LIGA CIUDADANA RECHAZA DINEROS QUE LA POLAR ENTREGÓ A SU
PRESIDENTE
A fines de año 2012, un abogado de La Polar contactó al representante legal de la Liga Ciudadana,
para que se bajara y aprobara el acuerdo de La Polar con Sernac. El día 28 de diciembre del
2012, el representante legal de la
Liga, recibió un “cariñoso estímulo económico”, un vale vista
de 25 millones de pesos. Rápidamente, el representante legal procedió a firmar
en el tribunal. Pero, no había acuerdo del directorio de la Liga Ciudadana.
Los directores de la
Liga Ciudadana le solicitaron de forma reiterada al
representante legal que devolviera los dineros, que pidiera disculpas
públicas y que renuncie. Desgraciadamente, nada de eso haocurrido.
Por: Omar Perez Santiago
29 de abril de 2013
Es muy difícil ser persona en Chile.
La dignidad inviolable de la
persona se pierde como un faro en la niebla, en la negra y compacta sociedad de
clases y donde las condiciones laborales de la mayoría son inhumanas y donde la
solidaridad no se valoriza.
Por
ejemplo, un solo ejemplo, miles de niños chilenos son enviados por sus madres a
las escuelas municipales con el único objetivo de recibir comida. No tienen
comida en el refrigerador. No tienen dinero para ir de vacaciones o para
comprarse un par de zapatillas nuevas. Van todos los días a la escuela en un
curso que tiene 45 o 50 compañeritos.
¿Qué
es una persona entonces? ¿Dónde está el valor de la persona?
Por eso es que hay razones para
estar indignado. Se necesita hablar de solidaridad y comprensión con el amplio
e inútil sufrimiento de las clases populares.
El pinochetismo logró que el
capitalismo en Chile se convierta en lo que Karl Marx creía que sería por
naturaleza: la fuerza eminente y el significado de todas las cosas, la
degradación del ser por el tener, el poder del capital que transforma la
política libre, en algo insignificante, al ciudadano en trabajador y en
consumidor, la esfera de lo público en «el Estado» y el Estado en un
instrumento de represión que protege el capitalismo de la amenaza de la
libertad y la igualdad. Es el sistema capitalista puro realizado contra las
mayorías y sin ellas. La persona ha sido desmontada y ha sido transformada en
una mercancía, en un humillante y vacío objeto de explotación.
Vivimos una dolorosa sociedad de
clases dividida en dos: los que tienen y los que son explotados.
Es muy difícil notar esto y
quedarse callado. Sobre todo cuando uno es escritor y cree en la palabra como
elemento pilar de una cultura. Callarse es estar muerto. Uno es persona y está
vivo y tiene el deber como persona de hacer resistencia. Hay que hablar.
Resistencia contra esta sociedad de clases que no quiere ver el atropello a la
persona, o la pobreza de los niños y sus trágicas consecuencias para la vida
entera.
¿Cuánto puede soportar un niño
pobre en una clase municipal de 45 o 50 compañeritos? ¿Qué futuro tiene ese
niño o esa niña?
Así, Chile está convertido en uno
de los países más desiguales del planeta. Poderosas corporaciones, controlados
por una ínfima minoría egoísta, utilitaria, narcisista, dominan la economía, un
sistema único de dominación y asfixia. La Nación está en manos de corporaciones que
especulan en la bolsa, personas ricas que lo único que hacen es aumentar su
riqueza mediante la usura, la especulación y la expropiación de la riqueza que
produce la mayoría que sufre. Esta minoría rica no produce nada. No realizan
nada productivo. No producen trabajo. Son usureros. Son avaros. Estos innobles
establecen mecanismos de expropiación de la riqueza que produce la mayoría del
pueblo asalariado. Las grandes corporaciones cuando se ven descubiertas de sus
operaciones fraudulentas, intentan por todos los modos de llegar a un acuerdo
extrajudicial con las partes.
La Corporatocracia,
el gobierno de las corporaciones, tiene mucho dinero y “poderoso caballero es
don Dinero” (Quevedo). El dinero hace “correr a los cojos y al mudo le hace
hablar” (Arcipreste de Hita). El dinero, el “gran río podrido” (Gonzalo Rojas).
La Corporatocracia
paga para silenciar y poder seguir con sus abusos.
Paulmann & Golborne & Cencosud
En marzo de 2006 el cobro de la
tarjeta de mantención de Jumbo Mas era de $460. Cencosud la subió a $990. Es
decir, de un momento a otro empezó a cobrar $530 más de lo que estaba
autorizado por contrato.
¿Por qué? ¡Simplemente Paulmann y
Golborne querían más dinero!
¡Dinero, dinero, dinero!
Dinero, dinero, dinero para
enviar a paraísos fiscales.
Subieron los costos a más del
doble de un momento a otro, sin justificación alguna.
Sernac afirmó que eso contravenía
la Ley del
Consumidor y estableció una demanda colectiva de la que nos hicimos parte con
las asociaciones de consumidores, Liga Ciudadana y Conadecus.
Hoy la Corte Suprema nos ha
dado la razón y ha ordenado la restitución de los 530 pesos cobrados mes a mes
desde el 2006, que deberán ser reajustados. Cencosud debe colocar ese dinero en
las cuentas de los 600 mil clientes afectados.
Aún así, este fallo es muy
conveniente para Cencosud.
¿Por qué?
