we will win!
With Chávez always!
Caracas, December 10th, 2017