A lograr movilización y crear conciencia popular

A lograr movilización y crear conciencia popular

El MAPU no se rinde

El MAPU no se rinde

54 años de lucha

54 años de lucha

«

MAPU: 54 AÑOS LUCHANDO, CREANDO PODER POPULAR

«

POR LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES

«

No + AFP, No + migajas, renacionalización del cobre y del agua, educación gratuita, estatal y de calidad:

A ORGANIZAR UN GRAN PARO GENERAL


«

EL MAPU SALUDA AL MPT
EN SU 14° ANIVERSARIO 5 de abril 2009-2023

UNIR LAS LUCHAS PARA QUE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES MANDEN

miércoles, 5 de julio de 2017

Despidiendo a Luis Hurtado: luchador social, revolucionario

El pasado domingo 2 de julio falleció Luis Hurtado Rousseau, destacado militante de la izquierda revolucionaria y activista de movimientos sociales.


Lo conocimos participando en el Foro por la Democracia, en los años 1998-2000 en el accionar común en apoyo a las demandas del movimiento mapuche. Varias organizaciones populares de base formamos en octubre de 1998 el Consejo Amplio por la Nueva Relación con el Pueblo Mapuche, que actuaba conjuntamente con el Foro. Lucho Hurtado apoyó la causa, al igual que su tocayo Lucho Vitale, historiador, el doctor Patricio Cid, que dirigía el Foro, el Teo (que partió en septiembre de 2009), el peñi Pablo Vira Millahual, el profesor Francisco Manquelipe y muchas otras compañeras y compañeros.

Entrando a este siglo, desde el 2000, el compañero Hurtado no cesó de ser parte de los movimientos sociales en los que creía, alimentado con el ejemplo de Miguel Enríquez y de Salvador Allende, creyendo que todas las fuerzas de la historia nos llevan al cambio social, historia que la hacen los pueblos. Por eso mantuvo siempre su arraigo popular.
En su sector, el poniente de Santiago, concibió con otros compañeros, la idea de crear una biblioteca popular, y así surgió la biblioteca y centro cultural Grandes Alamedas, que funciona en Cerro Navia. Lucho fue uno de los fundadores de este Centro. Aquí nos volvimos a encontrar cuando con el recordado peñi Guillermo Lincolao, coordinamos un taller de historia y cosmovisión mapuche en 2011, y un taller de idioma mapuche en 2013-2014, realizados en el Grandes Alamedas. Lucho asistió a ambos talleres, realizado con calidad y rigor académicos (el segundo comprendió 16 sesiones de dos horas cada una, es decir 4 meses, como suelen durar los cursos universitarios). Las imágenes adjuntas lo muestran en una de las sesiones y al concluir el primer taller en junio de 2011.

Como creemos que la acción más necesaria es hoy propiciar el trabajo de base, en los territorios populares, incluimos dos enlaces, el primero a una publicación anterior, relativa al trabajo territorial como desafío para la izquierda del presente, y otro donde se reseña el Centro Cultural Grandes Alamedas.

Poniendo énfasis en la necesidad de realizar este trabajo de base, como supieron hacer el Teo, el peñi Lincolao, Lucho Hurtado y otros que nos han dejado este ejemplo, rendimos homenaje al compañero que nos acaba de dejar, esperando mantener esta consecuencia y dedicación, con ese ejemplo que nos dejaron ellos y  el de muchas y muchos que ya han partido.
Carlos Ruiz R.

EL TERRITORIO COMO ESPACIO EMANCIPATORIO:


Abriendo las Grandes Alamedas


CENTRO CULTURAL GRANDES ALAMEDAS
TALLER DE HISTORIA MAPUCHE EN SESIÓN
LUIS HURTADO, AL FONDO.

CEREMONIA DE CIERRE DEL TALLER DE HISTORIA
Y ENTREGA DE CERTIFICADOS.
LUIS HURTADO, de pie a la derecha.
Al centro, de pie, Guillermo Lincolao y Armando González,
Coordinador del Centro.


lunes, 3 de julio de 2017

Vocal de mesa negó saludo a Piñera

El vocal de mesa que se negó a estrecharle la mano al ex-presidente Piñera es nuestro querido amigo Luciano Debrott Riquelme, nieto de nuestro compañero Nelson Debrott, reconstructor y conductor del MAPU.






