domingo, 20 de enero de 2013
CUARTA DECLARACIÓN DE HISTORIADORES RESPECTO DE LA CUESTIÓN NACIONAL MAPUCHE
Al igual que en enero de 2008,
agosto de 2009 y septiembre de 2010, cuando emitimos sendas declaraciones a
propósito de los asesinatos por la espalda de los comuneros mapuches Matías
Catrileo y Jaime Mendoza Collío perpetrados por las fuerzas policiales del
Estado y de la prolongada huelga de hambre realizada por presos políticos
mapuches, respectivamente, los historiadores e historiadoras que suscribimos esta
declaración queremos expresar nuestra preocupación y punto de vista por los últimos
hechos de violencia ocurridos en la Araucanía que concluyeron con la muerte del
matrimonio Luchsinger-Mackay y desataron una serie de allanamientos a diversas comunidades
mapuches. Al mismo tiempo, declaramos lo siguiente:
1. Los hechos de violencia en
esa región, que corresponde a una parte del Wallmapu, territorio ancestral del
pueblo mapuche, tienen su punto de partida en la mal llamada “pacificación de la Araucanía ” realizada por
el Estado chileno entre las décadas de 1860 y 1880, en violación de los
acuerdos concluidos con los mapuches después de lograda la Independencia
(1825). Mediante una prolongada campaña militar, el Estado de Chile ocupó a
sangre y fuego la Araucanía
y, utilizando los métodos más violentos y crueles, usurpó grandes extensiones
de tierra indígena que subastó a bajo precio o regaló a colonos chilenos y
extranjeros, confinando a los mapuches en pequeñas y míseras reducciones. La
violencia actual, es el fruto de la expropiación e intento de sometimiento de
los mapuches por parte del Estado chileno y de los latifundistas nacionales y
extranjeros que se beneficiaron del despojo de ese pueblo originario. También
es el resultado de la ceguera política de las autoridades del Estado que han
hecho oídos sordos a las reivindicaciones mapuches o han implementado políticas
meramente asistenciales que no apuntan a corregir las injusticias estructurales
de la que son víctimas los mapuches. La violencia actual es el resultado de más
de 130 años de injusticias, despojos y negación de derechos.
2. No obstante esta comprensión
de las causas estructurales de la violencia en la Araucanía , lamentamos la
muerte de esta pareja de empresarios agrícolas, del mismo modo como lamentamos
toda pérdida humana, pero advertimos a la opinión pública que no es justo
criminalizar a todo un pueblo por un hecho cuyos autores aún no se conocen y
que, además ha sido condenado por todas las organizaciones representativas de
dicho pueblo. En este sentido, coincidimos plenamente con una reciente
Declaración emitida por un grupo de destacados investigadores mapuches
especialistas en Ciencias Sociales y Humanidades cuando señalan: “Creemos que
las muertes en un conflicto son siempre lamentables. Refuerzan la intensidad de
la violencia o la naturalizan como medio de abordaje de los problemas,
contribuyen a la radicalización y polarización de las posiciones políticas e
ideológicas o conllevan al desarrollo de actos irracionales. Observamos con
preocupación las señales emitidas por el gobierno, políticos y gremios
empresariales y ciudadanos comunes, en cuyos juicios y opiniones aflora un
racismo desde el cual se justifica la aplicación de legislaciones que vulneran
los derechos humanos y legitiman e incentivan la violencia policial o
paramilitar en contra de los mapuches. La convergencia que manifiestan sectores
empresariales, latifundistas y el gobierno en asumir la represión como vía de
tratamiento del conflicto no es otra cosa que la actualización de la violencia
histórica cuyo origen se encuentra en la imposición del Estado colonial chileno
en nuestro territorio mapuche”.
3. Consideramos que solo un
cambio radical de la posición del Estado y del conjunto de la sociedad chilena
frente a la “cuestión mapuche” podrá dar solución efectiva a este conflicto más
que centenario. Es necesario erradicar de raíz la discriminación y el racismo
del que es víctima este pueblo originario apuntando a las causas de fondo de su
malestar. Es preciso, en primer lugar, avanzar hacia un rápido reconocimiento
constitucional del pueblo mapuche y de todos los pueblos originarios que
pueblan desde hace muchos siglos el territorio de la actual República de Chile.
También es preciso construir junto a esos pueblos una fórmula consensuada con
el pueblo chileno de autonomía política en el marco de un Estado que debe
declararse como plurinacional y pluricultural.
Igualmente se impone la urgente
adopción de medidas que apunten a la devolución de las tierras usurpadas, la
liberación de los presos políticos mapuches, el cese de la represión contra las
comunidades, el término de la militarización de la Araucanía y la no
aplicación de la
Ley Antiterrorista en hechos producidos en el contexto de
luchas sociales, reivindicativas o nacionales, la protección de la infancia
mapuche amenazada por la ofensiva represiva del Estado, la aplicación
irrestricta de las cláusulas del Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) suscrito por Chile que concierne
a los pueblos originarios, la preservación de la lengua y de la cultura
mapuches, entre otras medidas exigidas por las organizaciones mapuches y de
defensa de los Derechos Humanos.
