martes, 21 de diciembre de 2010
Los Representantes Comunistas en el Parlamento
Luis Emilio Recabarren Serrano
CLÁSICO E IMPERDIBLE. PARA SABER Y CONTAR
HOMENAJE A LUIS EMILIO RECABARREN A 86 AÑOS DE SU MUERTE
El objeto
que nos lleva al Parlamento, a la Cámara de Diputados o al Senado, es única y
exclusivamente conquistar una posición más para nuestra propaganda
revolucionaria, antiparlamentaria, anticapitalista, y de ataque directo al
estado burgués y a sus instituciones decrépitas.
Un
representante comunista no va al Congreso a hacer política, a “cooperar con
los burgueses, a pedir empleos, a mendigar sueldos, o a intrigas entre
pasillos”.
El
parlamentario comunista investido de la representación de un partido serio que
encierra en sí las aspiraciones y la voluntad de las masas ya no sumisas; va a
la Cámara a destruir, a despedazar con su crítica libre y severa, la dialéctica
jesuítica y sofística, de los representantes burgueses; y a iluminar, con el
resplandor de la doctrina comunista los problemas vitales que nos acosan.
El
representante comunista en la Cámara, sigue siendo antiparlamentario, sigue
combatiendo el parlamentarismo; y sus ideas en el Congreso, no difieren de las
que expresara en vísperas de elecciones, y en su vida privada, ante sus
electores.
Los que
confunden, al Diputado comunista con el Diputado burgués, no saben lo que
dicen.
Votar por
un candidato burgués, equivale a votar por un enemigo. Todo burgués es
necesariamente conservador; y todo burgués investido de una representación o de
un poder, es necesariamente reaccionario; sufragar, pues, por un candidato
burgués, sólo sirve para ayudar a la reacción, al chauvinismo, a la filosofía
pantagruelica de los amos imperialistas, cuya obtusa mentalidad perpetúa los
axiomas de los Pangloss clásicos (*).
La
“política” comunista de que hablan con énfasis de oráculos nuestros
adversarios, “cooperadores” o apolíticos, no perjudica al proletariado, a los diversos
sindicatos, o a la causa de la revolución.
Y no puede
ser de otro modo, ya que los hombres que mandamos a los puestos de mayor
responsabilidad saben ceñirse estrictamente a los principios y directivas del
partido, que resguardan en todo momento, y según el más recto criterio, los
intereses de “todo” el proletariado, en general.
El Partido
Comunista desde hace un año, tiene en el Parlamento, dos representantes. Inútil
afirmar que su “política”, para usar la palabra preferida de los que tratan, en
vano! de desprestigiarnos, no ha dañado los intereses proletarios, ni
disminuido el entusiasmo revolucionario, -ni debilitado la fe en un mañana
mejor. Por el contrario, los intereses de los trabajadores han sido defendidos
con calor; el entusiasmo revolucionario se levanta hasta en los ranchos de paja
y de terrón de nuestros trabajadores rurales, hasta donde ha llegado la palabra
de nuestros diputados comunistas; y la fe en días mejores se enciende en los
cerebros de todos los que sufren, de todos los que padecen, de todos los que
penan, como la promesa de una vida nueva.
Nuestros
compañeros actúan en las Cámaras con el aplauso unánime, con la aprobación más
entusiasta, de la verdadera masa laboriosa de la nación.
A nadie,
pues, le será permitido aseverar- sin recurrir en una mala fe manifiesta-, que,
cuando presentamos un candidato a Senador por la provincia, es porque deseamos
hacer política, cooperar con la burguesía, y llevar al proletariado por una vía
que no le conviene.
Nosotros
sostenemos que la tarea de propaganda y de crítica que desde un sillón del
Senado puede hacer un representante comunista, beneficia y alcanza a todo el
proletariado, y que, por lo tanto, toda la masa trabajadora, que en el fondo,
es comunista, por más que no esté inscrita en su totalidad en nuestros
registros- por cuanto piensa y obra, como aconseja el Partido Comunista, que no
es otra cosa en suma, que la expresión política de la táctica ofensiva y
defensiva del proletariado-, debe poner en movimiento todos los resortes de la
agitación y de la propaganda, para asegurar el mayor éxito posible a la
candidatura comunista, desentendiéndose de los clamores (lamentaciones de
eunucos) de los pesimistas a outrance; de los predicadores de la inacción, de
la resignación y de la somnolencia; y de la voz monocorde de las sirenas
impúdicas del cohecho.
¿Qué es
el Partido Comunista?
En primer
lugar no es ni será jamás un partido político, puesto que no admitirá nunca
relaciones políticas con los partidos de la clase capitalista. La acción
electoral sólo la admitimos como un instrumento de lucha y con carácter
revolucionario, nunca con carácter político.
El Partido
Comunista tiene por objeto inmediato, capacitar, orientar y disciplinar científicamente
a sus adherentes, para que constituyan la vanguardia revolucionaria del pueblo
y desparramados sus miembros en todos los sindicatos, ayuden a dirigir la
marcha del proletariado hacia el triunfo final de nuestras aspiraciones de
abolir el sistema capitalista con todas sus injusticias y miserias.
LUIS EMILIO
RECABARREN S.
Publicado en: La Federación Obrera, Santiago, 7 de
abril de 1922.
Nota (*): Pangloss es un personaje de la obra Cándido, de Voltaire. representa al optimista que cree que este es el mejor mundo posible y que no hay que hacer nada por cambiarlo.
Fuente: http://luisemiliorecabarren.cl
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