martes, 24 de junio de 2014
El trato a las familias de las presas y presos políticos es una vergüenza nacional
Gendarmería es
responsable y el gobierno debe asegurar de que estos abusos no continúen.
Quienes lo hemos visto
y vivido personalmente o en la familia lo reconocemos. El que el gobierno
actual silencie esto y nada diga ni investigue para impedir que esto siga
sucediendo, es un mal signo porque se hizo sistemáticamente durante todos los
gobiernos de la
Concentración y el de Piñera. Esto no muestra un sentido real
de que se busque que la justicia sea respetada y los derechos de todos y cada
uno. Nada de esto les sucede a las familias, en las cárceles de oro, a los
criminales de lesa humanidad, quienes, al contrario, reciben jugosas
jubilaciones pagadas por el erario nacional y por las mismas fuerzas armadas.
Esto es válido para criminales como Manuel Contreras, Podlech, Espinoza,
Krassnoff y otros.
Gendarmería debe ser
denunciada y quienes hablan de justicia, especialmente en el gobierno y
parlamentarios, deben actuar para terminar con estos delitos oficiales.
En el caso de Tamara
Sol y de su familia esto es más indignante ya que se trata de una familia a la
que le asesinaron, en forma impune a dos hijos, los hermanos Vergara Toledo.
Esto fue hecho por las fuerzas policiales y, como es costumbre, nada fue
juzgado y la impunidad persiste.
José Venturelli,
Pediatra
Quién es Tamara Sol y por qué está presa?
De Familia Vergara Toledo
Chile, 22 de junio de 2014, 0:26
URGENTE
DIFUNDIR: situación carcelaria de Tamara Sol
A nuestros amigos y
amigas, compañeros y compañeras:
Somos la familia de Tamara Sol Farías Vergara. Como
ustedes ya están informados, Tamara se encuentra prisionera en la cárcel de San
Miguel desde el 22 de enero de 2014. En la visita del lunes 16 de junio, que
era sólo de la familia, tuvimos serios problemas con gendarmería, por el trato
vejatorio al que fuimos sometidos. A la abuela de Tamara, Luisa, que tiene 75
años, la carcelera que la revisó la hizo desnudarse y hacer sentadillas, reprochándole que usaba mucha ropa. Cabe mencionar que el
lugar donde las prisioneras reciben a sus familias es un gimnasio techado pero
abierto en ambos costados, donde entra el viento y la lluvia, mojando todo el
piso y generando un ambiente gélido y húmedo extremos. Luego, esa misma funcionaria, gritoneó a la
visita de otra interna porque su bebé de meses estaba cagado al momento de la
revisión, gritándole que ¡eso no podía ser, que tenía que mudarla antes de
entrar! Esa madre llegó llorando al gimnasio destinados a las visitas.
Ana Luisa, la mamá de Tamara, fue más
violentamente tratada porque fue revisada y desnudada junto a otra persona y,
además porque llevaba puesto un cinturón de lino que la gendarme la obligó a
botar o de lo contrario tenía que retirarse del recinto, alzando la voz y
chispeando los dedos en forma prepotente. Ante tan provocadora conducta de la
carcelera, Ana botó violentamente a la basura el cinturón y le señaló a la
funcionaria que sólo en ese lugar ella podría abusar de ese poder, pero que en
la calle no era nadie. Este gesto de rabia, producto de la impotencia, fue
considerado como una “grave falta de respeto a la autoridad”, negándole la
posibilidad de entrar a ver a su hija. Los abuelos de Tamara, Luisa y Manuel,
ya habían entrado a ver a Tamara, pero al enterarse ellos de tal medida, en
mutuo acuerdo se retiraron de la visita para increpar a la mujer-gendarme por su estúpida postura altanera frente a las
visitas de las presas y su enfermiza necesidad de ser reconocida como
“autoridad”, y dejarle en claro que ella ni ningún uniformado es autoridad de
nosotros. Ambos abuelos también fueron amenazados con las penas del infierno y
llevados a lo “altísimo superior” de los carceleros para que nos aplicara el
castigo correspondiente.
