Por Amador Ibáñez (escuela de Marxismo, integrante del MPT)
“LA REVOLUCION RUSA, ESTA MUERTA”. Así se destacan algunos titulares en la medida que se acerca un nuevo aniversario. Sus últimos veteranos y contemporáneos han desaparecido, y la clase trabajadora de hoy tiene poca o ninguna conexión con los movimientos revolucionarios de la generación de entreguerras, que se inspiraron en la revolución rusa. Los izquierdistas revolucionarios todavía debaten la "cuestión rusa", pero los trabajadores y los estudiantes del presente tienen poca idea de cuáles son esas disputas.
Periodistas, académicos y expertos tratan la experiencia Soviética de una manera académica, incluso en la antigua Unión Soviética. Su obsesión es la reevaluación de la revolución.
LA REVOLUCION RUSA ES UNA AMENAZA. Paradójicamente, mientras que la generación actual es ignorante acerca de marxismo y la revolución rusa, incluso cuando ahora se venera el dinero y el capitalismo, la clase dirigente parece obsesionada con el legado de la revolución.
Hoy día, noventa y dos años después el octubre, la revolución de 1917 y casi diecisiete años después de la disolución de la Unión Soviética, abundan las secciones de revisión de libros en los periódicos con nuevos documentos o libros sobre las intenciones despóticas, dictatoriales y terroristas de los bolcheviques. Como en los últimos decenios, la falsificación (o banalización) de la historia es la orden del día.
Esto plantea una cuestión crucial, especialmente dado el aparente triunfo de la clase capitalistas del mundo: ¿Por qué la necesidad de esta campaña contra una revolución muerta? Las razones, no parecen ser totalmente diferentes hoy día, con aquellas de la década de 1930 - aunque la mayoría de la falsificación de la historia en esa década procedía de la propia dictadura estalinista.
Lo que sucedía en los años veinte y treinta, también es amenazante hoy: la enorme crisis financiera, de agosto del año pasado, puso sobre el tapete con fuerza la cuestión del socialismo a la orden del día, pero coincide con una sorprendente pobreza del pensamiento socialista, ayudado en el camino, por las distorsiones de la historia.
A pesar de que la revolución rusa fue un acontecimiento histórico trascendente. Avanzando más aun las demandas de la revolución francesa por la libertad, igualdad, y fraternidad. La revolución rusa exige poner fin a alienación humana, que se ha subyugado al salario bajo el capitalismo, demandando la emancipación humana con el objetivo de poner fin a la explotación, abolir el trabajo asalariado y el desmantelamiento del reino del mercado.
Mientras que la revolución fue destruida por Stalin, y la época por lo tanto, se transformó en una del estalinismo en lugar del socialismo, lo importante es que hubo, durante un tiempo, una clase obrera en el poder. Aunque los opositores de la revolución siempre han tratado de demostrar que era simplemente un golpe de estado, las pruebas demuestran que la revolución fue apoyada por la masa de los trabajadores de Petrogrado, así como la mayoría de los trabajadores en el imperio ruso (zarista). (Léase, por ejemplo a, Alexander Rabinowich, The Bolsheviks Come to Power, como también los estudios de David Mandel sobre los trabajadores de Petrogrado y los trabajos clásicos de Isaac Deutscher.)
LA REVOLUCION RUSA ESTÁ VIVA. La mantienen viva sus críticos, incluyendo el ejército de académicos y así llamados intelectuales, publicistas y políticos profesionales con sus vehementes y deshonestas diatribas contra la revolución rusa, cuando concluyen que los bolcheviques, un pequeño partido conspirativo, con un golpe de estado exitoso, quisieron desde el principio imponer una dictadura estalinista a la clase trabajadora.
El objetivo de estos críticos es no sólo tratar de enterrar a la revolución rusa pero vilipendiarla y trastocarla. En la medida en que los guardianes de la corrección política capitalista todavía denigran a la revolución rusa y satanizan a Lenin, Trotsky los bolcheviques, los socialistas revolucionarios aún tienen que refutar las mentiras de la literatura de los nuevos y antiguos plumíferos del capitalismo y el reformismo.
LEER MÁS: http://www.marxismo.cl/mod/forum/discuss.php?d=1047#p1288
Hoy día, noventa y dos años después el octubre, la revolución de 1917 y casi diecisiete años después de la disolución de la Unión Soviética, abundan las secciones de revisión de libros en los periódicos con nuevos documentos o libros sobre las intenciones despóticas, dictatoriales y terroristas de los bolcheviques. Como en los últimos decenios, la falsificación (o banalización) de la historia es la orden del día.
Esto plantea una cuestión crucial, especialmente dado el aparente triunfo de la clase capitalistas del mundo: ¿Por qué la necesidad de esta campaña contra una revolución muerta? Las razones, no parecen ser totalmente diferentes hoy día, con aquellas de la década de 1930 - aunque la mayoría de la falsificación de la historia en esa década procedía de la propia dictadura estalinista.
Lo que sucedía en los años veinte y treinta, también es amenazante hoy: la enorme crisis financiera, de agosto del año pasado, puso sobre el tapete con fuerza la cuestión del socialismo a la orden del día, pero coincide con una sorprendente pobreza del pensamiento socialista, ayudado en el camino, por las distorsiones de la historia.
A pesar de que la revolución rusa fue un acontecimiento histórico trascendente. Avanzando más aun las demandas de la revolución francesa por la libertad, igualdad, y fraternidad. La revolución rusa exige poner fin a alienación humana, que se ha subyugado al salario bajo el capitalismo, demandando la emancipación humana con el objetivo de poner fin a la explotación, abolir el trabajo asalariado y el desmantelamiento del reino del mercado.
Mientras que la revolución fue destruida por Stalin, y la época por lo tanto, se transformó en una del estalinismo en lugar del socialismo, lo importante es que hubo, durante un tiempo, una clase obrera en el poder. Aunque los opositores de la revolución siempre han tratado de demostrar que era simplemente un golpe de estado, las pruebas demuestran que la revolución fue apoyada por la masa de los trabajadores de Petrogrado, así como la mayoría de los trabajadores en el imperio ruso (zarista). (Léase, por ejemplo a, Alexander Rabinowich, The Bolsheviks Come to Power, como también los estudios de David Mandel sobre los trabajadores de Petrogrado y los trabajos clásicos de Isaac Deutscher.)
LA REVOLUCION RUSA ESTÁ VIVA. La mantienen viva sus críticos, incluyendo el ejército de académicos y así llamados intelectuales, publicistas y políticos profesionales con sus vehementes y deshonestas diatribas contra la revolución rusa, cuando concluyen que los bolcheviques, un pequeño partido conspirativo, con un golpe de estado exitoso, quisieron desde el principio imponer una dictadura estalinista a la clase trabajadora.
El objetivo de estos críticos es no sólo tratar de enterrar a la revolución rusa pero vilipendiarla y trastocarla. En la medida en que los guardianes de la corrección política capitalista todavía denigran a la revolución rusa y satanizan a Lenin, Trotsky los bolcheviques, los socialistas revolucionarios aún tienen que refutar las mentiras de la literatura de los nuevos y antiguos plumíferos del capitalismo y el reformismo.
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