domingo, 26 de agosto de 2012
ENCUENTRO DE JÓVENES DE NUESTRA AMERICA
Encuentro de Jóvenes de Nuestra América
en Solidaridad con el Comandante Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana
Nuestra América vive
un cambio de época
En la última década se
han verificado importantes avances de las fuerzas populares en la región, y
como consecuencia de ello, han surgido gobiernos de profundo carácter
democrático, insumisos ante el imperialismo y de clara vocación unionista.
Algunos
definitivamente inclinados hacia un socialismo con perfiles propios, tal es el
caso de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que se suman a la histórica
resistencia de la Revolución Cubana.
Otros gobiernos
progresistas, populares, decididos a no dejarse avasallar por la prepotencia
imperial, como los gobiernos de Brasil, Argentina y Uruguay.
Estos procesos se
encuentran amenazados por las grandes potencias capitalistas en crisis, que no
quieren perder sus privilegios y su poderío en la región, y que orquestaron
golpes de Estado e intentos de golpe contra Venezuela, Bolivia y Ecuador, que
no triunfaron gracias a la lucha de los pueblos de estos países, que impidieron
la imposición del proyecto de las élites nacionales y mundiales.
Sin embargo, en este
período, se consumaron golpes de Estado en Honduras y Paraguay. Estos pueblos
hermanos están luchando por recuperar su plena democracia y en ese objetivo
cuentan con la solidaridad de los gobiernos y los pueblos de la Patria Grande.
Así, considerando los
avances de la región, aunque no estamos libres de peligros y amenazas, este
período ha sido definido como un cambio de época en América Latina y el Caribe.
Ya no somos el “patio
trasero” de los Estados Unidos. Somos cada vez más un territorio libre e
independiente, con voz propia y decisión de aportar a la configuración de un
mundo multipolar, sin hegemonismos de las grandes potencias, en el que exista
convivencia pacífica y cooperación entre las naciones.
El papel de la
Revolución Bolivariana en el cambio de época
El pueblo venezolano
se alzó contra la imposición de las recetas neoliberales y el Consenso de
Washington y fue cruelmente reprimido en las jornadas conocidas como el
Caracazo, el 27 y 28 de febrero de 1989. Luego, vino la rebelión de los
militares patriotas del 4 de febrero de 1992, conducida por el Comandante Hugo
Chávez. Aunque estos movimientos no triunfaron en su momento, dejaron sentadas
las bases del proceso revolucionario, con un pueblo que no se arrodillaba
frente a los mandatos del imperialismo y un líder que se ponía al frente de la
construcción de un proyecto político democrático, popular y revolucionario.
El triunfo del pueblo
en las elecciones del 6 de diciembre de 1998 y la asunción del comandante Hugo
Chávez como Presidente de Venezuela significó el inicio de una transformación
profunda de la sociedad Venezolana, el comienzo de una nueva Constitución
elaborada y votada por el pueblo, que forjó las bases de la nueva república
democrática: la República Bolivariana de Venezuela.
El 13 de abril de
2002, el glorioso pueblo venezolano derrotó el golpe de Estado imperialista
contra la revolución. Luego pudo superar el paro petrolero de 2002 y 2003, que
intentó arrodillar al pueblo por la escasez de energía y alimentos.
En 2004, la derecha
intentó revocar el mandato presidencial de Hugo Chávez, y nuevamente el pueblo
salió triunfante al ratificar al Presidente Chávez y la continuidad del
proyecto revolucionario. El 15 de agosto se cumplieron 8 años de este inédito
logro de la democracia participativa y protagónica.
Frente a cada golpe
contrarrevolucionario el pueblo salió fortalecido. Así es que a 14 años del
inicio del gobierno popular y revolucionario, Venezuela cuenta con enormes
logros políticos, económicos, sociales y culturales, y un pueblo dispuesto a
ratificar el liderazgo del Presidente Hugo Chávez y profundizar el proyecto
popular con el triunfo en las próximas elecciones del 7 de octubre.