Luciano mismo expresó las razones que tuvo para no devolverle el saludo a Piñera:


Nelson Debrott P. declaró en Facebook: “Mi nieto tiene sus razones. Y las apoyo. Yo tampoco le daría la mano a quien dejó sin trabajo a mi padre o hizo inversiones empresas pesqueras en el país con el que teníamos un litigio en La Haya por territorio marítimo. O sea, con un traidor”.

Recordaremos que Luciano fue víctima de una brutal agresión de Carabineros dentro del recinto de la Universidad de Santiago de Chile, el 14 de mayo de 2015, por la cual casi perdió la vista a consecuencia del disparo a corta distancia de una bomba lacrimógena. El hecho ocurrió después de una protesta estudiantil y fue una ilegal represalia de las fuerzas represivas policiales, contra estudiantes que venían de vuelta de la manifestación. Por supuesto, los provocadores que suelen infiltrarse en las protestas estudiantiles, no son molestados, no sufren represión alguna, lo que obedece a las instrucciones que los represores reciben.

Luciano Debrott, al centro, nos acompaña en el homenaje a las víctimas de los hornos de Lonquén, octubre de 2013.



Víctima de represión al interior de la Usach.


Regía la dictadura en 1974, cuando el insigne seleccionado nacional de Fútbol, Carlos Caszely, no saludó ni dio la mano al tirano, en varias ocasiones en que se encontraron en actos oficiales.
A propósito, Piñera fue protegido de la dictadura, anduvo prófugo y quedó impune de sus delitos bancarios, no obstante lo cual el empresario en 1988 dijo no apoyar la perpetuidad del tirano y habría estado por la opción No, en el plebiscito de ese año. Fue un acto de ingratitud contra el autócrata, que los partidarios de Piñera deben evaluar y que causó mayor efecto que negarle el saludo al tirano.

Recordaremos también que Marcelo Bielsa evitó el saludo a Piñera siendo éste presidente, en julio de 2010.

El incómodo momento entre Bielsa y Piñera - YouTube


https://www.youtube.com/watch?v=AegtAdyoe6g 2 jul. 2010 - Subido por BielsaChile

  
Hay quienes en redes sociales (Facebook, gamba.cl) han reprobado el hecho y han tratado a Luciano de “mal educado”. Aquí cabe preguntarse cuál es el concepto de educación que algunos tienen. Por lo general, las opiniones reaccionarias carecen de fundamentos lógicos y analíticos. Algunos hablan de “educación”, en el aire, sin contextualizar de qué se trata. olvidan que el Chile preocupado de la educación empezó a irse cuando los gobiernos reformistas como el de Frei Montalva, reformaron la educación aboliendo el clásico sistema de profesores normalistas, que eran educadores en todo el sentido. El cuartelazo cívico-militar de Pinochet y de los Chicago Boys terminó de acabar con el antiguo sistema. Después vinieron las universidades privadas, el saqueo de las universidades estatales para crear unas universidades regionales que no estuvieron a la altura de las casas madre, y, en fin, cada vez más el Estado abdicó de su función educadora, reduciendo los contenidos docentes a una mínima transmisión de competencias en función del mercado. ¿Qué profesora o profesor de hoy se esmera en entregar aquellos conceptos en que a los antiguos educandos se les inculcaba todo lo que los haría individuos “bien educados”? ¿En qué plan de estudios de hoy entran contenidos como ese de que hay que corresponder el saludo de una persona, a sabiendas de que no hay un acto de afecto, aprecio o de mera cortesía, cuando tienes elementos que pueden poner en duda la sinceridad de la otra persona? Es que tampoco entran otros contenidos o normas de los que la derecha no se preocupa. No hay educación cívica, porque al sistema no le conviene que la haya; no hay la menor entrega de normas de sana convivencia, porque el sistema no es sano y no educa hacia el respeto humano, sino hacia la competencia, es decir al predominio del más fuerte.