4. Manifestamos, una vez más,
nuestro apoyo a las demandas del pueblo mapuche porque se sostienen en el
legítimo derecho de reclamar del Estado la devolución de las tierras que le
fueron expropiadas, el reconocimiento que merece como un pueblo con sentido de
identidad propia y el derecho a lograr una mayor participación en la gestación
de las políticas que consideren apropiadas para impulsar su desarrollo.
5. Estamos firmemente
convencidos que la instauración de un diálogo democrático e igualitario entre
todas las partes involucradas en el conflicto que opone al Estado de Chile y
los empresarios de la
Araucanía , por un lado, y el pueblo mapuche, por el otro,
solo puede ser abordado desde el reconocimiento de hechos históricos
indesmentibles como son los del violento despojo y violación de derechos del
que ha sido víctima el pueblo mapuche desde hace mucho tiempo. Negar, soslayar
o minimizar estas verdades históricas solo hará más difícil y doloroso el
proceso para la solución de este drama histórico.
Sergio Grez Toso, académico de la Universidad de Chile.
Igor Goicovic Donoso, Director
del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
Jorge Pinto Rodríguez, académico
de la Universidad
de La Frontera
(UFRO), Temuco, Premio Nacional de Historia
2012.
Pedro Canales Tapia, académico
de la Universidad
de Santiago de Chile.
Julio Pinto Vallejos, académico
de la Universidad
de Santiago de Chile.
Augusto Samaniego Mesías, Decano
de la Facultad
de Humanidades de la
Universidad de Santiago de Chile.
Luis Galdames Rosas, Director
del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas
de la Universidad de
Tarapacá, Arica.
Fabián Almonacid, Director del
Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile,
Valdivia.
Alejandra Brito Peña, Directora
del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Concepción.
Patrick Puigmal, Director del
Programa de Estudios y Documentación en Ciencias Humanas, Universidad de Los
Lagos, Osorno.
Beatriz Areyuna Ibarra, Jefa de la Carrera de Pedagogía en
Historia de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Pedro Rosas Aravena, Director de
la Escuela de
Historia y Ciencias Sociales de la Universidad ARCIS.
Mario Garcés Duran, académico de
la Universidad
de Santiago de Chile, Director de ECO, Educación y Comunicaciones.
Nelson Castro Flores, Jefe Carrera
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, Escuela de Educación, Universidad Viña
del Mar.
Juan Ñanculef Huaiquinao, Jefe
Unidad de Cultura y Educación CONADI Dirección Nacional –Temuco.
Carlos Gutiérrez P., Director
del Centro de Estudios Estratégicos (CEE-Chile).
Florencia E. Mallon, académica
de University of Wisconsin-Madison, Estados Unidos.
Verónica Valdivia, académica de la Universidad Diego
Portales.
Carlos Contreras Painemal,
académico de la
Freie Universität , Berlin, Alemania.
Fernando Pairicán, Magíster ©
Universidad Santiago de Chile.
José del Pozo, académico de la Université de Québec à
Montréal (UQAM), Montreal, Canadá.
José Alejandro Marimán
Quemenado, historiador y Dr. en Ciencias Políticas.
Marcela Cubillos Poblete,
académica de la Universidad
de La Serena.
Cristina Moyano, académica de la Universidad de
Santiago de Chile.
Rolando Álvarez Vallejo,
académico de la
Universidad de Santiago de Chile.
Sergio Caniuqueo Huircapan,
Magister © Estudios Latinoamericanos, Universidad de Chile, Comunidad de Historia
Mapuche.
Jaime Massardo, académico de la Universidad de
Valparaíso.
Alberto Díaz Araya, académico de
la Universidad
de Tarapacá, Arica.
Margaret Power, académica del Illinois Institute of Technology, Chicago,
Estados Unidos.
Pablo Aravena Núñez, académico
de las universidades de Valparaíso y Viña del Mar.
Ángela Vergara Marshall,
académica California State University. Los Angeles, Estados Unidos.
Consuelo Figueroa Garavagno,
académica de la
Universidad Diego Portales.
Manuel Loyola, Director de
Ariadna Ediciones.
Carlos Molina Bustos, académico
de la Universidad
Viña del Mar.
Rodrigo Ruz Sagal, académico de la Universidad de
Tarapacá, Arica.
Jorge Magasich, académico del
Institut des Hautes Études des Communications Sociales (IHECS) de Bruselas,
Bélgica.
Bernardo Subercaseaux, académico
de la Universidad
de Chile.
Carlos Ruiz Rodríguez, académico
del Instituto Profesional Chile, Carrera de Educación General Básica, Campus San
Joaquín.
Margarita Iglesias Saldaña,
Directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
Milton Godoy Orellana, académico
de la Universidad
Academia de Humanismo Cristiano.
Ivette Lozoya López, académica
de la Universidad
de Santiago de Chile.