En estos 14 años,
Venezuela ha recuperado el control de su principal recurso natural: el
petróleo. Ha nacionalizado otras industrias y empresas estratégicas para la
soberanía y el bienestar popular: el acero, el cemento, la electricidad, las
telecomunicaciones, bancos, tierras improductivas, cadenas de supermercados,
son algunos de los instrumentos que ahora tiene el pueblo en su poder.
Todo esto le ha
permitido desarrollar una gigantesca política de desarrollo económico y social,
especialmente a través de las grandes Misiones Sociales, que tienen como objeto
satisfacer las necesidades del pueblo.
Se ha disminuido la
pobreza y la pobreza extrema en más de un 50%, proponiéndose erradicar la
pobreza y la miseria en el próximo período de gobierno.
Ha erradicado el
analfabetismo, garantiza el acceso a la educación gratuita a todos sus
habitantes, teniendo una de las matrículas de educación más alta de toda la
región, después de Cuba.
Garantiza la seguridad
alimentaria y va rumbo a la soberanía alimentaria. Garantiza el acceso a la
salud de toda la población. Está construyendo cientos de miles de viviendas,
privilegiando a los sectores más empobrecidos, especialmente a los que han sido
víctimas de los desastres climatológicos y se encuentran en condición de
refugiados.
Además, muchas de
estas misiones se han internacionalizado. Gracias a la Revolución Bolivariana,
la Revolución Cubana y los países del Alba, cientos de miles de
latinoamericanos y caribeños y también ciudadanos de otros países se han
beneficiado de los planes de alfabetización, atención de enfermedades visuales,
por medio de la Misión Milagro. Muchos jóvenes de América Latina y el mundo,
excluidos del acceso a la educación en sus países por provenir de sectores
populares, acceden a estudios universitarios en medicina integral comunitaria y
otras profesiones.
Venezuela ha sido el
motor que ha impulsado importantes mecanismos de integración, intercambio y
beneficio común entre nuestros países. A través de acuerdos bilaterales,
impulsando el Alba, Mercosur, la Celac, Unasur y Petrocaribe.
Injustamente la
derecha nacional e internacional, acusa al proceso revolucionario de “regalar
el petróleo” venezolano e intentar comprar las voluntades de los otros países,
con el recurso petrolero.
Es un insulto a la
Revolución Bolivariana y es un insulto los países hermanos de la Patria Grande
y otras latitudes que tienen convenios con Venezuela. Constituye un acto de
desconocimiento, una imperdonable ingratitud respecto a los valiosos aportes
que los países de Nuestra América y del mundo hacen a la revolución bolivariana
en salud, educación, entrenamiento deportivo, alimentos, ciencia y tecnología.
Esa idea la impusieron
las clases dominantes de Venezuela, el sector de la población más egoísta y
vendepatria, que intenta engañar al pueblo, desconociendo la fortaleza que
Venezuela ha adquirido gracias unidad, la reciprocidad y la solidaridad. Detrás
de esas acusaciones, está su intención de volver a apoderarse de la renta
petrolera, de volver a beneficiarse con los negociados petroleros con las
multinacionales, engordando sus cuentas bancarias, en desmedro de las grandes
mayorías.
Nuestra América y el
proyecto de los libertadores
Nuevamente, como lo
fue hace doscientos años, Nuestra América es escenario de revoluciones y
cambios, de lucha y rebeldía, de desafíos y esperanza. Nuevamente, Venezuela se
encuentra a la vanguardia de estos cambios.
Desde que los
conquistadores pisaron suelo nuestramericano comenzó nuestra heroica lucha.
Durante más de dos siglos los pueblos originarios primero y los
afrodescendientes luego, opusieron una férrea resistencia frente la dominación
colonialista.
Más tarde, comenzó una
gran ofensiva anticolonialista con la insurrección de Tupac Amaru II; la
insurrección de los Comuneros de Nueva Granada, y la insurrección de los
esclavos de Haití.
Se acumulaban 300 años
de resistencia y se sentaban las bases para la gesta independentista, que tuvo
su máxima expresión en el triunfo frente al colonialismo español, que se
produjo en la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 y en la
instauración de los primeros gobiernos patrios.
Fue una época de
grandes revolucionarios, Morelos, Hidalgo, Morazán, Simón Bolívar, Sucre, San
Martín, O’Higgins, Artigas.
