miércoles, 8 de abril de 2009
Nuevo referente político está naciendo. El MPT
CONTENIDO:
1. Saludo y llamado de la Coordinación del MAPU a sumarse al Movimiento de los Pueblos y de los Trabajadores.
2. Chile: Nació el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT), por Andrés Figueroa Cornejo.
3. MPT, nuevo instrumento político para los trabajadores y el pueblo, por Ramón Poblete, especial para G 80.
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Estimadas (os) compañeras (os):
Durante los días 4 y 5 de Abril, varios compañeros en representación de los Colectivos Mapu de la Región Metropolitana y de otros compañeros de regiones, hemos participado en un encuentro asamblea de las organizaciones anticapitalistas, en la cual se tomó el acuerdo de crear a partir de ese momento una gran fuerza unitaria a nivel nacional cuyo nombre es MPT, Movimiento de los Pueblos y de los Trabajadores.
Hemos firmado el documento de inicio de este organismo, en el entendido que se trata de un referente federativo, donde cada grupo o destacamento como el nuestro, tendrá su lugar en la lucha contra el capitalismo como sistema y su modelo económico moderno denominado neo liberalismo, y por la creación del Poder Popular Alternativo al Estado Burgués, como estrategia para la construcción desde las masas de un nuevo estado, que nosotros los Mapu consideramos será el Estado Socialista, aunque eso lo decidirá el pueblo de acuerdo a su grado de consciencia y determinación de lucha.
Nuestra participación desde los primeros pasos de este camino, cuando nos reunimos con otras organizaciones para materializar esta idea, nos hace recordar los tiempos en que el MAPU participó decisivamente en la creación de la Unidad Popular. Nuestro objetivo fundamental en esta fase táctica sigue siendo la unidad amplia de las fuerzas populares y revolucionarias y la acción y lucha de masas para la construcción de una nueva sociedad.
Seguimos pensando que nuestro destacamento proletario, aunque mas pequeño ahora, puede ser un gran aporte en esta tarea, sobre todo en estos momentos de crisis del sistema capitalista y del modelo neoliberal. Si no aprovechamos esta coyuntura, no tenemos nada que hacer más adelante.
Te invitamos a incorporarte a los Colectivos Mapu y a este nuevo referente político federativo, el MPT.
Tu participación y tus opiniones son importantes para nosotros.
Un saludo fraterno verde y rojo.
REDMAPU
Blog del MPT: http://mesacoordinadora4deabril.blogspot.com/
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CHILE: NACIÓ EL MOVIMIENTO DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES (MPT)
1. Movimiento de Pueblos y los Trabajadores (MPT) se llama el novísimo instrumento político federativo que nació durante el Encuentro Unitario de empeños anticapitalistas de Chile realizado el 4 y 5 de abril, en Santiago, en las dependencias del Sindicato de Trabajadores de Madeco.
2. Contra la indecisión, la indiferencia, las maquetas y los remedos. Contra la dispersión destructiva y añosa de las iniciativas políticas y sociales de inspiración revolucionaria pequeñas y menos pequeñas. Contra la apatía, la alienación abrumante, las traiciones, el acomodo, el cinismo y los disfraces. Contra la desesperanza paralizante, el sectarismo, la impotencia; contra el horror y los enemigos históricos y bien armados.
