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sábado, 25 de diciembre de 2010

Saludo de Navidad con reflexión

Estimados amigos:

Ojalá que se den tiempo para leer esta reflexión. No es un saludo típico de navidad, pero es un saludo de navidad.
Esta navidad nos pilla después de un año muy golpeado. Rescato cuatro momentos:
Un terremoto maremoto que nos saco mucha humanidad, encuentro de vecinos y solidaridad.
Los 33 mineros que también despertó solidaridad y nos revela los graves problemas de inseguridad laboral. Nos reveló el apego a la vida y el empuje de gente sencilla. También nos unió y despertó solidaridad y valores.
Después la huelga de hambre de los mapuches a los que se les aplicó la justicia militar y la ley antiterrorista. Mi impresión es que la realidad mapuche nos deja perplejos, mudos. No conocemos lo que vive el mundo mapuche. Es un tema que nos queda grande y sin embargo forma parte de nuestra realidad, hay que tener opinión é informarse. Chile de hecho a querido eliminar al pueblo mapuche, primero lo quito sus tierras, no reconoce su cultura, su historia. El mapuche ha estado obligado a asimilarse a la cultura chilena y negarse a si mismo, para sobrevivir. Chile no sabe aceptar la diferencia cultural y la identidad mapuche. Aquí estamos mal. Tendemos a criminalizar y no ver los problemas de fondo. Fueron muchos los mapuches en huelga de hambre, todos presos sin cargos. Para eso faculta la ley antiterrorista. Así vivimos en la dictadura. Ahora sólo están detenidos, los acusados son tres o cuatro. ¿Que es esto?
Y por último la tragedia de la cárcel de San Miguel. En este tema me detengo.

 1. Está claro que las cárceles son un atropello a la dignidad de cualquier persona y no responden a su objetivo: castigar y rehabilitar. El castigo que sufren los presos al vivir en ese hacinamiento es mucho mayor que lo que la ley estipula. No porque estén más años en presidio, sino por las condiciones en que viven. Y si de rehabilitación se trata, las condiciones en que viven generan enormes resentimientos que terminan más delincuentes que antes. Esta tragedia debe ayudarnos como sociedad a hacernos cargos de este problema.
2. En cuanto a la delincuencia y el daño que provocan los delincuentes a gente honesta, creo que hay que enfrentarlos de un modo distinto al  modo que se esta haciendo.
Los chilenos no nos dividimos entre ciudadanos honestos y delincuentes. Algo de eso muestra el dicho: la cárcel es la casa del jabonero, el que no cae resbala.
Somos todos victimas de una sociedad que genera desigualdad, resentimiento, odiosidad, mezquindad, individualismo. La sociedad esta enferma. Hay delincuentes de cuello y corbata y gente marginal del bienestar que vivimos. La pobreza y extrema pobreza genera delincuentes. Basta con preguntarnos por el destino de un niño  que nace sin padres que respondan por el, que presenta problemas para leer y escribir y tiene problemas de comportamiento.
Una sociedad centrada solo en la producción y el consumo nos hace daño. Nos obliga a trabajar más de la cuenta paga tener los recursos para sacar adelante a nuestras familias. Nos obliga a pagar un precio muy alto: abandonar a la familia. Estamos sometidos permanentemente al engaño de los medios de comunicación, que nos muestran un mundo de fantasía, la felicidad del consumo. Fantasía inalcanzable porque no tenemos ingresos para consumir lo que se supone nos haría feliz. Y si logramos consumir nos damos cuenta que no hay tal felicidad en los bienes materiales o gustos que podamos darnos.
Desde hace años decimos mano dura a la delincuencia. Los castigos ejemplares harán que los delincuentes dejen de delinquir. Falso, la delincuencia es mayor. La sensación de inseguridad es mayor. Vivimos en el engaño. La sociedad productiva y consumista nos hace defender lo poco que tenemos, nos hace ver en el otro un delincuente. No vemos más allá de nuestros intereses.