Ellos lucharon por
nuestra unidad y soberanía. Pero no pudieron concretarlas y nuevas potencias
colonialistas, aliadas a las oligarquías nacionales, despedazaron la Patria
Grande y la condenaron a un nuevo tipo de colonialismo, esta vez dependiente de
Inglaterra, Estados Unidos y las nacientes potencias capitalistas. Durante esos
años nuevos líderes y nuevos movimientos revolucionarios retomaron las banderas
de los libertadores, José Martí, Emiliano Zapata, Pancho Villa, Sandino,
Farabundo Martí, Eloy Alfaro y tantos hombres y mujeres, muchos héroes y
heroínas anónimos, que como los soldados de la independencia y la insurrección
indígena, criolla y afrodescendiente, señalan nuestro destino de ser pueblos de
libertadores.
La juventud y la lucha
por la independencia y la unidad
Nosotros somos
herederos de aquella gesta, La lucha por la unidad y la independencia continúa.
La defensa de la Revolución Bolivariana es un capítulo de esa lucha.
Por ello las fuerzas
populares, políticas y sociales de Nuestra América, muchos individuos y
colectivos son solidarios con la Revolución Bolivariana como parte de la lucha
por la unidad, la soberanía y la igualdad en Nuestra América y la construcción
del mundo multipolar y el equilibrio del universo.
La “Unidad debe ser
nuestra divisa”, decía Simón Bolívar. Y también decía que la unión “no nos
vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien
dirigidos”.
El imperialismo es
conciente que su principal fuerza es la división de nuestros países. Se ha
demostrado en los golpes y agresiones que han sufrido los procesos populares de
Nuestra América, que el imperialismo y las clases dominantes de nuestros países
se encuentran organizados y se prestan apoyo mediático, político, diplomático,
e incluso económico.
Para conseguir
nuestros objetivos y defendernos de la amenaza imperialista, necesitamos tener
cada vez más organización, más unidad, más conciencia.
También hemos visto
los grandes triunfos que hemos conquistado gracias a la unión de los gobiernos
revolucionarios y progresistas de Nuestra América. Juntos enterramos el ALCA,
que era el proyecto de libre comercio, el proyecto neocolonial de los Estados
Unidos para volver a dominar a América Latina y el Caribe.
Lo enterramos en
diciembre de 2005, en Mar del Plata. Todavía se oye la voz de Néstor Kirchner
cuando enfáticamente le decía a Bush y su comitiva: “No nos gusta que nos
patoteen”. En esa cumbre, jugaron un papel destacado el comandante Hugo Chávez
y el expresidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva, el presidente Tabaré
Vásquez de Uruguay. Todavía Evo no era presidente de Bolivia, pero estuvo
presente en la movilización popular que acompañó a los líderes latinoamericanos
en la histórica reunión. Pueblos y gobiernos unidos, la fórmula de nuestro
triunfo.
La importancia de la
unidad de nuestros gobiernos y el liderazgo de Venezuela, también son
indiscutibles a la hora de analizar el nacimiento de la Unasur, el ALBA,
Petrocaribe y la CELAC.
La República
Bolivariana de Venezuela recientemente ingresó al Mercosur, torciendo el brazo
a los planes estadounidenses y a las oligarquías regionales. Ese es otro
histórico triunfo de nuestros pueblos, que alcanza mayor relevancia, al
analizar el significado del golpe de Estado contra el Paraguay.
Los gobiernos
revolucionarios y progresistas dan un ejemplo de la unidad de acción. Los
jóvenes de Nuestra América, estamos en esa misma senda.
Hoy nos manifestamos
solidarios con la Revolución Bolivariana y cada vez más organizados, seguiremos
trabajando con la premisa de que: “Si tocan a uno, nos tocan a todos”.
La juventud, con
nuestro dinamismo, con nuestra la vitalidad transformadora, estamos dispuestos
a asumir nuestro papel en esta hora histórica.