Sobre todo, contra los patrones, los pocos dueños de todo; el capital y el capitalismo; contra la maldición de una sociedad de clases; contra la soledad, el abandono; contra la burguesía y el imperialismo, contra el actual orden de las cosas. Por la unidad necesaria de los que luchan de manera invisible y localmente, y los que protagonizan movimientos más amplios y estables. Porque siempre los pueblos y los trabajadores viven en crisis, pero la actual se viene con especial bronca y violencia sobre los desheredados, y si no se atan los empeños existentes, la resistencia y luego la ofensiva son escenarios imposibles. Porque Chile está flagelado por la desigualdad más insultante, y hegemoniza –transitoriamente- un bloque en el poder formado por los dueños contados del país y sus representantes políticos bien distribuidos entre la Concertación y la Alianza por Chile. Porque la alta concentración de la propiedad y la riqueza es apabullante e indiscutible, y los trabajadores y el pueblo son pura clientela, consumidores, mercancía explotable a precio de bodega, pero nunca personas y mayoría social que define en conjunto su destino. Porque desde que comenzaron los gobiernos civiles hace casi 20 años, abajo las cosas han permanecido tal cual las dejó la dictadura. ¿Qué ya no hay tanta represión y la gente se puede reunir libremente? Sí, hasta que el movimiento popular no constituya una variable que inestabilice la paz social que precisa el puñado que manda para continuar abultando sus privilegios. Aunque cada 4 años los inscritos en los registros electorales –que se desploman tendencial y verticalmente en tanto pasan los años- puedan marcar una papeleta por algún representante impuesto por los que dominan y uno que otro representante de la izquierda tradicional, las cosas no varían porque simplemente no existe el movimiento real de los pueblos y los trabajadores capaz de presentar combate político y social contra la clase que ordena. Por estas y otras razones, se cobijaron en el edificio del histórico Sindicato Madeco –organización de resistencia durante el golpe militar de 1973 y durante los duros años 80 - más de 300 delegados de 80 agrupaciones de Santiago, Concepción Valparaíso, Coquimbo, Los Lagos, Valdivia y Temuco. Para organizar el descontento. Con vocación de mayorías y de poder. Con voluntad de lucha y unidad. Para colaborar en la dinamización de la lucha de clases en Chile; ese viejo combate entre capital y trabajo, entre explotados y explotadores, entre los dueños de los medios de reproducción de la vida y los que sólo poseen su fuerza de trabajo para sobrevivir, con el objetivo estratégico de construir una sociedad donde la felicidad humana, la racionalidad colectiva y no la ganancia patológica; la cultura y las ciencias; el bienestar de la humanidad y la naturaleza en convivencia amigable, lejos del lucro y la depredación; la fraternidad, la igualdad y la libertad gobiernen las relaciones sociales.
3. Los delegados se distribuyeron en equipos de discusión donde se abordaron los aspectos centrales del empeño político nuevo en materia de principios, plataforma de lucha y orgánica. Los principios capilares sancionados fueron el anticapitalismo, el antiimperialismo, el internacionalismo, el latinoamericanismo: el empleo de todas las formas de lucha –dictadas por el contexto, las relaciones de fuerza, los estadios de la lucha de clases-; los derechos humanos en sus dimensiones económicas, sociales y políticas; la independencia política de los intereses de la clase trabajadora y los pueblos respecto de la burguesía y sus partidos políticos (y de quienes realicen pactos o alianzas con ellos), y del Estado. La plataforma de lucha y aspectos programáticos constituyen una batería, por una parte, de las demandas más acuciantes para los expoliados, y por otra, de titulares de transformaciones profundas y estructurales. Por la estatura, responsabilidad y documentación que requiere la construcción de un programa lo más terminado y coherente posible se convino realizar un Congreso Político-Programático en el menor plazo posible, sin que ello impida tener planteamientos claros frente a puntos ligados a la educación, la salud, el trabajo, la vivienda, el medio ambiente, la soberanía alimentaria, el rol de la FFAA, las nacionalizaciones estratégicas, la propiedad de la tierra, etc. En el ámbito orgánico se convino que la Asamblea Plena es la autoridad máxima del instrumento político, y se acordó una Mesa Coordinadora (federativa, revocable y acotada en el tiempo) de carácter ejecutivo que resuelva aspectos vinculados al modo de articular el trabajo a nivel nacional, regional y comunal; las comunicaciones, las finanzas y la agenda de lucha democráticamente resuelta.