Un nuevo gobierno de Piñera agudizará las contradicciones sociales, no habrá soluciones de fondo a la crisis de la educación, que seguirá estando al servicio de la mantención del sistema de injusticia, al consumismo, el individualismo, el lucro y la corrupción.

domingo, 2 de julio de 2017

Posición del MAPU ante elecciones de 2017 - Parte 1.


Contexto general y coyuntura

            La política electoral debe ir en concordancia con los objetivos principales, con el proyecto que marca fines y medios para llegar al objetivo y con un análisis correcto de la realidad en que estamos insertos.
            El MAPU no desecha las elecciones como espacio donde expresar las ideas-fuerzas y como escenario de un tipo de lucha política. No podemos decidir participar de alguna forma en las elecciones (o no participar) por “cuestión de principios”, sino por razones objetivas en determinados momentos de acuerdo a la coyuntura, que va cambiando.
            En coyunturas claves de la historia del país, ha sido clara la decisión electoral, cuando se ha estado cerca de abrir un camino para llegar a los objetivos principales, se ha participado con toda la fuerza, como fue en 1970 con las elecciones presidenciales en que un voto decidía ganar un gobierno popular o que el sistema dominante se mantuviese sin cambio alguno. Escogimos lo que nos pareció correcto y no debemos arrepentirnos, aunque el resultado a la larga fuese desfavorable.
            En 1970 había posibilidades ciertas de iniciar un proceso de cambios. Hoy no se ven posibilidades de que se produzcan grandes transformaciones a partir del cambio de gobierno. Nuestra capacidad de incidir en la decisión de por quienes votar, es mínima, no vamos a producir la menor alteración. Pero nuestra decisión nos dejará marcados ante la parte de la opinión pública y organizaciones populares con quienes nos relacionamos.
            En coyunturas recientes, hemos optado por apoyar unas pocas candidaturas municipales (2008, 2012 y 2016) y en elecciones presidenciales (2009-10 y 2013-14) hemos optado por anular el voto, por no haber quien represente nuestros intereses y que convenga a nuestros objetivos.
            El momento actuar está marcado por un período de relativo ascenso del descontento popular ante un sistema político y un modelo económico corrupto y representativo de intereses mezquinos. El descrédito de la “clase política” se ha manifestado en que en las presidenciales del 2013-14, fue más la gente que no fue a votar, pudiendo, respecto de los que votaron. Nosotros postulamos que no puede ser que la desacreditada sea la política y planteamos que la gran tarea es politizar a las masas, en torno a un proyecto revolucionario. Estamos en eso, por supuesto que luchando contra la corriente. Incluso entre gente organizada con propósitos de cambio radical, se habla en contra de la política: ¡políticos declamando contra la política!, como cuando se dice que “el pueblo unido avanza sin partidos”. Los grupos que dicen esto, terminan en la práctica siendo también partidos, con las mismas prácticas que éstos. Los líderes y participantes de los movimientos sociales son efectivamente políticos, sólo que no participan del sistema político legal. Nosotros no vamos a denigrar a los partidos en abstracto, debemos reivindicar el derecho y deber de organizar fuerzas políticas revolucionarias y llegar a construir un gran partido que sea el “Estado Mayor del proletariado”, de la gente de trabajo y de los pueblos.
            Hemos llamado a convertir el descontento en rebeldía organizada. Debemos propiciar la mayor participación de las clases populares en todo tipo de organizaciones que representen nuestros intereses de clase, frente al poder casi absoluto del Imperio y clases dominantes. Como parte de nuestra estrategia, creemos que los pueblos y clases populares no están derrotadas para siempre y que otro mundo es posible. El que se crea derrotado, que viva aparte su propia derrota y nos deje seguir siendo soñadores y luchadores.
            Estamos de acuerdo en que la realidad del país es detestable: hay injusticia social y muy pocos pueden sentirse realmente satisfechos. A unos les va mejor que a otros, pero al precio de trabajar para los explotadores sin descanso, lo que no es vivir plenamente. Los que ganan un poco más se quejan de la delincuencia: si la hay, es porque el sistema lo ha permitido, porque el capitalismo salvaje en que vivimos lleva a desear y a acumular, y el que desea busca por todas las formas tener más y más, lo que incluye delinquir para tener. El que se siente víctima de la delincuencia, termina siendo infeliz también, como araña en su propia trampa. No es un mundo feliz el que vive obsesionado con que no le quiten lo suyo. Las mayorías trabajan mucho más de lo necesario para vivir decentemente, la jornada laboral se extiende legal o ilegalmente, los ingresos no alcanzan. La miseria que había en el Chile de los 60 sólo ha cambiado de forma y de color, las carencias son otras, pero para la mayoría de la población no hay vida plena, no hay satisfacción equilibrada de las necesidades vitales. Eso no es vivir. Para entenderlo, un partido o movimiento que quiere liderar, debe conocer la realidad plena del país, no tener una visión parcial, subjetiva, conocer las distintas realidades de este país tan diverso. Hay que escuchar y conocer al ciudadano de “medio pelo”, al llamado “chileno medio” (que es medio de todo...) y también la voz de los más necesitados, los que no opinan en las redes sociales pero no porque lo pasen muy bien. Está bien escuchar, leer a los declamadores de las redes sociales, pero es bien bueno darse una vuelta por Pudahuel y La Bandera, por las Compañías y la Antena, por el Agüita de la Perdiz, por Coronel y Lota, por Temucuicui y Toltén, por Alto Hospicio y Calama.