La juventud laboriosa,
combativa y heroica
El Programa de la
Patria, que el Comandante Chávez presentó como propuesta de gobierno para el
próximo período presidencia 2013-2019, con el objeto de que sea debatido y
alimentado con la participación popular, está dirigido: “especialmente a
consideración del laborioso y heroico pueblo venezolano y a su COMBATIVA
JUVENTUD”.
Tres atributos que
cuadran perfectamente en esta Juventud reunida en el “Encuentro de Jóvenes de
Nuestra América en Solidaridad con el Comandante Hugo Chávez y la Revolución
Bolivariana”. Nos sentimos honrados e identificados con ellos: juventud
laboriosa, combativa y heroica, como lo ha sido siempre la juventud de la
Patria Grande.
El Libertador Simón
Bolívar cuando realizó la Campaña Admirable, aquella que lo condujo invicto
desde el Río Magdalena, en la hermana Colombia, hasta Caracas para fundar la
Segunda República, tenía ¡30 años!
Tenía edad para ser
miembro de nuestra gloriosa Juventud, de cualquiera de las organizaciones
juveniles de Nuestra América.
Sucre cuando puso fin
al colonialismo español en la Batalla de Ayacucho, tenía ¡29 años! También
podría estar en este encuentro.
Fidel Castro cuando
tomó el Cuartel Moncada en la hermana Cuba tenía ¡27 años!
Manuelita Sáenz cuando
peleaba al lado del Libertador en Junín y de Sucre en Ayacucho tenía ¡27 años!
El Che Guevara, cuando
fue nombrado Comandante en plena lucha por la liberación de Cuba tenía ¡29
años!
Simón Rodríguez,
cuando era el maestro del Libertador Bolívar, tenía ¡25 años! ¡Otro posible
participante de este encuentro!
El Comandante Chávez
cuando fundó el glorioso Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 tenía ¡28
años!
Aquí, seguramente,
entre nosotros, jóvenes que amamos nuestra Patria Grande y somos parte del
pueblo trabajador, estudiante y luchador: ¿Cuántos Bolívares, Sucres,
Rodríguez, Manuelitas, Ches, Fideles y Hugos Chávez habrá? El ejemplo de
nuestros líderes y conductores tiene que ser nuestra guía.
Estamos llamados a
fortalecer la juventud latinoamericana una juventud heroica y combativa de la
Patria Grande.
Asumir el compromiso
de nuestro tiempo histórico
El Comandante Chávez
nos convoca, la Patria Grande nos convoca… Y una vez más, fieles herederos de
esa juventud heroica y combativa que libró mil batallas contra el enemigo
imperialista y la oligarquía apátrida, tenemos que decir ¡PRESENTE!
Aquí estamos las
jóvenes y los jóvenes de Nuestra América para defender la Revolución
Bolivariana, que es un capítulo de la lucha por la Unidad, Soberanía e Igualdad
de la Patria Grande, que soñaron nuestros Libertadores.
Es la carga del tiempo
histórico que nos toca vivir, que nos toca asumir, como vanguardia de la
revolución latinoamericana, como vanguardia de la lucha por un mundo sin
imperialismo, sin guerra, sin explotación.
Tenemos un compromiso
irrenunciable, como jóvenes solidarios, patriotas, revolucionarios. Tenemos que
organizarnos cada vez más, tenemos que combatir las mentiras que las empresas
de la comunicación difunden en nuestros países, tenemos que contar la verdad
sobre la Revolución Bolivariana, en cada barrio, en cada villa, favela, en cada
campo, en cada caserío, en cada ciudad, en cada esquina, en cada cancha, en
cada espacio, aula, taller de Nuestra América.
Debemos participar
como protagonistas. El presente de lucha nos convoca.
Los jóvenes de Nuestra
América y el programa de la Patria
El primer objetivo
histórico del Programa de la Patria, es: DEFENDER, EXPANDIR Y CONSOLIDAR EL
BIEN MÁS PRECIADO QUE HEMOS RECONQUISTADO DESPUÉS DE 200 AÑOS: LA INDEPENDENCIA
NACIONAL.