Tanto el asaltante como el asaltado es víctima de una sociedad enferma. El joven trabajador asaltado y muerto, antes de ser víctima del delincuente, es víctima de la sociedad, que lo obliga a vivir estresado distante de su familia y sus afectos, para lograr un mínimo de bienestar material. El asaltante que quito la vida a ese esforzado jefe de familia y disciplinado trabajador, aunque nos cueste aceptarlo, es víctima de esta sociedad. El delincuente no es una persona que decide delinquir de la noche a la mañana. Se forma desde niño por la exclusión. La mayoría  de los actuales delincuentes no han tenido una familia que responda por ellos; en la escuela han sido “niños problemas” y lo mismo en sus barrios. Un niño nunca es problema, la falta de buenas costumbres; de adaptación; de rendimiento obedecen a una causa, que se debe atender debidamente, con políticas publicas y atención profesional. Nuestro Chile no les dio a su tiempo lo que necesitaba para ser formado como una persona de bien. Un numero importan de internos son hijos de padres que no han respondido por ellos. Son hijos de familias mal constituidas o que cuando niños fueron rebeldes, no rendían en sus estudios, fueron un problema para el sistema escolar que no supo atender sus necesidades.

3. La sociedad enferma en que vivimos necesita enfrentar los problemas que tenemos de otra manera, miles de niños y niñas están destinados a delinquir, son inadaptados al sistema desde muy pequeños, lo he comprobado personalmente. Es tremendo darse cuenta de esto. El pobre es segregado, abandonado en las grandes poblaciones y también en el campo. ¿Un niño problema o con un hogar mal constituido qué posibilidades tiene de desarrollar bien?  ¿Que respuesta tiene esta sociedad o los ciudadanos trabajadores, honestos y responsables de su familia, para estos miles de niños, víctimas inocentes de esta sociedad discriminatoria?

Necesitamos una sociedad profundamente humanitaria, no solo esta sociedad que solidariza ante una tragedia. Ya es bueno sentir indignación por el ser humano preso. Habla bien de lo que hay en nuestro corazón. Vemos en ese preso un ser humano que cumple un castigo por sus delitos. Pero es un ser humano, por esto se solidariza.

Una sociedad centrada en producir y consumir, que divide  a los chilenos en ciudadanos respetables y delincuentes, nos tiene así como estamos. Es necesario mirar la realidad de otra manera. la navidad nos puede ayudar a esto. Hay que buscar, anhelar un Chile diferente. Recursos económicos hay. Este país productivo los genera con mucho esfuerzo desde el sencillo trabajador, al empresario del campo y la ciudad, los generan también las empresas del estado. ¿Que estamos haciendo con esos recursos para que el alma de Chile crezca para ser más humanos, solidarios, para mejorarnos de la enfermedades sociales que tenemos?. La respuesta hay que buscarla en el plano personal, familiar, en los grupos que participamos. También hay que buscarla a nivel de la sociedad, de las políticas de Estado.
¿Que estamos haciendo para que los niños con hogares mal constituidos o sin esos hogares se desarrollen sanamente? Hay políticas de gobierno destinadas a atender a estos niños, pero claramente son insuficientes. Porque son insuficientes tenemos: niños trabajadores, niños con trabajos aberrantes (prostitución); niños en situación de calle; niños en deserción escolar; niños delincuentes; niños privados de libertad por delinquir. Ninguno de ellos tiene una familia capaz de responder a sus necesidades de niño. Si las tuviera estarían con los apoyos que se requiere para que se desarrollen bien. Hace falta en Chile asumir como sociedad a estos niños. Hay instituciones que brindan estos apoyos, pero son pocas, no dan abasto.Por cierto hay que mejorar el sistema carcelario. La pena es privar de libertad y no someter a una vida inhumana al que delinque. Las experiencias humanas hacen que seamos más humanos. La vida aberrante contribuye mucho a que se siga en la delincuencia.

Sin embargo los invito a mirar al origen del problema que lo resumo en dos puntos: Un Chile enfermo de producción y consumo; un Chile que abandona a niños que nacen sin hogares o con hogares que no tienen las capacidades para responder por ellos. Algo importante tiene que cambiar en nuestra vida en nuestro Chile, para que las cosas sean diferentes.

Bueno, les pido disculpas por esta carta que toca realidades dolorosas. La causa de estas reflexiones es la “encarnación de Dios”. “Dios que se hace frágil y niño para salvarnos”. Jesús nace pobre, para ayudarnos a mirar la realidad de los pobres y solidarizar con ellos así como la hace Dios.

La navidad hermosa sin problemas no necesita de Cristo. Nuestra navidad real si necesita de Cristo. Navidad tiene mucho de nostalgia de felicidad, de comunión. El niño Jesús despierta anhelos profundos. Hay mucho dolor y sufrimiento a nuestro alrededor, Navidad significa acogerlos, porque allí viene escondida la buena noticia.

Feliz Navidad.
Mario ss cc

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