Tamara, luego de enterarse del trato indigno y
el abuso de poder por parte de los gendarmes hacia
su familia, realizó un osado acto de dignidad, propio de su grandeza como ser
humana, en el ejercicio de su dignidad y en defensa de la nuestra. Pidió una
entrevista con la comandante del penal, le expuso su queja por el maltrato
hacia su familia, dejando en claro que su familia no tiene por qué ser
basureada y amenazada constantemente por los funcionarios amparados en el
uniforme y los protocolos de revisión hacia las visitas, sellando su reclamo
con un escupitajo en la cara de la comandante del penal y a la de su subalterno
a cargo y luego se bajó los pantalones y les mostró el poto (acción conocida
como un “cara pálida”) como muestra de lo humillante que significa para las
visitas tener que desnudarse frente al personal, agacharse y mostrar sus partes
íntimas y así desnudas, hacer sentadillas, a pesar que cuentan con métodos
modernos para detectar metales (arcos en las puertas de acceso, silla-scáner
donde nos debemos sentar y paletas).
Tamara fue castigada por siete días sin visita. Por
su lado, Ana, la madre de Tamara, fue castigada durante tres meses sin visita,
aludiendo los uniformados que habría “amenazado de muerte a la funcionaria”, lo
que es absolutamente falso. Actualmente estamos gestionando la denuncia y la
apelación a tan abusiva medida, a través del Instituto Nacional de Derechos
Humanos y también ante la propia institución de gendarmería.
Otro punto que queremos dejar en claro es que
Tamara fue golpeada hace un mes atrás por dos mujeres internas, ella no pudo
defenderse, pero igualmente fue castigada sin visita por dos semanas. En esa
ocasión solicitamos el traslado de Tamara a otro módulo, sin embargo, las que
resultaron trasladadas a otro penal fueron las agresoras.
Pero ahora, en esta ocasión no dejaremos pasar
esta injusta situación porque nos parece que ya hemos llegado a un límite
peligroso de pérdida de nuestra dignidad frente a la despótica postura del
personal de gendarmería.
Como familia Vergara Toledo, denunciamos
públicamente el constante hostigamiento y abuso de poder de parte de los
funcionarios de gendarmería, no tan sólo hacia nuestra familia sino que hacia
todas las visitas de las mujeres que están recluidas en la cárcel de San
Miguel. Entendemos que tanto las prisioneras como sus familiares no se
atrevan a denunciar los abusos de parte de los funcionarios de gendarmería,
porque las consecuencias están a la vista. La carcelera que provocó toda esta
situación está siendo protegida por su institución, negándonos entregar su
identificación, así como fueron protegidos los responsables de los 81
prisioneros calcinados vivos en ese mismo centro de exterminio. ¡¡Fueron
asesinadas 81 personas que estaban en manos del Estado chileno y de gendarmería
y no hay responsables!! Hacemos un llamado a todos los familiares de todos los
presos y presas, a denunciar cada acto abusivo de parte de Gendarmería.
A pesar de los castigos y los riesgos que
significa enfrentarse al sistema carcelario, sobre todo cuando se tiene a un
ser querido ahí adentro en calidad de rehén, creemos que es necesario
mantenernos dignos y no dejarnos avasallar por el miedo y la prepotencia de
quienes necesitan sentirse “autoridad”, donde “vigilar y castigar” es el único
sentido de su vida.
Agradecemos a nuestra
amada Tamara Sol por su gran acto de valentía y dignidad estando ahí adentro. Ella,
desde su indómito silencio nos da lecciones de que las acciones no necesitan de
tantas palabras, sino que la decisión de hacerlas y la claridad que con ellas
nos hacemos más dignos y libres.
¡TAMARA SOL NO ESTÁS
SOLA! ¡ESTAMOS CONTIGO HASTA LOGRAR TU LIBERTAD!
Luisa Toledo Sepúlveda Manuel
Vergara Meza
Ana Luisa Vergara Toledo
Santiago, Chile
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