Ese objetivo
histórico, es un objetivo común para todos los pueblos de Nuestra América, no
solo para el pueblo venezolano. El enemigo de nuestra independencia es el
mismo: el imperialismo, las transnacionales capitalistas, la alta burguesía de
cada uno de nuestros países que se beneficia con nuestra división, con nuestra
dependencia, con nuestra condición de países productores de materia prima,
arrodillados por el gran capital, por las deudas externas, por los lineamientos
de los organismos financieros internacionales, por las multinacionales de la
alimentación, la industria farmacéutica, las semillas, por los medios de
comunicación, por el aparato ideológico y cultural de Estados Unidos, por el
modelo consumista, egoísta y violento que nos imponen.
De este objetivo
histórico se desprenden objetivos nacionales, donde el primero es: GARANTIZAR
LA CONTINUIDAD Y CONSOLIDACIÓN DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA EN EL PODER.
Este tampoco es un
objetivo solo para el pueblo venezolano, cada latinoamericano y caribeño es
parte de esta batalla.
Este objetivo
significa, ni más ni menos, que arrasar el 7 de octubre con una victoria
contundente. Con 10 millones de votos patriotas y socialistas que liberen el
camino del pueblo, para que termine de nacer la patria nueva y termine de morir
el proyecto la antipatria, a la oligarquía y el imperialismo.
Pero, además,
significa defender este triunfo. Y la defensa del la victoria popular deberá
hacerse en territorio venezolano, pero también en toda la extensión de la
Patria Grande y en el resto del mundo.
Venezuela necesita la
solidaridad de sus hermanos y hermanas de la Patria Grande y el mundo. La
Patria Grande y el mundo necesita la vida, la continuidad y la fortaleza de la
Venezuela revolucionaria.
Los jóvenes y la
consolidación de la Revolución Bolivariana
En Venezuela hay
aproximadamente 6 millones 300 mil jóvenes entre 18 y 30 años. ¿Cuántos de
ellos pertenecen a las clases altas, burguesas u oligárquicas? Apenas llegarán
al 3 o el 5%. Son aproximadamente unos 300 mil burguesitos, “sifrinos”, “hijos
de papá y mamá”. Aquellos que “se irían demasiado” de Venezuela. Como dijeron
en video vergonzoso realizado en una de esas universidades de la oligarquía.
¿Qué significa esto?
Que 6 millones de jóvenes del pueblo, van a votar el 7 de octubre, muchos de
ellos lo harán por primera vez. ¿A quién tendrían que votar ese 7 de octubre
esos jóvenes del pueblo y de la patria? ¿Al programa antipopular del candidato
de la oligarquía, de la alta burguesía, que nos condena a la “No Patria”, a un
futuro de miseria, dependencia y opresión? ¿O al programa revolucionario, de
justicia social y soberanía del Comandante Chávez, el candidato de la Patria?
No cabe duda, nuestro
compromiso es que todos esos 6 millones de jóvenes del pueblo voten el 7 de
octubre por el Candidato de la Patria y del Pueblo: el Comandante Hugo Chávez.
Nuestro compromiso, es
que esta juventud heroica y combativa, aporte más del 50% de los 10 millones de
votos con que vamos a triunfar el próximo 7 de octubre.
La juventud de Nuestra
América en el triunfo del 7 de octubre
Los jóvenes de la
Patria Grande, concientes y comprometidos, estarán al lado de la juventud
venezolana en la conquista y defensa de este triunfo.
Necesitamos contar con
el apoyo de las ideas, las opiniones, la experiencia y la solidaridad concreta
de los hermanos y hermanas de la Patria Grande.
Los otros países que
están peleando por su independencia, los que todavía sufren gobiernos
neoliberales, tendrán muchos argumentos para ayudarnos en esta batalla.
Nos explicarán las
diferencias entre la situación de explotación, la dificultad para ejercer sus
derechos a la educación, salud, vivienda, trabajo. Como pasa con los compañeros
chilenos, que están peleando por la educación gratuita, cuando aquí es un
derecho para todos los venezolanos y venezolanas gracias a la Revolución.
Es importante su testimonio,
porque muchos jóvenes venezolanos pueden no darse cuenta de lo que perderían y
dejarse engañar por la propaganda de la burguesía.