4. La coyuntura nacional a comienzos de abril está sintetizada por la caída de la actividad económica en casi un 4 % en febrero; las proyecciones de un desempleo superior al 10 % el 2009 y 2010 para Chile según The Economist; el escándalo de la confabulación sobre los precios de los medicamentos de las tres cadenas farmacéuticas que se distribuyen el mercado nacional; que finalmente Frei Ruiz Tagle ganó las primarias -de más flaca participación en lo que va de gobiernos civiles- para postularse como candidato presidencial de la Concertación ; y la embestida de la derecha de la Concertación que respondió insatisfactoriamente a la propuesta de la izquierda tradicional en materia de cupos parlamentarios para posibilitar la ampliación política del Congreso hacia ese sector, y la negativa parlamentaria respecto de que los dirigentes sociales pueden ser, al mismo tiempo, candidatos a diputados. Ahora se agrega el nacimiento del Movimiento de los Pueblos y Los Trabajadores.
5. Ha pasado demasiado tiempo; se han tenido que destruir muchas desconfianzas, traumas, mitos y terrores; solucionar muchos entuertos menores y relativamente mayores; y mil dificultades de profundidad telúrica tanto para la izquierda anticapitalista planetaria, como criolla, para llegar al punto de arranque del dínamo político que colabore protagónicamente en la reconstitución del movimiento popular, de las fuerzas sociales necesarias para transformar radicalmente el capitalismo en Chile. El empeño de la unidad de los que luchan y que provienen de diversos afluentes políticos de la izquierda anticapitalista chilena (famosa mundialmente por su multiplicidad de expresiones) ha sido una tarea de años que recién comienza a cuajar. Por fin termina el prólogo y comienza una caminata –llena de dificultades, pero también de esperanzas- que, para entenderse en perspectiva y con horizontes de poder, será un proceso complejo, irregular, abundante de altibajos, con disonancias, contradicciones no antagónicas, roces y afinidades.
La unidad política de cualquier empeño recién amanecido es un derrotero más que un punto de partida matemáticamente diseñado. Las luchas concretas, la comunidad paulatina y creciente de los intereses de los pueblos y los trabajadores, el mestizaje fraterno y limpio en el territorio social, el trabajo inagotable y compartido, son parte de la construcción de la unidad política. Pero lo más importante de un instrumento político que busca el establecimiento de una sociedad sin clases, es alcanzar tramados profundos y desde abajo con las grandes mayorías castigadas por el capital. Un instrumento político puede ser incluso la síntesis de los mejores hijos del pueblo; sin embargo su validación y posibilidades de triunfo como fuerza que orienta-participando tiene que ver con la alta sintonía política y de sentido que alcance con el movimiento real de los explotados. ¿Cuál será la lucha extendida, de masas, la que haga temblar los pilares todavía sólidos de la clase que domina en Chile, y donde el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores ponga la cabeza, las manos y el corazón para probarse como fracción organizada de los intereses de los más? ¿Con qué fuerzas se cuentan, dónde están los eslabones más débiles del capitalismo chileno, qué demanda popular será –por menuda que parezca- la que gatillará el descontento multidimensional de clase acumulado durante tantos años, y agudizado por la actual crisis económica?
6. El Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores tiene por delante una tarea titánica. Es urgente y es antigua como la rebeldía. Es de panes, convicciones, madera, combate, humanidad, cabeza y empuñadura. Viene de los tantos y tantas que ofrecieron su vida en lo oscuro por la emancipación, que hicieron añicos el egoísmo antes de que Chile se llamara así. Tiene de los libertadores de la Primera Independencia y sus sombras fabulosas; de Recabarren, Clotario Blest; de quienes formaron la Unidad Popular como una táctica para llegar a una sociedad de iguales y libres. De los que cayeron en ese tránsito y de los que aún están y se mantienen sin precio y la voluntad intacta. De los que resistieron la dictadura en la hora peor y de los que se incorporaron a la lucha en los 80.