Claudia F. Rojas Mira, Dra © en
Estudios Americanos especialidad Historia, IDEA,
Universidad de Santiago de
Chile.
Claudio Pérez, académico de la Universidad Academia
de Humanismo Cristiano.
Juan Rodrigo Ortiz Retamal,
historiador Evangélico.
Francis Goicovich, académico de la Universidad de Chile.
Luis Castro Castro, académico de
la Universidad
de Valparaíso.
Horacio Gutiérrez, académico de la Universidad de Sao
Paulo, Brasil.
María Eugenia Albornoz Vásquez,
Dra. © de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de Paris.
Enrique Fernández Darraz,
académico de la
Universidad de Tarapacá, Santiago.
Robinson Silva Paredes,
académico de la
Universidad Austral de Chile.
Fernando Venegas Espinoza,
académico de la
Universidad de Concepción.
Carlos Mondaca Rojas, académico
de la Universidad
de Tarapacá, Arica.
César Cerda Albarracín,
académico de la
Universidad Tecnológica Metropolitana.
Daniel Palma Alvarado, académico
de la Universidad
Alberto Hurtado.
Pedro Bravo Elizondo, académico
de Wichita State University, Wichita, Kansas, Estados Unidos.
Mario Valdés Vera, académico de la Universidad de
Concepción.
Ricardo López, académico de la Universidad Alberto
Hurtado.
Francisca Giner Mellado,
académica de la
Universidad de las Américas.
Jorge Iturriaga, Dr. en Historia
Pontificia Universidad Católica.
Alfredo Lastra Norambuena,
Instituto de Historia de la
Academia de Ciencias de Polonia.
Luis Corvalán Márquez, académico
de la Universidad
de Valparaíso.
Luis Cruz Salas, investigador
independiente.
Viviana Gallardo Porras,
académica de la
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Mathias Ordenes Delgado,
académico de la
Universidad Católica de Temuco.
Carlos Gabriel Alfaro Hidalgo,
académico de la
Universidad Católica del Norte.
Jorge Rivas Medina, académico de
las Universidades ARCIS y UCINF.
Michael Reynolds, académico de la Universidad de Chile.
María Soledad Jiménez Morales,
académica de la
Universidad Alberto Hurtado.
Ricardo Vargas Morales,
académico de la
Universidad ARCIS Sede Concepción.
Viviana Bravo Vargas, académica
de la Universidad
Autónoma de México, México.
Gina Inostroza Retamal,
académica de la
Universidad ARCIS , Sede Concepción, integrante Corporación
Instituto Mujeres del Sur (ONG).
José Luis Cifuentes Toledo,
Taller de Ciencias Sociales Luis Vitale Cometa, Concepción.
Danny Marcelo Ahumada Vargas,
académico de la
Universidad de Santiago de Chile.
Pablo Artaza, académico de la Universidad de Chile.
Carolina Andaur Marín, académica
de la Universidad
Viña del Mar.
Patricio Herrera González,
Doctorando en Historia de El Colegio de Michoacán, México.
Martín Correa Cabrera,
investigador independiente.
José Luis Tasso Valdés,
académico de la
Universidad UCINF.
Manuel Andrade Valenzuela,
Comisión Ética Contra la
Tortura.
Eduardo Godoy Sepúlveda,
Programa de Magíster en Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
Rodrigo Henríquez Vásquez,
académico de la
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Paulina Peralta, Editora de
textos escolares de Historia y Ciencias Sociales.
Bárbara Chiu Stange, profesora
de Historia.
Juan Guillermo Muñoz Correa,
académico de la
Universidad de Santiago de Chile.
Víctor Muñoz Cortés, Santiago,
investigador independiente.
Germán Adolfo Morong Reyes,
Doctor © en Estudios Americanos IDEA-Universidad de Santiago de Chile, Becario
CONICYT.
Hernán Delgado, académico de la Universidad de Los
Lagos, Osorno.
Lucía Valencia Castañeda,
académica Universidad de Santiago de Chile.
Isabel Jara, académica de la Universidad de Chile.
Xochitl Inostroza, Dra. © en
Historia, Universidad de Chile.
Alberto Harambour Ross,
académico de la
Universidad Diego Portales.
Isabel Möller, académica de la Universidad de
Santiago de Chile.
Daniel Madariaga Arias, profesor
de Historia.
Gustavo Martin Montenegro, professor del Holy Spirit College de
Wollongong, NSW, Sidney, Australia.
Luis Azúa, Licenciado en
Historia, París, Francia.
Dina V. Picotti, académica de la Universidad Nacional
de General Sarmiento, Argentina.
Mario Matus González, académico
de la Universidad
de Chile.
Armando Chaguaceda, académico de
la Universidad
Veracruzana (México) y Coordinador de Grupo de Trabajo de
CLACSO.
James Cockcroft, académico
jubilado de la State
University of New York, Estados Unidos.
Claudia
Zapata Silva, académica de la
Universidad de Chile.
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