Pero nuestro desafío
no termina el 7 de octubre. El desafío es mayor aún. La Revolución nos necesita
para defender el triunfo, ante cualquier campaña de desestabilización,
cualquier intento de desconocer el resultado electoral favorable al candidato
de la Patria.
Además, nos necesita
para seguir defendiendo la Revolución de las amenazas imperialistas, para
seguir construyendo la Venezuela Potencia y la unidad latinoamericana.
Los recursos naturales
y estratégicos de la Nación, incluyendo las empresas básicas son del pueblo
venezolano y la Nación Venezolana. Nunca más el imperialismo nos robará
nuestros recursos ni nuestro trabajo.
Los recursos naturales
y estratégicos de nuestra Grannación latinoamericana y Caribeña deben estar al
servicio de las necesidades del pueblo de la Patria Grande.
Es tarea de todos y
todas, de los trabajadores y trabajadoras, y especialmente de la juventud,
protagonizar la Latinoamérica potencia, una potencia en lo social, en lo
económico en lo cultural y en lo político.
“El trabajo y el saber son las palancas que nos llevan a la
prosperidad”, decía el Libertador Simón Bolívar. Trabajar, capacitarnos,
estudiar, crear y asumir responsabilidades, es el desafío para todos nosotros.
Con mucha humildad,
predicando con el ejemplo, conviviendo como hermanos y hermanas, ayudando a
quién más lo necesita y poniendo entusiasmo y pasión Patria, lograremos instalar
definitivamente la igualdad en nuestra región.
En Venezuela a ese
modelo lo llamamos socialismo. En Venezuela el petróleo no es más de las
transnacionales, las industrias básicas tampoco. La Revolución las rescató para
la Nación y ahora son del pueblo venezolano.
Y los venezolanos
estamos demostrando, estamos dando ejemplo a los hermanos de Nuestra América y
del mundo, que en manos del pueblo, esas industrias funcionan mejor y están al
servicio de todos los venezolanos y venezolanas, con la participación directa
de los trabajadores y trabajadoras.
Construir el
socialismo, para nosotros, significa alcanzar la Suma Felicidad del Pueblo y la
definitiva Independencia Nacional. Esa lucha aún continúa y debemos lograr el
desarrollo suficiente que nos indique que estamos en un momento en que ya no se
puede volver atrás.
Estamos dispuestos a
consolidar la Revolución Bolivariana. Para ello necesitamos el apoyo de la
juventud revolucionaria, patriota, solidaria, democrática, antiimperialista de
Nuestra América.
Con unidad en la diversidad,
lo que nos une es la lucha por la felicidad, la soberanía y la igualdad de
nuestros pueblos.
Esa sociedad, para
unos se llama socialismo, para otros cristianismo, para otros democracia
participativa. Para todos, independencia y soberanía popular.
De los 600 millones de
habitantes que tienen los países de América Latina y el Caribe, unos 200
millones son jóvenes de 15 a 30 años. Cada vez más estos jóvenes deben
comprender que su futuro no está en el modelo de consumismo, individualismo y
violencia que ofrece el sistema capitalista y el modelo cultural
estadounidense.
Debemos encontrarnos
en nuestras raíces criollas, indígenas y afrodescendientes. Ser orgullosos de
nuestra herencia de pueblos libertadores. Ser soberanos sobre nuestros recursos
naturales. Ser dignos y trabajar para satisfacer las necesidades de nuestros
pueblos.
Somos la juventud
laboriosa, heroica y combativa que necesita la Patria Grande en estos momentos.
Y por lo tanto somos
dignos hijos de Bolívar, Sucre, Manuela, Simón Rodríguez, de Fidel Castro y
Hugo Chávez.
Con fe, alegría y
mucha pasión Patria, convocamos a todos los hermanos de la Patria Grande, a
acompañarnos a la esta heroica gesta. ¡
Vamos a la Batalla de Carabobo! ¡Vamos a
seguir construyendo la independencia de Venezuela, la independencia definitiva
de la Unidad de Nuestra América!
¡Que viva el
Comandante Hugo Chávez!
¡Que viva la
Revolución Bolivariana!
¡Que viva la juventud
de Nuestra América!
¡Que viva la Patria
Grande!
Independencia y Patria
Socialista
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