            El Imperio pretende terminar quitándonos lo mucho y poco de recursos que guardan nuestro subsuelo y nuestras aguas, dulces y de mar, el gran capital financiero pretende aumentar la plusvalía que nos chupan a diario, aumentando la edad laboral y jugándose nuestros ahorros de toda la vida en las bolsas internacionales, para financiar sus guerras invasoras y seguir el círculo vicioso.
            El extremo austral está expuesto a la voracidad de poderes fácticos enormes, por sus potenciales en agua y porque tiene energías fósiles. No podemos seguir sordos a esta realidad, a la intromisión cada vez mayor del sionismo, a través del gran capital, de los medios de comunicación en que manifiesta su hegemonía, y de su influencia en la “clase política”. Eso es un “temazo” y debemos ponerlo en el debate. Estos poderes se compran a la clase política, incluyendo a los que ayer se decían “nacionalistas” y está penetrando muy fuerte en los sectores que intentan aparecer como la alternativa al duopolio. Pero estas fuerzas a veces ganan, a veces pierden: Golborne “se chingó” como candidato a presidente, porque no supo borrar las huellas de su corrupción; Hinzpeter no pudo imponer su ley de represión. Incluso ganan más cuando se unen a la Nueva Mayoría. Por ejemplo, Iván Fuentes, cuestionable personaje de la pesca artesanal, fue catapultado al parlamento por una trenza de intereses, donde actuó el sionista Antonio Horvath, y obtuvieron apoyo en el PDC, siempre dominado por estos intereses. Horvath actúa en yunta con Lily Pérez, por algo será.
            En una elección presidencial, los medios de comunicación al servicio del sistema y los que le siguen el juego levantando candidaturas “prometedoras”, sólo muestran figuras individuales: el candidato Tal, la candidata Cual. Lo que no muestran es la maraña de vínculos e intereses entre los candidatos y los poderes fácticos. Aparecen candidatos casi desconocidos por las masas, pero los medios de comunicación se encargan de hacerlos conocidos. Estos candidatos no ofrecen mucho, no tienen equipos de trabajo para gobernar (futuros gabinetes), porque saben que no van a gobernar.
            Las elecciones hoy están contaminadas por una política pública creada para corromper y dividir: a los partidos y candidatos se les subvenciona para que entren en el juego. Cada voto que produzcan (y usamos la palabra producir porque esto es una nueva mercancía bajo el modo de producción capitalista), tiene un precio que el Servel paga. Incluso el Servel “presta” plata a los partidos como si fuese un capitalcito con qué emprender su negocio, y después de las elecciones sacan cuentas. Por eso es que va a haber muchos candidatos: el que está metido en la lógica del sistema, no renuncia a ganarse unos pesitos a través de la profesión de ser candidato. Por eso no se busca la unidad, no hay convenciones ni elecciones primarias en favor de la unidad en torno a los principios y un programa: porque no hay principios.
            Pese a lo desalentador que es el panorama, creemos que podemos parar la avanzada del capitalismo feroz. No creemos en que haya una “tercera vía”, que es la pantalla progresista del capitalismo, disfrazado de neocapitalismo, porque en la práctica es tan feroz como el predominante. Un gobierno de tercera vía en Colombia no ha significado ninguna ventaja para los colombianos; Ollanta Humala manipuló una imagen de progresismo y nacionalismo, para ofrecer más de lo mismo en Perú y a su vez dejarse manipular por intereses espurios. Un gobierno “progresista” en nuestra América no puede prevalecer si no está acompañado de una fuerza popular enorme e imparable. Los presidentes llamados progresistas en nuestro continente, si no tienen esa fuerza, terminan destituidos, como el pasó a Zelaya en Honduras, a Lugo en Paraguay, a Dilma en Brasil. En cambio, los gobiernos populares de Venezuela, Bolivia y Ecuador han resistido, gracias a que son apoyados por una gran corriente de poder popular movilizado en la defensa de los logros de sus gobiernos. La tesis de la unión inseparable entre un gobierno popular y el poder popular, planteada en Chile, junto con otros, pero muy claramente por nosotros, por Rodrigo Ambrosio y el MAPU, demuestra ser correcta cuando vemos la heroica resistencia venezolana y bolivariana, como asimismo fue correcto declararnos revolucionarios y bolivarianos en 1972. Por eso, el MAPU resurge con alegría y esperanza y se compromete fundamentalmente a trabajar por generar poder popular, a partir de organizar el descontento y la rebeldía, para tener los instrumentos que permitan a un gobierno popular vencer y sostenerse hasta cumplir plenamente su programa y abrir las alamedas en que otras generaciones entrarán al verdadero socialismo.
            Planteado así, nuestro objetivo principal será construir esa fuerza popular desde las bases: no bastará con ganar unas elecciones para un gobierno que sea derrocado “por secretaría” o por la fuerza militar, estatal o imperial.
            En torno a ese objetivo, plantearemos nuestra política electoral.


LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL

            Hay gente a veces que se le olvida que en este país hay elecciones en primera y segunda vuelta, y que en esta carrera sólo uno gana y no hay segundo premio (salvo el dinero que el sistema reparte a través del Servel, y que ha contaminado y corrompido todo el quehacer de la democracia electoral, convirtiendo al “juego electoral” en un negocio para grupos inescrupulosos que “inflan” su peso en la política, solo para obtener recursos estatales. Esta constatación, evidente pero a veces no asimilada, debe estar presente para orientar nuestro quehacer.
            En general, la tónica predominante es el poder sin contrapeso del duopolio. En las presidenciales, los que pueden ganar en primera vuelta van a seguir siendo los del duopolio. Elegir presidente no es como elegir alcalde: un alcalde puede ser electo gracias a la desunión de sus contrarios, pero en las presidenciales existe la segunda vuelta y en ella se manifiesta todo el maquiavelismo del sistema. Valoramos las experiencias de triunfo de alcaldías y concejos municipales que pusieron fin al duopolio, aun aunque esto tiene sus bemoles y el duopolio hará lo posible porque estos experimentos fracasen. Incluso debemos apoyar esas experiencias, porque abren un potencial de espacio a favor de que se generen y manifiesten gérmenes de poder popular. Sobre la contienda electoral local, volveremos al hablar de la elección de parlamentarios.
            El duopolio sólo puede ser vencido si se manifestase una gran fuerza desencantada y a la vez efectivamente activa, jugándose por los cambios. En 2013 algunos creyeron en candidaturas alternativas, que no sumaron más que el histórico porcentaje de la izquierda electoral, y no basta con echarle la culpa a que los que creían y discurseaban, el día decisivo no fueron a votar. No basta con decir que el 51% de abstención es una manifestación de rebeldía popular, porque no fue así y lo sabemos. El duopolio mantiene un enorme poder de comprarse los votos con su aparato de organizaciones de base, con su presencia en los medios de comunicación y hasta en las redes sociales, usando un método terrorista: meterle miedo a las clases populares con el triunfo de un gobierno de derecha.
            Está de más decir, el MAPU no va a apoyar a la candidata/o de la Nueva Mayoría.
            La apuesta principal de la Nueva Mayoría, va a ser meterle miedo a la gente en general, con un gobierno de ultraderecha. Pero ya tuvimos a Piñera y el país no cambió tanto, ni a favor ni en contra. Se acentuaron algunas contradicciones, pero lo mismo ocurre cuando gobierna la NM. ¿Quienes tienen que salir a la calle a oponer un frente triunfador contra Piñera? Sólo los que se estén beneficiando de la NM y teman que se les acabe su negocio. Nosotras/os no estamos entre esos.