Tiene de los que partieron a combatir por la liberación de otros pueblos y de los que hicieron su servicio militar en el patio de las poblaciones del país, secretamente, para enfrentar la tiranía. De los dirigentes sociales de entonces y de los que empiezan hoy a ofrecer sus primeras luchas a la cabeza de sindicatos, organizaciones populares, centros de alumnos, peleas medioambientales, contra cualquier discriminación, contra toda injusticia. Ahora la rebeldía debe acerar su organización federada y convertirse en alternativa popular; ser cada día más, ser cada día mejores. Aunque todo parezca igual que ayer, ya existen en Chile varios cientos de corazones que caminan, desde distintas rutas, hacia el mismo lugar. El único territorio posible contra la barbarie del capitalismo.
lospueblosylostrabajadores@gmail.com
Andrés Figueroa Cornejo
Abril 6 de 2009
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MPT, nuevo instrumento político para los trabajadores y el pueblo
El MPT se plantea como un movimiento donde las organizaciones que lo componen siguen manteniendo su autonomía política. La lucha del MPT es contra la exclusión de millones de trabajadores y el pueblo.
(Por Ramón Poblete, especial para G80).
Los días 4 y 5 de abril, 290 delegados de 80 organizaciones políticas y sociales de izquierda se reunieron la sede del histórico Sindicato N° 1 de Madeco para constituir el MPT, Movimiento por los Pueblos y los Trabajadores. Se trata del evento de convergencia política más amplio e importante dentro del proceso general de realineamiento de las fuerzas políticas que está en curso en la izquierda. Con voluntad de construir mayorías, una clara identidad clasista y un fuerte compromiso con la independencia política de los trabajadores, que se expresa en un nítido rechazo a ambas fracciones del bloque en el poder, la Alianza y la Concertación, el MPT tiene el potencial político para producir un viraje significativo en la coyuntura actual.
El surgimiento del MPT da cuenta de un largo proceso de reconstrucción del movimiento popular, primero social (rebelión de los pingüinos, luchas de trabajadores contratistas y forestales, etc.) y ahora político. Hasta ahora, las grandes luchas del 2006 al 2008 no habían tenido un correlato político, pues las fuerzas políticas tradicionales no apostaron por incorporar esas luchas como eje central de su estrategia política, sino sólo como un elemento de presión en una estrategia de negociaciones con la Concertación, ofreciendo gobernabilidad a cambio de cargos parlamentarios.
Con la aparición del MPT, el proceso de reconstrucción popular entra de lleno en el terreno político, pues se plantea como una fuerza que hace de la lucha social el componente central de su accionar político, buscando producir cambios sustantivos en la institucionalidad en el corto plazo y su reemplazo total en términos estratégicos. La lucha del MPT es contra la exclusión de millones de trabajadores y el pueblo, no contra la exclusión de algunos dirigentes de algunos partidos.
El MPT se plantea como un movimiento de carácter federativo, donde las organizaciones que lo componen siguen manteniendo su autonomía política. Ello da cuenta del momento orgánico de los grupos que concurren a su formación, caracterizado por una fuerte heterogeneidad en cuanto a inserción social, madurez político-ideológica y experiencia de lucha. Este es un frente único de las organizaciones que están en la izquierda de la izquierda, que han coincidido en una plataforma política común y en una voluntad de acción común para la coyuntura.
El MPT se plantea enfrentar la crisis luchando, no haciendo como que se lucha. Ello marcará una profunda disputa tanto con la izquierda agrupada en el Juntos Podemos como con la dirección burocrática y gobiernista de la CUT. El MPT no nace para garantizar la gobernabilidad para la Concertación, sino para desestabilizar la hegemonía del bloque en el poder y su expresión política dual.
La irrupción del MPT rebaraja el naipe político de la izquierda. Situado claramente a la izquierda del Juntos Podemos, que ha optado por acercarse a la Concertación y abandonar las definiciones políticas bajo las cuales se constituyó, el MPT está también a la izquierda del MAS de Alejandro Navarro. El MAS había quedado a la izquierda del Juntos Podemos más por el corrimiento a la derecha del conglomerado del PC, PH e IC que por sus definiciones políticas propias. Dicho posicionamiento es también de carácter más coyuntural y más restringido al ámbito electoral.