Cencosud sólo tiene que devolver
el dinero que chuparon a 600 mil chilenos asalariados. Y Cencosud no fue
obligado a indemnizar a los clientes estafados, como debiese ser. Además, la
multa que se le cobró a Cencosud es solo de 50 UTM, cerca de dos millones de
pesos, una risotada.
El ex gerente general de
Cencosud, Luciano Golborne y su patrón, Horst Paulmann, estos grandes egoístas,
estos grandes esquiladores de la gente asalariada, sostienen hoy que el robo
fue un asunto de interpretación jurídica.
¡No les bastó que el año 2006, el
director del Sernac, José Roa, los llamara a su oficina y les dijera que
estaban violando la ley!
No. Paulmann y Golborne, al
director del Sernac en el 2006 lo miraban como un pelele, un don Nadie, un
pobre funcionario público. ¡Les importaba un soberano pepino lo que pensara el
director del Sernac!
Ellos eran impunes.
Sí. El acto era ilegal el 2006. Y
es ilegal hoy.
Caso
La Polar
El caso de La Polar, con toda la
similitud, tiene un final distinto y más grave aún. La corporación estafó de
modo sistemático y científico a un millón de chilenos. Usaron a ingenieros
comerciales e informáticos, usaron computadores de última generación, para
crear un sistema de robo de carácter bíblico.
Cuando fueron demandados, La Polar se las jugó velozmente
por un acuerdo extrajudicial. La
Polar llamó a César Barros Montero, experto en deshacer
entuertos de las corporaciones. (“I solve problems” , dijo el limpiador de
cadáveres Wolf en el film Pulp fictions).
Barros ya había solucionado los
problemas de las corporaciones del salmón. Barros puso a trabajar a expertos en
comprar conciencias. Primero llegó a un acuerdo con el actual director del
Sernac, Juan José Ossa, un chaval entrenado en los criaderos de las
corporaciones.
El acuerdo que llegaron Barros y
Ossa fue también un fraude, un nuevo fraude para los clientes estafados. No
podía ser de otro modo.
¿En
qué consistía?
Los clientes afectados recibirán
un bono de $ 15.641, si el cliente tiene saldo a favor. En caso de ser acreedor
(o sea la mayoría), el bono se descontará de la deuda que mantiene con La Polar. Es decir, la
mayoría de los estafados no verá ese bono, pues pasará directamente a La Polar. Negocio
redondo para los estafadores.
Lo más grave es lo siguiente: las
primeras repactaciones unilaterales de la Polar son del año 1998, hasta el año 2011. Las
deudas prescribieron a los 5 años. Es decir, todos los que tienen deudas de
antes del 2007, quizás 300 o 400 mil clientes, tiene sus deudas prescritas, ya
no le debían nada a La
Polar. Pero, aquí está la nueva estafa. En este acuerdo, La Polar recuperó por arte de
magia una cartera de clientes, que ya estaban prescritos. Negocio redondo para
los estafadores de La
Polar. Ahora con el acuerdo Sernac-La Polar, esos clientes
vuelven a ser deudores de La
Polar.
Para las organizaciones de
consumidores el acuerdo era y es indigno. Por eso, la Liga Ciudadana
presentó un recurso de apelación impugnando el arreglo Sernac-La Polar,
acusándolo de tramposo con las deudas prescritas.
Gran
río podrido
Entonces, La Polar uso un arma muy
persuasiva. Pongan atención.
A fines de año 2012, un abogado
de La Polar
contactó al representante legal de la Liga Ciudadana, para que se bajara y aprobara el
acuerdo de La Polar
con Sernac. El día 28 de diciembre del 2012, el representante legal de la Liga, recibió un “cariñoso
estímulo económico”, un vale vista de 25 millones de pesos. Rápidamente, el
representante legal procedió a firmar en el tribunal. Pero, no había acuerdo de
directorio de la Liga
Ciudadana.
La noticia del acuerdo
extrajudicial se publicó e inmediato esa mañana del 28 de diciembre en los
diarios de temas económicos. Y esa noticia cayó como un balde de agua fría en
el directorio de la Liga.
Doloroso, penoso para nosotros
saberlo. Duro para nosotros enfrentar esto. La voluntad política de mantener la
dignidad frente a las gigantes presiones de una clase social inhumana es
rasgada, como si un cuchillo nos rasgara el rostro.
No me enorgullece, me enardece.
Pero, como persona, tampoco me puedo quedar en silencio.
Y no fui sólo yo. Los directores
de la Liga Ciudadana
le solicitaron de forma reiterada al representante legal que devolviera los
dineros y que pidiera disculpas públicas. Desgraciadamente, nada de eso
ocurrió.
La mayoría de la directiva de la Liga Ciudadana le
solicitó la renuncia al representante legal. Sobre los dineros recibidos, la
asociación no tuvo conocimiento de su destino. La Polar se encargó
inmediatamente, junto con el Sernac, de cerrar el caso y dejar a firme el
acuerdo, otra estafa.
Así están las cosas, tristes, muy
tristes, en este país, en este querido país de ají y de pimienta, que llamamos
Chile. Estamos en medio de una noche. La dignidad de las personas está en
juego.
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*Omar Pérez Santiago es escritor y dirigente de la Liga Ciudadana. Ha
publicado recientemente “Nefilim en Alhué y otros relatos sobre la muerte”
(Mago Editores) e “Introducción para inquietos. Tomas Tranströmer. Premio Nobel
2011”
(Cinosargo ediciones)
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