POSIBLES ESCENARIOS TRAS LA ELECCION DE PRESIDENTE

            Postulamos que cualquier gobierno del duopolio tiene su lado favorable y su lado adverso para nuestros propósitos.
            Si gobierna la Nueva Mayoría, esta vez sí que va a ser la última oportunidad para que la gente le crea a este conglomerado de neoliberales. Si no lograron ninguna reforma considerable entre el 2014 y el 2018, menos van a poder hacerlo en un nuevo gobierno, porque a ellos no les convienen las reformas. Los poderes fácticos no van a dejarlos ceder en nada, no van a poder realizar cambios considerables al sistema neoliberal. Pero el descontento sí debe manifestarse y eso supone comprometerse de lleno en hacer conciencia de que este nuevo gobierno una vez más no satisfará los intereses del mundo popular, y acumular fuerzas para un cambio trascendente.
            Si gobierna la otra derecha, también será la última oportunidad de quedarse en la Moneda. Una derecha que ofrece cambio, trabajo, fin a la delincuencia, etc., debe ser denunciada desde ya, porque entre 2010 y 2014 no hicieron nada de lo ofrecido. Pero si llegan a engañar a la mayoría de las y los votantes, en un nuevo gobierno tampoco van a cumplir. Esta alternativa también supone denunciar a diario al gobierno derechista y la derechización de las políticas públicas, aunque no creemos que la NM vaya a mejorar la oferta de éstas, salvo en lo que signifique conseguir apoyo a partir de políticas asistencialistas. Pero la ultraderecha también podría jugar al asistencialismo y al populismo, acaso con más determinación y efectividad.
Una u otra opción pueden llevar a acentuar las contradicciones del sistema capitalista. Aquí lo que importa es estar bien posicionados como organización (y como parte de una izquierda anticapitalista no bien coordinada), para aprovechar la situación que se producirá, denunciando el agotamiento del modelo capitalista neoliberal y llamando a levantar una alternativa de cambios trascendentes en favor de las grandes mayorías populares. Lo que no puede pasar, es que ante cada nueva crisis del sistema, sigamos desunidos como izquierda anticapitalista y con una ínfima capacidad de conducción y de incidencia ante esas mayorías. Realizar una efectiva acción popular y unitaria, debe ser nuestro principal esfuerzo.
            Como conclusión, ya que no podemos incidir mayormente en el resultado electoral, no debemos dejarnos desesperar por seguir una u otra opción. Es muy claro, debemos denunciar el chantaje de la NM, ya que lo que ofrecen no es mucho mejor que la oferta de la ultraderecha.