En el MAS se constituyó una ala izquierda con la incorporación de organizaciones como la Universidad Social y grupos de la Surda, así como de ex militantes comunistas, miristas y rodriguistas. No obstante, el control político y orgánico del MAS está básicamente en la gente proveniente del PS, como Fernando Zamorano, quien ha llevado las negociaciones con el Juntos Podemos. La presencia del MPT presionará por la izquierda al MAS, restando espacio a la posibilidad de un acuerdo con el Juntos Podemos y la Concertación.
El MPT también tensionará por la izquierda al Juntos Podemos. A la constitución del MPT concurrió el Consejo de Comités Comunistas, una fracción de izquierda dentro del Partido Comunista, así como militantes del Partido Humanista. La clara posición del MPT por la independencia política de los trabajadores, expresado en su rechazo a alianzas con la Concertación y cualquier supuesta “burguesía progresista”, necesariamente influye sobre los sectores al interior de los partidos del Juntos Podemos descontentos con el giro a la derecha de sus organizaciones.
El MPT también presionará a la CUT y su dirección burocrática, encabezada por el delegado del gobierno Arturo Martínez. En lo inmediato, el MPT se propone participar de las próximas movilizaciones convocadas por la CUT, pero dándoles un carácter clasista y claramente enfocado contra el duopolio Concertación-Alianza, convocando a la lucha callejera y la protesta popular.
La CUT es, en la práctica, una organización para contener a los trabajadores y no para conducirlos en la lucha. Dirigida por una alianza entre la burocracia sindical digitada desde el Ministerio del Trabajo y la burocracia sindical del PC, su entramado institucional está diseñado para evitar la radicalización de los trabajadores. Ello explica que un dirigente combativo como Cristián Cuevas haya sido destinado a la CUT y relegado a cargos secundarios, como forma de neutralizarlo y aislarlo de uno de los sectores obreros más combativos, los contratistas del cobre. Con ello el PC se sacó de encima a un dirigente que dificultaba el acuerdo con la Concertación y puso como su dirigente principal en la multisindical al aparatchik Jaime Gajardo, a pesar de que Cuevas fue la segunda mayoría nacional en las elecciones de la CUT, mostrando que la CUT tiene su propio sistema binominal.
El dato principal es que el MPT se plantea como una nueva conducción política para los trabajadores y el pueblo y, en ese sentido, tiene el enorme potencial de alterar el cuadro político nacional, superando este momento caracterizado por la cooptación del Juntos Podemos por la Concertación.
Para que esa potencialidad política se haga realidad, la conducción política del MTP se enfrenta a un desafío enorme: transitar de la marginalidad a la construcción de mayorías a nivel nacional. La mayoría de los cuadros del MPT se han formado en la dirección de pequeños grupos, de alcance político muy acotado y no tienen ninguna experiencia en conducción a nivel nacional. Algo de ello se puso de relieve en la jornada de clausura del encuentro. La transición será necesariamente difícil y requerirá de una gran dosis de generosidad, amplitud política y flexibilidad táctica.
El MPT tiene también debilidades que deberá enfrentar para hacer efectiva su vocación de construcción de mayorías. Hay fuertes tendencias en su interior a un cierto folklore político y culto al espontaneísmo que se expresa en afirmaciones como “el pueblo sabe muy bien quiénes son sus enemigos”, “el movimiento social determina las formas de lucha” y otras por el estilo. Hay también amenazas en el horizonte, que tienen que ver principalmente con las tensiones que inevitablemente surgirán en el proceso de realizar definiciones político-ideológicas que quedaron pendientes en la jornada de constitución. Nuevamente la generosidad, amplitud y flexibilidad serán las claves para enfrentar dicho proceso.
El sentimiento generalizado de los participantes fue de esperanza y optimismo, pues el MPT puede poner fin a una etapa caracterizada por la dispersión y la marginalidad y abrir un proceso efectivo de acumulación de fuerzas y construcción de victorias para los trabajadores y el pueblo.
Ramón Poblete
ramon.poblete.m@gmail.com
Imágenes, por Colectivos MAPU. Acto y desfile del 8 de marzo de 2009, convocado por la Coordinadora 8 de Marzo, con participación de organizaciones convocantes a la creación del MPT.
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