POSICIÓN ANTE EL FRENTE AMPLIO

            En 27 años de gobiernos neoliberales, era esperable que un destacamento de gente un poco más honrada y con principios y valores más sólidos y consecuentes con una utopía de cambio social, hubiera abandonado el barco triunfante del capitalismo salvaje conducido por la Concertación. Era esperable que un destacamento a favor de los cambios, se hubiese desencantado del incumplimiento de promesas y del engaño hacia las clases populares, y por sus valores hubiera renunciado a ser parte de la comilona de los que están en el poder. Pero eso no ocurrió realmente. En los últimos años, unos pocos “díscolos” han dejado parcialmente el bloque en el poder, creando nuevas orgánicas políticas, pero no se ve que se hayan arrepentido de sostener las mismas políticas. Navarro y otros dejaron el PS, pero siguieron en la órbita de la Concerta y de la NM. Algunos pequeños grupos han dejado el PS pero no entran a hacer política en el campo popular, se mantienen en la espera cupular: es su ADN, hacer la política “desde arriba” y sin arriesgar nada, sólo buscan qué ganar a través de las elecciones. De hecho, los jóvenes “emblemáticos” de la supuesta nueva generación de políticos con aceptación popular, que son Boric y Jackson, llegaron al parlamento por su aceptación por parte de la NM, que le puso los votos necesarios: votos que acaso no tengan ellos ni sus partidarios, en caso de irse por fuera del bloque oficialista.
            Era esperable que dejasen la NM, los políticos más honestos, que sí que los hay en cada partido de ésta. Pero eso no es lo que ha pasado. La mayoría de los operadores de la NM siguen donde mismo. Y, por supuesto, ésta cuenta con toda la fuerza que le proporciona el PC, que desprestigiado y todo, sigue siendo creíble para sus partidarios, tan poco formados en un espíritu libre y en una conciencia crítica.
            Desde hace cerca de un año, ha aparecido el Frente Amplio. Pero no era lo que estábamos esperando. Deseábamos que abandonase el capitalismo feroz una fuerza de gente de izquierda, moderada por cierto, pero honesta y dispuesta a compartir sacrificios como los que las grandes mayorías han padecido en estos 27 años de engaños. Lo que ha pasado es que se ha formado un alineamiento que es un cambalache donde se encuentran estos ciudadanos honestos con vocación de servicio popular, junto a personajes de dudosa reputación, junto a otros que son progresistas en unos aspectos y retrógrados en otros, y el llamado Frente Amplio se ha abierto a recibir hasta nazi-fascistas, como Eduardo Díaz Herrera, ex Patria y Libertad, demagogo, falso amigo de organizaciones mapuche, lo que hubiese sido muy positivo, si fuese un buen arrepentido y ayudase a decir a la justicia y a los pueblos, dónde están los restos de las víctimas que cívicos como él, junto con los militares, hicieron desaparecer. Pero en esta obra de teatro del absurdo, los ex criminales son bien venidos y sin preguntarles nada se ponen a la altura de los personajes bien evaluados que forman parte de este agrupamiento.
            Por otra parte, hay organizaciones populares que se han acercado al FA por el interés de llegar a las elecciones: el FA les presta tribuna y ellos también quieren darse a conocer. El problema es que la “izquierda del FA” le incomoda a la derecha del mismo. Vamos a ver pronto quien tiene la batuta.
            El FA se ha mostrado como amplio en ideologías e intereses, pero estrecho en cuanto a la forma en que se toman las decisiones en su interior. Las decisiones las toma una cúpula. No hay señales de que vayan a realizar primarias para dirimir la diferencia de opciones que hay en su interior.
EL FA no fue tan amplio como para abrirse a la inclusión de Marcel Claude ni de Alejandro Navarro. Es importante el papel y el peso de Revolución Democrática dentro del FA y por su capacidad “entradora” y su vocación de poder, se le ha comparado con el MAPU de 1969-1973. Pero la comparación no hace pensar en los mapucistas de las clases populares, sino en los camaleones que traicionaron los valores de mayo del 69 y llegaron a cualquier precio al poder.
            Nuestra forma de actuar en política, y especialmente en política electoral, debe estar en coherencia con nuestra propuesta valórica y programática. Si hemos sido partidarios del centralismo democrático para nuestra organización, y tratamos de dar el ejemplo, es porque también esperamos que haya democracia y protagonismo popular en una decisión tan importante como la de formar una alternativa para gobernar. Como en el FA no se ve capacidad de consultar a las bases populares, no podemos hacernos parte de su accionar.
            Las decisiones electorales, decíamos, se toman a partir de asumir programas o plataformas de acción. El FA tiene un programa de gobierno bastante demagógico, del FA, pues no queda claro cómo sería posible llevarlo a efecto. No está suficientemente clara la función de los movimientos sociales, de los pueblos organizados, lo que es la base para cualquier programa de cambios sustentables: en otros términos, no aparece la función del poder popular. Sólo se ve una alternativa al duopolio, pero acaso sin mayores diferencias en cuanto al acto de gobernar. Una alternativa así, es sólo competencia por quedarse en los puestos de poder. Eso no nos atrae mayormente.
            Además tenemos que prever qué va a pasar con la o el candidato del FA en la primera vuelta. Si sale tercero o peor, nada que hacer. Si no gana a la primera, con mayoría absoluta (cosa que es casi imposible que pase), va a quedar entre los dos ganadores que irán a la final.
            Si la segunda vuelta es entre el FA y la derecha (Piñera, lo más probable), buena parte de la NM va a decidir apoyar a la derecha, que representa mejor sus propios intereses.
            Si la final es entre el FA y la NM, la derecha en pleno no tiene dónde perderse y va a apoyar a la NM.
No basta con abanderarse por el que habla mejor y que hace creer que puede ganar, porque si no gana lejos a la primera vuelta, en la segunda va a quedar expuesto a las maniobras maquiavélicas del duopolio.
            Como dijimos, las elecciones están contaminadas por la plata que se da a cada candidato. No es posible creer todas las promesas, porque son demagógicas y se busca a través de ellas, conseguir más votos, más plata. El FA está dentro del negocio y el que quiera hacer negocio con ellos, que lo haga directamente. Nosotros no nos vamos a hacer socios minoritarios de este negocio.
            Lo que es valorable en el accionar del FA, es que han podido levantar un discurso contra el duopolio y han generado conciencia de que es posible levantar una alternativa contra la corrupción y el sistema capitalista feroz.
            El riesgo de la opción por el FA es, en primer lugar, que no sean capaces de enfrentar la corrupción y terminen de a poco asimilándose al sistema, lo que ha pasado una y otra vez con fuerzas políticas de “tercera vía”, como lo fue la “Revolución en Libertad” en los años 60 y lo fue el arco iris de la Concertación en los 90.
            En cualquiera de los escenarios, es indispensable mantener la opción por generar a través de cada acto de la política, una mayor conciencia entre las clases populares, de que hay que poner fin al sistema del capital sin creer en sus engaños. Dado que no hay condiciones para un cambio radical, la tarea central sigue siendo generar la conciencia y la voluntad de cambios a nivel de las grandes mayorías populares, con un eficiente trabajo de base, clasista y comprometido en las luchas populares. Es indispensable de que las fuerzas anticapitalistas se aglutinen con valor y honestidad en pos de un programa revolucionario. Es posible transformar la realidad de este país, pero se necesita un enorme esfuerzo. Seguiremos confiando en que la historia la hacen los pueblos, y que no se puede seguir retrasando el reloj de la historia. Nuestro esfuerzo es válido y nos comprometemos en no abandonar esta lucha.


            A la fecha es prematuro hablar de la elección parlamentaria, pero debemos analizar qué hacer para apoyar cualquier alternativa en que se presente una efectiva oportunidad de que a niveles locales, regionales, se puedan hacer viables las aspiraciones de las clases populares. Sabiendo que el próximo parlamento seguirá representando los intereses del duopolio, tenemos que generar un plan para cambiar por fin esta situación. Por ahora, ni el anticapitalismo ni el neoliberalismo han demostrado estar en condiciones de alcanzar posiciones considerables en el poder legislativo. La desunión, los caudillismos, los intereses poco honestos de algunos conglomerados, la incapacidad de asumir los errores y debilidades, han atentado en su conjunto contra la unificación de las fuerzas más conscientes y decididas de la izquierda en Chile. Procurar una acción popular unitaria y revolucionaria, seguirá siendo nuestro objetivo más inmediato e imprescindible.

A convertir el descontento popular en rebeldía consciente y en poder popular.

MAPU

Coordinación Política. Junio de 2017